Mumbai es la ciudad de las ilusiones en la India. Numerosa población llega a ella en busca de trabajo desde las zonas rurales. Allí se pueden cumplir sus deseos y llevar una vida digna lejos de la pobreza. La ciudad, además, cambia constantemente. Los viejos edificios industriales y residenciales son sustituidos por nuevas construcciones al dictado de la especulación inmobiliaria. Los trabajadores se desplazan a diario desde la periferia al centro para trabajar largas jornadas. Su vida se realiza, por tanto, por la noche, una vez acabadas las obligaciones diarias. Este es el contexto de la película, LA LUZ QUE IMAGINAMOS, escrita y dirigida por Payal Kapadia, que cuenta la situación personal de tres mujeres que trabajan en un hospital de Mumbai, una como cocinera, y dos como enfermeras. Estas últimas comparten un pequeño apartamento, mientras la primera, vive en una casa antigua, que está al borde del desahucio pues van a derribar su edificio.
El trabajo en el hospital es intenso con relación a los pacientes. Prabha es una enfermera experimentada. Está casada, pero hace años que no habla con su marido que trabaja en Alemania. Fue un matrimonio concertado por sus padres con un desconocido. Recientemente, ha recibido desde el extranjero, una máquina para cocinar. Cree que es un regalo de éste. Sus relaciones personales son prácticamente nulas, limitadas por ello. Un médico la pretende, y tiene que renunciar a él por esta circunstancia. Su compañera de piso, Anu, por otra parte, ha conocido a un joven musulmán. Se ven preferentemente en la calle, en los parques. Llevan su relación en secreto porque no está aprobada por sus familias de diferentes y opuestas costumbres. Prabha quiere ayudar a Parvaty para que no pierda su vivienda. Contacta con un abogado, pero sus planes fracasan porque no tiene ningún documento que acredite que lleva viviendo allí muchos años frente a la inmobiliaria.
Un día, Parvaty decide dejar el trabajo en el hospital, y volver a su pueblo natal en la costa, pues allí tiene una casa. Además, le ayudarán en su traslado sus amigas Prabha y Anu, que pasarán unos días junto a ella. Frente al mar, las tres revivirán su necesidades y deseos de independencia y libertad. Una en su entorno tradicional de pescadores; otra, ejerciendo de manera altruista su oficio de enfermera, cuando tiene que ayudar a un hombre rescatado del agua; y otra, con su novio, que le había seguido hasta esos bellos parajes. Este argumento, sobre la existencia cotidiana de tres mujeres, que desarrollan su individualidad, en una sociedad regida por las tradiciones y el beneficio económico, así como, su originalidad formal, hizo merecer a la película del Gran Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes.
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