LA RUTINA DE LA VIDA




 Tener una rutina en tu propia vida te puede proporcionar seguridad y satisfacción. Hay personas que carecen de ella porque les esclaviza, y son más felices sin ella. Dependerá de la personalidad de cada uno, pero disponer de unos hábitos continuos adecuados, no tienen comparación. Sobre todo si están adaptados proporcionadamente a un trabajo que no te absorba la mayoría del tiempo. Pudiera suceder, por otra parte, que tu forma de vida se anclase en el pasado, que constituyeses un mundo paralelo al tiempo presente. Es lo que le sucede al protagonista de la película, PERFECT DAYS, dirigida y escrita por Wim Wenders, cuyo intérprete recibió el premio al Mejor Actor en el pasado Festival de Cannes. Un personaje cuyo oficio es la limpieza de los baños públicos en Tokio. Un día tras otro se dedica a esta labor con meticulosidad y eficiencia profesional. Tras su jornada de trabajo, monta en bicicleta hasta un antiguo mercado donde toma un aperitivo, no si antes no se ha dado un baño en un recinto público.






El protagonista tiene tres aficiones principales, la lectura de libros que realiza antes de dormirse; la música que oye mientras va al trabajo, y la fotografía que practica en los descansos de ese trabajo cuando hace una parada para comer. Los días de permiso se levanta más tarde, y relajado, lleva en bicicleta la ropa sucia a lavarse; se pasa por la tienda de fotografía para adquirir un nuevo carrete y recoger las fotos reveladas; además siempre compra un nuevo libro para leer durante la semana. Hirayama apenas habla con quien se cruza en los bares y en las tiendas. Nunca altera su forma de vida. Unos acontecimientos vendrán hacerlo a lo largo de la película. El primero cuando su compañero le pedirá dinero para cortejar a su novia. El segundo, cuando su sobrina Niko, se escapa de casa, y le acompañará a lo largo del día. Todas las personas que interfieren en su rutina descubren que vive en un mundo analógico, antiguo, que se ve en la música que oye en un formato grabado en cinta de casete, que por otra parte no saben como colocar para escuchar en el coche.






De este encuentro con su sobrina, tras muchos años, podemos descubrir parte de sus circunstancias: que proviene de una familia acomodada con la que perdió el contacto. Su hermana va a buscar a su sobrina en un coche de lujo con chófer. También, que el ha decidido, a pesar tal vez de una formación superior, llevar esta vida modesta con un trabajo hasta cierto punto precario. Su padre está en un asilo ya con muchos cuidados. Se siente, por otra parte, realizado viviendo a su modo de esta manera, en un mundo distinto, pues opina, que en un mismo momento temporal existen otros mundos, que pueden estar interconectados o no. El suyo lo quiere desconectado, aunque a veces, no sucede así, como hemos visto con su compañero de trabajo, su sobrina y la dueña del bar donde toma una copa, a la que descubre abrazando a un hombre con el que luego entabla una conversación, donde éste le confiesa su enfermedad terminal, y que lo que había visto era una despedida de su antigua mujer de la que se había divorciado.






El personaje, por otra parte, tiene una faceta artística, la fotografía, que toma de las copas de los árboles, de las luces y las sombras que proyectan con un sentido poético. Le obsesionan dichas representaciones visuales a las que luego sueña, junto a los acontecimientos del día, mientras duerme. El director reproduce esos sueños en blanco y negro, y se mezclan con las imágenes de color de su vida. El protagonista, aunque no quiere alterarla, en este mundo interconectado por las nuevas tecnologías, tiene especial sensibilidad hacia los demás, hacia el mendigo que duerme en el parque o hacia un niño encerrado en los baños que llora desconsolado, hacia la misma naturaleza, la de los árboles y las plantas de los parques. Finalmente, todo se completa, con una espléndida banda sonora que se reproduce cuando se dirige o vuelve del trabajo, cuyas letras cantadas forman parte del argumento. Entre ellas destaca, La casa del sol naciente del grupo The Animals. Le recuerda con melancolía su mundo antiguo, pero que le estimula en su propia vida hacia el futuro.

