LA VERDAD DEL SASTRE



 La vestimenta de una persona nos puede proporcionar información de su personalidad en la que ha influido el desarrollo de su vida. Pero puede ser lo contrario, que sea, más bien, un disfraz que oculte la verdad sobre ella. A finales de los años cincuenta, la mafia controlaba los negocios ilegales de los barrios de Chicago. Los forajidos usaban trajes elegantes, que encubrían auténticos asesinos. Por otra parte, habría que diferenciar entre un sastre, un simple costurero, y un cortador o patronista, que requería una cualificación mayor. Ésta es la que poseía el protagonista de la película, EL SASTRE DE LA MAFIA, escrita y dirigida por Graham Moore, cuyos clientes principales son una banda de gánsteres.




La originalidad de la película reside en que toda la acción se desarrolla en un mismo escenario, la sastrería de Leonard, un sastre proveniente de la prestigiosa calle de Londres, Savile Row. Además de hacer trajes, es el punto de contacto de una banda mafiosa. En un buzón se reciben envíos de todo tipo. Mientras el protagonista y Mable, su secretaria, atienden al negocio, todo tipo de personajes entran en la sastrería y depositan un sobre en ese buzón. Poco a poco el espectador irá descubriendo de qué trata en realidad la película. Leonard se ocupa de la realización de un traje, que luego se descubrirá será para él, y el último que hará en Chicago. Igualmente, descubriremos qué significan los sobres remitidos por Outfit, y por qué un sastre inglés acaba en Chicago.




Ambos aspectos muestran el verdadero significado de la película. El propósito de Leonard que explica toda la acción se va desvelando por partes. El espectador recibe información falsa hasta llegar a la verdad última que aparece al final. Leonard dice que tuvo que emigrar a Chicago porque después de la guerra mundial, y por esas fechas, decayó el negocio de los trajes en favor de los jeans. Sin desvelar la verdad, que rompería la intriga y la sorpresa de la historia, que engancha al espectador desde el principio, esa razón se verá que no es cierta. Llegó huyendo de Londres porque su negocio fue quemado por un organización criminal. Por otra parte, Outfit es una organización mafiosa poderosa que controla a otras organizaciones locales. Finalmente, decir que todo lo que dice y hace Leonard tiene un propósito, y él mismo es más que un cortador de trajes, y meticuloso sastre.

LA ÚLTIMA COSECHA


Una característica del campo español es la creciente falta de rentabilidad provocada por la actual crisis energética, que provoca que entre el precio que se paga a los agricultores y el que tienen los consumidores haya una diferencia injusta. Entre ellos se encuentran los distribuidores que se llevan parte del beneficio correspondiente, y tenga como consecuencia, que dedicarse al campo sea una actividad penosa. Los problemas se incrementan si además no eres el propietario de las tierras que cultivas, que corres el riesgo de que tu actividad se extinga. Es lo que ocurre a la familia de payeses que protagoniza la película, ALCARRÁS, escrita y dirigida por Carla Simón, que el propietario de las tierras de árboles frutales, les avisa que tienen que abandonarlas porque las va a dedicar a paneles solares.  



 La familia compuesta por los abuelos y los hijos viven en medio de una finca de melocotoneros desde hace casi un siglo, que les fue cedida a través de un acuerdo verbal, sin mediar escritura. Ahora, el terrateniente propietario de las tierras les conmina a abandonarlas, sin respetar la tradición. Una costumbre que explota los árboles frutales en forma de cooperativa. La película cuenta la vida de esta familia de payeses mientras dura la última cosecha. El abuelo trata por todos los medios de demostrar que las tierras le fueron cedidas en los tiempos de la Guerra Civil sin éxito. La familia deberá adaptarse al nuevo trabajo entre paneles solares, porque la casa si es de su propiedad. Mientras llevan a cabo la última cosecha, suceden las fiestas del pueblo, y toda la familia se pone a trabajar para sacar el máximo beneficio sin contratar a muchos trabajadores.




Entre ellos surgen problemas a causa de cómo afrontar el nuevo futuro como empleados del terrateniente. Además se encuentran con los bajos precios que se paga por la fruta. Pero prevalece la unidad familiar ante el nuevo futuro que les espera. La directora narra todos estos hechos con una mirada realista, sin duda la mejor para mostrar la vida diaria de la familia de agricultores. El juego constante de los niños, la diversión de los adolescentes, las responsabilidades de los adultos, y los recuerdos lejanos de los mayores. Todo ello con un ritmo visual que resulta del agrado del espectador, que atiende a las peculiaridades de los protagonistas, y que le hizo merecedora del Oso de Oro del Festival de Berlín a la Mejor Película.

