Puede suceder que un hombre nazca dentro del cuerpo de una mujer y viceversa, que la química y las percepciones sean diferentes de la forma que te ha proporcionado la naturaleza. La consciencia te dice que algo va mal, que una personalidad permanece encerrada, no dejando que se exprese la real. La orientación sexual es diferente. Los problemas surgen cuando se produce la lucha entre una vertiente y otra del ser humano no tan definido. Esto le sucede al protagonista de la película, LA CHICA DANESA (The Danish Girl) que tiene una naturaleza femenina cuando su cuerpo es el de un hombre.
El director, Tom Hooper lleva al cine la historia real de la pintora danesa, Lili Elbe, la primera mujer transexual en someterse a una cirugía para cambiarse el sexo, basándose en la novela homónima de David Ebershoff. Había vivido como Einar y estaba casado con Gerda Wegener, también pintora. Su vida empezó a ser diferente cuando el primero sustituye a una mujer como modelo para realizar un retrato. Luego, de igual manera, al asistir a la fiesta de la Academia vestido también de mujer junto a su esposa. Descubre entonces su verdadero yo, la auténtica naturaleza que había permanecido latente tras el cuerpo de hombre desde la infancia.
Hacerse pasar por mujer le ayuda a despertar una energía corporal que no es masculina, y a partir de ese momento reducirá el tiempo en el que él es un hombre. Esto le provocará un problema de convivencia con la esposa que le intenta ayudar, y que observa que cada vez se aleja, en todos los sentidos de ella. El convertirse en modelo de la mujer, que le retrata y dibuja su ambigüedad, le proporcionará los recursos suficientes para residir en París, centro de la pintura internacional en los años 20. En la capital francesa visitará un médico tras otro que le considerarán enfermo mental hasta que encuentran uno que identificará su problema con precisión y le propondrá convertirle, mediante cirugía, en mujer.
Las técnicas quirúrgicas en aquellos años no estaban tan adelantadas como en la actualidad. Someterse a varias operaciones seguidas entrañaba riesgos. En este proceso de reasignación de sexo fallecerá. Ella era ante todo una mujer, y además, se sentía como tal. Aquello que estuvo oculto por la naturaleza física y las relaciones sociales, termina por salir a flote tras superar los impedimentos materiales. Se explica, por tanto, la imagen del paisaje de la infancia en el fiordo, que él intentaba representar de forma obsesiva como lugar inconsciente donde se encontraba su verdadera naturaleza.
La película lleva a la pantalla la historia con una extraordinaria puesta en escena que recrea de forma fidedigna el ambiente y el vestuario de aquellos años. Le ayuda una nítida y precisa textura de la imagen, cuidándose igualmente la luz, el color y la composición. En pocas obras se representa con tanta calidad el arte pictórico en el cine, y éste, considerado como pintura de la imagen en movimiento.