LA TRANSFORMACIÓN DE PICASSO


 

El Museo Reina Sofía organiza la exposición, PICASSO 1906. LA GRAN TRANSFORMACIÓN, que reúne un conjunto de obras maestras realizadas en ese importante año de su carrera. Obras pictóricas, de dibujo, grabado y escultura, de su mano y de otros artistas que influyeron de alguna manera en su conocimiento para cambiar su propio estilo. Una nueva forma de entender la pintura más moderna y que le introduce en las vanguardias artísticas antes del cubismo. Este corto tiempo de un año constituye como se dice en la exposición un periodo más, ni un epígono de la época rosa y azul, ni un antecedente del cubismo, aunque sea un periodo propio de consolidación estética. Se muestra creativo, optimista y expansivo, un año con tres residencias, París-Gosol-París. Además, es joven, 25 años, pero profundamente maduro para experimentar tres registros: el cuerpo, la forma y la interculturalidad. Diría que nuestro afamado pintor muestra sus texturas, lo que le inquieta, y está en la base de su enorme creatividad.



En la exposición Picasso dialoga con obras y autores pertenecientes a la Historia del Arte: El Greco, Corot, y sobre todo Cézanne. Se deja seducir por el llamado arte primitivo, por formas de arte que sus autores no consideraban como tal. Eran obras singulares de carácter religioso perteneciente al arte ibérico, griego o el arte africano, en forma de esculturas o máscaras, que influirán decididamente en un conjunto de retratos de ese año. El artista, por tanto, se dirige a lo primitivo para gestar un estilo más cerca de la modernidad y alejarse de la tradición. Busca la lengua común de la forma para alcanzar un nivel excelente y a la vez original. No cae como se ha dicho el pasado año de conmemoración en fijarse exclusivamente en la forma, sino que es respetuoso con la tradición ritual y religiosa de las piezas que le inspiran, como si no fueran indisolubles. Tampoco supone una mirada colonialista, de aquellos que se apropiaron de una cultura ajena. 



A Picasso le acompañó este año fundamental de 1906 su pareja Fernande Olivier, que posó como modelo pictórico y que convirtió en significante y significado suyo. Referencia en sus experimentaciones sobre el cuerpo femenino, que desvelan la intimidad femenina. El cuerpo humano, también masculino, cobra entidad propia. Tuvo conciencia de la alteridad de género. El artista crea iconotipos que se repiten una y otra vez, donde a veces interacciona el fondo con la forma, y esta se disuelve: el contorno de la figura particularmente en su rostro desaparece. El diálogo con Gertrude Stein, su mecenas, fue fundamental. La exposición muestra su famoso retrato de este periodo con su rostro en forma de máscara. De la misma manera, el famoso desnudo con las manos unidas que fue de su propiedad. Picasso siguió viviendo en el Bateau-Lavoir cuando su proceso creativo se dirigió decidido a la vanguardia pictórica, pero apoyándose en sus amigos poetas como Apollinaire, Max Jacob y André Salmon. Sus tendencias libertarias estaban unidas a su apuesta artística como una manifestación personal de su genio. La exposición, por tanto, congela y enraíza un periodo creativo fundamental del autor que pervivirá en el desarrollo de su larga trayectoria artística. 


LA BANALIDAD DEL MAL


 

El Holocausto tuvo como centro principal de exterminio el complejo de Auschwitz donde más de un millón de judíos fueron asesinados. Varias líneas de ferrocarril conducían al lugar situado en Polonia. Sólo una minoría que se la veía capacitada para trabajar en las fábricas cercanas, sobrevivían. La gran mayoría, especialmente mujeres, niños y ancianos iban directas a las cámara de gas. Ser deportado a este complejo era sinónimo de morir. La maquinaria asesina establecida estuvo en funcionamiento casi hasta el final de la guerra. Los nazis lo abandonaron precipitadamente para huir frente al avance de las tropas soviéticas. Fue entonces cuando algunos prisioneros pudieron salvar la vida. Hoy se conservan muchos de los edificios originales, y se ha convertido en un museo y lugar de la memoria, junto a numerosos objetos originales que les arrebataban a los prisioneros, porque los nazis robaban y comerciaban con las pertenencias de las víctimas. El organizador y comandante de este siniestro establecimiento fue Rudolf Höss, sobre cuya vida cotidiana en familia, la cuenta la película, LA ZONA DE INTERÉS, escrita y dirigida por Jonathan Glazer, sobre la novela del mismo título de Martin Amis.



Rudolf Höss y su esposa Hedwig vivían con sus cinco hijos en una casa unifamiliar de dos pisos junto al muro que les separaba del complejo. Desde el principio, habían procurado las máximas comodidades. Una pequeña piscina, un huerto y amplio jardín. Cumplía con sus aspiraciones sirviendo al régimen nacionalsocialista. En su casa solamente entraba la familia y mujeres alemanas y polacas que se ocupaban de los niños y de las tareas del hogar. La película comienza el día del cumpleaños del padre cuando recibe la felicitación de la familia y de los guardianes del centro. El comandante lleva una vida apacible con los suyos. Frecuenta mucho las riberas de un río próximo donde se bañan. Igualmente, da paseos en caballo junto a su hijo mayor por los campos cercanos. En ningún momento entran juntos en los barracones del campo o donde hay judíos. Un día corriente mientras Höss está dentro del agua pescando, y dos de sus hijos bañándose, tienen que salir precipitadamente del río porque las aguas están llenas de restos de las cremaciones.