EL CINE DE STANLEY KUBRICK


 
El Círculo de Bellas Artes organiza la exposición, STANLEY KUBRICK. THE EXHIBITION, una retrospectiva sobre el prestigioso director de cine y artista, que reúne más de 600 piezas referidas a su vida y documentos sobre sus películas. Ocupan todo el espacio expositivo de la institución cultural madrileña. En el primer piso, se dedica a sus comienzos como fotógrafo en la revista Look de Nueva York, para pasar luego al mundo del cine, primero realizando documentales, y luego películas, entre las que se encuentran, Atraco perfecto (1956), Senderos de Gloria (1957) Espartaco (1960), Lolita (1962), ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964). Sin duda, ya obras maestras de la historia del cine, y su manera peculiar de llevar a cabo un film.



Kubrick representa como nadie el nombre de director, pues, a pesar de su talento técnico en la imagen, quiso rodearse de buenos profesionales para siempre innovar con cada proyecto, llegar a la perfección en la narración visual, donde cuida igualmente la música, la luz, la ambientación, el vestuario, la interpretación o el doblaje. Parte siempre de la emoción que le produce una obra literaria, y trata de transmitirla luego en imágenes, tras una minuciosa, y casi obsesiva preparación, ya sea histórica o documental. Lo demás vendrá de la colaboración de profesionales del dibujo, la moda, la escritura, de los propios autores de las obras literarias de las que parte. Por ejemplo de la relación con Nabokov o con Arthur C. Clarke.



De su propia personalidad, refleja el protagonismo del ajedrez en varias películas. La guerra es otra de sus constantes que repite, lo mismo que el deseo sexual, sin olvidar el humor. Podríamos considerarle excepcional porque es uno de los pocos directores que controla toda su obra, sin estar al dictado de unos grandes estudios. La excepción fue Espartaco en la que sustituyó al director, Anthony Man. Realizó un cine de autor, por tanto, que se movió en diferentes géneros cinematográficos en los que innovó. Convirtió a sus películas en memorables, imprescindibles para cualquier amante del cine. Tuvo proyectos frustrados, como el que iba a dedicar al Holocausto judío, a la inteligencia artificial, o al mismísimo Napoleón, él que era un apasionado de la historia, y en concreto del siglo XVIII.



En la sala Minerva del círculo, nos encontramos, sus obras más recientes, todas ellas geniales, especialmente, 2001: una odisea del espacio (1970), que fue realizada tras varios años de preparación. Por la época de su estreno, era reciente que el hombre había llegado a la Luna, pero la película construye un mundo del futuro donde se podía ir hasta Júpiter, incluso, más allá, y saber la verdad sobre el ser humano. De dónde vino su inteligencia que le hizo construir una semejante a él, que le desafía, y le lleva a entender su propio origen en los confines del Universo. Todos los elementos de la película son armónicos e influyentes. La música clásica de Strauss resulta la más adecuada. La concepción del espacio, en concreto el del futuro en una nave, y el del tiempo humano y cinematográfico, con la famosa elipsis del comienzo. El ser humano manejó en la Prehistoria instrumentos de hueso, para luego conducir naves espaciales.



Otro mundo futuro, pero distópico y en nuestro planeta, lo representa en la Naranja mecánica (1971), una película controvertida y censurada en algunos países, de tardío estreno, donde muestra otro de sus temas recurrentes, la violencia, que es inherente al ser humano. Igualmente, lleva su sello personal en el tratamiento de los distintos recursos. Una ambientación original cercana al Pop Art; la música clásica; la recreación visuales sin cortapisas de las distintas escenas, y un sugerente libro de partida, la novela homónima  de Anthony Burgess. Por otra parte, el cine de terror alcanza extraordinarias cimas con El resplandor (1980), de la que se recuerda sus movimientos de cámara con la steadicam, y la ambientación histórica, en  Barry Lyndon (1975), donde fue un reto la iluminación nocturna natural. Finalmente, su última obra, Eyes Wide Shut (1999), que nos habla del subconsciente en relación con la intimidad de la pareja, ambientada en el Nueva York actual.