La familia, también, tiene que convivir con el sonido infernal de los hornos crematorios, las 24 horas activos, y los ruidos de la represión y asesinato que se oyen en la lejanía. Es lo más que se ve y se oye de estos tristes sucesos en la película. Por otra parte, los miembros de la familia y los sirvientes se sirven de las pertenencias de los judíos que traen a la casa, como la ropa interior de las víctimas desposeídas, los dientes de oro y algún abrigo de piel para Hedwig. Un día llega la madre de ella para visitarle y quedarse unos días. Comprueba el confort del jardín y la casa, pero parece que se horroriza del resplandor y el ruido de fondo de los hornos, que provoca su marcha inesperada. Höss ante la cámara aparece casi siempre pensativo, fumando. Es metódico y organizado. El último que se va a la cama, no si antes no cierra todas las puertas, especialmente de su despacho y apaga las luces. Normalmente se encuentra con una de las hijas que no puede dormir y la tiene que leer un cuento, momento en el que el director proyecta imágenes de una niña polaca que se adentra en la noche en las cercanías del campo para recoger algún objeto perdido por los esclavizados prisioneros.



En ese periodo de tiempo le comunican a Höss que ha sido nombrado inspector de todos los campos de exterminio de Alemania. Tiene que vivir en la ciudad organizando el traslado a los mismos de los judíos desde otras zonas de Europa. La esposa no quiere por las comodidades en las que viven en Auschwitz, por lo que se irá sólo a este nuevo puesto. La decisión de deportar miles de judíos húngaros, será uno de sus encargos más importantes. Además le llevará de vuelta con su mujer porque el comandante que le había sustituido no era lo suficientemente cruel y organizado para llevar tal labor. Porque Rudolf Höss tiene como única preocupación realizar con la mayor efectividad y rapidez la eliminación de los judíos, que sería capaz de superar cualquier obstáculo que se opusiese en contra de este objetivo. Es el personaje central de la película, que al final se traslada al tiempo actual, cuando las pruebas de sus asesinatos se muestran en el hoy museo del campo. Otra parte protagonista y sustancial de la misma son los sonidos, y rara vez alguna conversación que se oyen en la casa del comandante, lo mismo que la banda sonora, que es la más apropiada para esa fábrica de la muerte. Tal argumento y contenido hizo merecer a la película el Gran Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes.

EL DRAMA DE LA EMIGRACIÓN


 

La emigración desde África a Europa conlleva numerosos peligros por ser irregular y realizarse por métodos no permitidos. La numerosa población joven de países subsaharianos ve en partir al Viejo Continente una forma de labrarse un futuro, e incluso, adquirir fama, como muchos de los futbolistas de color que participan en las ligas europeas. También influye la situación política o los enfrentamientos armados de sus países, la pobreza en general y las consecuencias del cambio climático con sequías permanentes. Sin embargo, esta emigración está casi totalmente vedada. No hay forma de adquirir visados de trabajo o de estudio. Solamente les queda pagar dinero para viajar por mar en cayuco hacia las islas Canarias, o atravesar, primero el desierto del Sahara, para luego embarcarse desde Túnez o Libia hacia Italia. Son rutas extremadamente peligrosas que cada año se cobran miles de víctimas. La película, YO CAPITÁN, escrita y dirigida por Mateo Garrone, cuenta la odisea que viven dos primos adolescentes desde Dakar. Un dramático relato que le supuso un merecido León de Plata a la mejor dirección en el pasado Festival de Venecia.



Los protagonistas a la vez que estudian, trabajan a escondidas en la construcción para ganar dinero y pagar el viaje. Son Seydou y Moussa, dos primos residentes en la capital de Senegal, que aspiran a un futuro mejor. Algún día serán estrellas del futbol y podrán ayudar a sus familias. Tienen decidido ir por tierra hasta Libia y luego viajar por mar. Hay gente que lo ha conseguido, pero lo desaconsejan. Salen sin permiso de sus familias. Un día parten de madrugada en autobús, primero a Mali, luego a Níger. En el camino los van despojando de los pocos ahorros que llevan. La travesía del desierto es lo más duro porque llega el momento que tienen que dejar la furgoneta y hacer el recorrido a pie. Varios compañeros de viaje perecen en el transcurso. En un momento dado, y dentro de Libia, los asalta una milicia y les roba todo el dinero. Moussa es apresado por llevarlo oculto en el ano. El resto tiene que proseguir andando hasta que un camión los lleva a un presidio controlado por traficantes de seres humanos que tratan de conseguir dinero de ellos.



Al final, después de numerosas torturas y de pedir rescate para conseguir la libertad, algunos los venden, según sus oficios o habilidades. Es el caso de Seydou, que a cambio de trabajar en una residencia como albañil, puede llegar a Trípoli ya libre. En la costa libia se empleará en la construcción, mientras ahorra dinero para ir a Italia, y buscar a su primo Moussa, que un día encuentra mal herido al haberse escapado de la cárcel. Una mafia de traficantes les proporcionará un barco viejo para llegar a Italia. La particularidad es que Seydou, si quiere ir con su primo, pues no tenían recursos para ir los dos, tiene que llevar el timón. Al ser menor de edad, no tendrá problemas con las autoridades italianas si buscan a los responsables. Después de una sencilla lección de conducción de barco, parten clandestinamente de Libia en dirección norte. La travesía es dura porque el barco va atestado de inmigrantes, hombres y mujeres con niños y embarazadas. Un viaje por mar más largo de lo que le habían contado a Seydou, que no duerme en todo momento, siempre pendiente de la ruta. Atemorizado por la posibilidad de las olas, por los conflictos entre los pasajeros que se disputan el agua y el poco espacio libre. Una mañana por fin llegan a Sicilia. Una parte de su sueño, tras la dramática odisea, se ha cumplido.

LIBROS CENSURADOS


 

La Biblioteca Nacional organiza la exposición MALOS LIBROS: LA CENSURA EN LA ESPAÑA MODERNA, a partir de sus numerosos fondos provenientes de colecciones y de la propia Inquisición. Se extiende entre fines del siglo XV y principios del siglo XIX, según se ponía fin al Antiguo Régimen, y se abría paso un régimen liberal. El libro en la Edad Moderna se convirtió en el vehículo de difusión académica más importante una vez inventada la imprenta. Será el medio de difusión de las nuevas ideas surgidas con los nuevos tiempos dentro de la cultura humanista del Renacimiento. Una cultura abierta a la ciencia experimental y a los conocimientos provenientes de los territorios descubiertos en América y otros continentes. Además, en las primeras décadas del siglo XVI, se extendió rápidamente por el Viejo Continente la Reforma protestante que cuestionaba las ideas religiosas de la Iglesia católica. Las monarquías autoritarias, igualmente, iniciaron un proceso de consolidación de su poder, que suponía el control de cualquier disidencia. De esta manera, surgió la censura y prohibición de libros que pudiesen ser peligrosos para estas instituciones.



La Iglesia emplearía a la Inquisición y los Estados europeos su maquinaria burocrática para luchar contra el libre pensamiento espiritual y político transmitido a través de los libros considerados como malos, venenosos o heréticos. La exposición informa que nos es lo mismo censurar, que supone una crítica que prohibir, una decisión jurídica; como no es lo mismo error y herejía. La difusión de la Reforma se encontró con la oposición de las universidades europeas, principalmente Lovaina y París, mediante los índices de libros prohibidos. Se llevaría acabo, en paralelo, un sistema aduanero y de control de libros; la prohibición de la obra total de algunos autores, de iconografías que atentasen contra la Iglesia;  la visitación de la imprenta y de bibliotecas, y el considerar la lectura y la posesión de libros como elementos probatorios en una condena de herejía. El poder civil hacía un control previo de censura a la impresión, y la Inquisición, actuaba sobre los escritos ya salidos de la imprenta.



Las resoluciones del Santo Oficio sobre los libros censurados eran conocidas por el público mediante edictos. Luego cabía el control de la importación de los mismos, la distribución y la venta y la posesión en las bibliotecas. El primer objetivo de luchar contra la herejía protestante se amplió desde comienzos del siglo XVII. Nos encontramos índices distintos de libros prohibidos dependientes de autoridades diferentes, ya sea papal o de la monarquía hispana. Miles de autores y publicaciones de vieron afectadas durante toda la época moderna, sin poder certificar el número aproximado. Podemos decir que la Inquisición española, que respondía sólo ante la corona, mantuvo su independencia sobre Roma en cuestión de libros prohibidos. Durante el periodo, encontramos libros que fueron escondidos tras un tabique, como el caso del pueblo extremeño de Barcarrota, formado por un conjunto de impresos  descubiertos en 1992, propiedad de un hidalgo portugués perseguido.



A veces un libro por diversas razones no era prohibido del todo, sino que la censura era expurgatoria, es decir que se tachaba uno o varios pasajes del libro, lo que permitía la comercialización del mismo. Un apartado de la exposición se centra en la parodia de Cervantes sobre el proceso del Santo Oficio contra los libros en el capítulo en el que el cura echa a la hoguera aquellos libros que cree son la causa de su locura. En los siguientes se ocupa de censura y prohibición de los libros espirituales que promovían una religiosidad más cercana al pueblo, hasta el punto que los inquisidores veían peligro por estar escritos en castellano en vez del latín. También los libros de historia o de derecho, y sobre todo los de magia, adivinación y superstición. Igualmente, y en menor medida, la literatura obscena, aunque supuso la prohibición del autor, Pietro Aretino. La literatura de ficción apenas apareció en los índices. Entre los ejemplos significativos se encuentra la prohibición del Lazarillo de Tormes. Finalmente, la censura y las prohibiciones limitaron la difusión de las nuevas ideas de la Ilustración. Los cambios producidos por la Revolución Francesa y la Guerra de la Independencia; la caída del Antiguo Régimen pusieron el fin a este tipo de cortapisas a la libertad.

CUENTO DE OTOÑO


 

Un artista afirmó que menos es más para crear una obra de arte. La sencillez, su elaboración con pocos mimbres, podían ser suficientes para que una historia fuera tan relevante como otra integrada por muchos elementos y situaciones. La película FALLEN LEAVES, escrita y dirigida por Aki Kaurismäki, seguiría este planteamiento, que trata sobre dos persona solitarias que se encuentran por casualidad una noche en Helsinki, que tratarán de unir sus destinos. Unas vidas precarias, ocupadas en trabajos temporales poco remunerados, que dificulta su existencia. De esta forma, cualquier problema diario, incida significativamente en su supervivencia. Apenas tienen recursos económicos, una casa pequeña o un lugar compartido para descansar con otros trabajadores. Unas características que describen al proletariado del siglo XXI.



Un hombre alcohólico y una mujer son los protagonistas de la película. Holappa está deprimido porque bebe sin parar, y bebe por esa causa en un círculo vicioso. Trabaja en la metalurgia pero le echan por esta adicción. Llega tarde y cualquier problema con la maquinaria, aunque no sea él el culpable, le responsabilizan. Lo mismo le sucede en la construcción, condenándole al paro. Ansa trabaja en un supermercado de reponedora. La someten a constante vigilancia. Suele llevarse a casa alimentos caducados que la empresa tira a la basura. Un día le registran el bolso, y por llevar uno de estos envases caducados, la despiden. No tarda en encontrar otro empleo como camarera en un bar nocturno, pero este es cerrado por la policía al ser un punto de tráfico de drogas. Finalmente acaba empleándose en una fundición de acero donde lleva a cabo un duro trabajo.



Un día, en un karaoke, ambos protagonistas, se conocen. Ella está con una amiga que entabla conversación con el compañero de Holappa. En otra ocasión, llegarán a quedar para comer e ir al cine. Quieren estar juntos, es una oportunidad de abandonar su soledad. Se lo impide una serie de hechos fortuitos. A Holappa se le pierde el teléfono de Ansa, y resulta muy difícil encontrarla, pue no le dijo donde vivía, ni su nombre. Decide esperarla a la puerta del cine un día tras otro, hasta que ella se da cuenta que la espera allí, y se vuelven a encontrar. Se citan en la casa de la mujer para cenar. En esta ocasión Ansa le reprocha su alcoholismo, y el se marcha contrariado. Un tiempo después, cuando Holappa ha hecho un esfuerzo de abandonar su adicción, se citan de nuevo, pero un tranvía le atropella. Cae en coma y una pierna rota. Ella le va a visitar con regularidad hasta que despierta. Se marchan juntos para emprender una nueva vida. 



La película está contextualizada en nuestro tiempo con la guerra de Ucrania de fondo, que agrava, sin duda la sensación de soledad e incertidumbre de los protagonistas. Además, tiene numerosas referencias a la historia del cine; pues es en una sala de proyecciones donde están juntos una tarde. Luego será un punto de encuentro para volverse a ver, enmarcados por los carteles de las películas.  Ansa dará el nombre de Chaplin a un perro abandonado que adopta como mascota. Todos ellos constituyen una metáfora de las relaciones humanas actuales: como las hojas caídas en otoño que son más fáciles de llevar por el viento. Nada permanece, todo cambia, a pesar de nuestro afán por lo contrario. Estos planteamientos fueron merecedores del Gran Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes.