LA VIDA A TRAVÉS DEL CINE




 La literatura, y en particular, el cine, nos hace descubrir múltiples experiencias de la realidad, de mundos diferentes. También mezclarla con ciencia y fantasía. Amplifica el conocimiento de nuestra mente. Hubo un tiempo que asistir a las salas de cine era una forma de ocio semanal mayoritario para la gran mayoría de las personas. Una costumbre que se hacía en familia, solo o en pareja. El tiempo pasaba frente a la pantalla grande atraídos por las historias llevadas al celuloide. La llegada de la televisión, redujo el protagonismo del cine como medio de comunicación y de ocio. Todavía hoy perdura a pesar de la revolución digital que ha multiplicado el número de pantallas. La película, LA CONTADORA DE HISTORIAS, dirigida por Lone Scherfig, basada en la novela de Hernán Rivera Letelier, nos cuenta la historia de una familia que en los años sesenta tenía una gran afición por el Séptimo Arte, en un pueblo minero en el desierto de Atacama.






El padre, un minero del salitre, lleva todos los domingos al único cine del pueblo a su familia, y allí pueden disfrutar, en los años sesenta, de las grandes películas que se podían ver en aquella época. Clásicos como El hombre que mató a Liberty Valance o Senderos de Gloria. A pesar que los ingresos de la familia no son excesivos y tienen que dar para seis miembros de la familia, siempre quedaba tiempo para pasar buenos momentos todas las semanas. Pero un día esta rutina terminó cuando el padre tuvo un accidente y se quedó en una silla de ruedas. Los pocos ingresos de la familia solo permitían que uno de sus miembros pudiese ir al cine. De esta manera, se descubrió la habilidad de contar películas e interpretarlas de María Margarita, la hija pequeña. Ella se encargará de ello, primero a su familia, y luego, a sus vecinos. Con el tiempo llegará a cobrar por esta tarea y visitar a quien requiera sus servicios.






El tiempo pasa, y María Margarita, vive, junto a sus hermanos, cómo un día su madre abandona la familia. Les quedará la esperanza de volverla a ver. La protagonista continuará en su juventud la misma ocupación de contar películas hasta que un día el prestamista del pueblo abusa de ella. El hermano mayor se vengará por lo que ha hecho a su hermana. En aquella época, la familia se va reduciendo. El padre muere, el hermano mediano se va del pueblo con su pareja, el pequeño empieza a trabajar en la mina, el mayor acaba en la cárcel, y ella mantiene relaciones con el jefe de la mina. Será a través de él, que descubra el paradero e su madre, dedicada al espectáculo. La llegada de la televisión cambiará la vida y la información en el poblado minero, que sufrirá una fuerte crisis económica. La dictadura de Pinochet será el punto y final para la explotación y las aspiraciones de libertad. María Margarita un día volverá al lugar de nacimiento, ya abandonado, junto a su pequeña hija. Visitará la sala de cine arruinada, y le contará el lugar donde se sentaba cuando veía frecuentemente películas.

CRÍMENES RACISTAS EN OKLAHOMA


 
Los primeros europeos que llegaron a América en el siglo XVI se encontraron pueblos nativos más o menos desarrollados. Destacaban las culturas azteca y maya en el centro del continente, y la inca en el sur. Eran culturas agrícolas que empleaban metales preciosos, sobre todo el oro que buscaban los conquistadores. En el norte, se encontraban los pueblos más atrasados dedicados todavía en el siglo XIX a la caza. Vivian nómadas tras las manadas de bisontes, alimentos principal de ellas. La conquista del Oeste fue desplazando de sus tierras originarias a estos pueblos, hasta llegar, tras una centuria de guerra, a estar recluidos en reservas. Este fue el caso del pueblo Osage, que desde los valles de los ríos Ohio y Mississippi, fue reubicado definitivamente en Oklahoma. Allí, privados de su forma de vida original, sobrevivían al contacto con la civilización occidental.






Todo cambió cuando sus pobres tierras de las que apenas sacaban partido, guardaban el que iba a ser la fuente de energía principal de la Segunda Revolución Industrial, el llamado oro negro, el petróleo, Los Osage, entonces, se convirtieron en el pueblo más rico del mundo, pues eran los propietarios de las enormes riquezas que producía el subsuelo. De esta manera, fueron adoptando gran parte de las costumbres de los blancos. Residir en grandes casas, desplazarse en caros automóviles, vestir con ricas ropas y lucir joyas, sin olvidar del todo sus antiguas creencias. Pronto llegaron los colonos blancos para beneficiarse de esta exuberante riqueza estableciendo negocios y comerciando con todo tipo de productos. Desde las grandes compañías de petróleo, hasta los fabricantes de wiski, ganaderos, banqueros caciques, y desalmados, casi todos racistas, que aparentemente convivían con los indios, incluso les servían.  En este contexto está ambientada la película, LOS ASESINOS DE LA LUNA, dirigida por Martin Scorsese, basada en la novela de David Grann.






La película, de larga duración, más de tres horas, cuenta con precisión los hechos sucedidos en Oklahoma con el pueblo Osage poco después de la Gran Guerra. Se empezaron a producir una secuencia de asesinatos de todo tipo: envenenamientos, con arma de fuego y explosiones. Los indios de por sí tenían una esperanza de vida más corta que los blancos, y algunas muertes se explicaban por la enfermedades que contraían procedentes de las costumbres occidentales, pero cuando las muertes no pudieron explicarse de esta manera, empezó surgir el miedo. Estas muertes se concentran en la familia de la india Mollie, que tenía varias hermanas, y que juntas poseían una buena dote.  Todas se casaron con blancos, uno de ellos, Ernest, sobrino del ganadero, William Hale, un auténtico líder moral entre el pueblo Osage. Detrás está el interés de heredar los derechos de las tierras ricas en petróleo. 






El director muestra al espectador, primero los crímenes fuera de la familia, luego dentro. Los indios no saben quien los induce. Luego se descubre, es el mismísimo líder blanco y ayudante del sheriff quien los ordena, y dirige una organización criminal, una especie de logia masónica, de las personas y empresas más importantes de la zona. Mollie lleva el peso de la acción. Busca un detective para que investigue los asesinatos de sus hermanas y otros indios. No sabe que su marido, Ernst la está matando progresivamente. A sus inyecciones de insulina le añade droga. Antes de debilitarse, logra ir a Washington y hablar con el presidente, que mandará al FBI. Hale trata de librarse de los sicarios, llevándoles a prisión o a la muerte. Pero la investigación policial termina por aclarar lo sucedido y detener a los culpables, especialmente a Hale y a su sobrino Ernst, que son llevados ante un tribunal, que los condena, a cadena perpetua.  El destino de los protagonistas lo resuelve el director mostrando en vivo un programa de radio de la época realizado en un teatro, que lee un supuesto informe policial. Participa el mismo Martin Scorsese como uno de los actores que nos habla del fin de la historia. 

EL DOLOR DE LA MATERNIDAD


 

La película, O CORNO, escrita y dirigida por Jaione Camborda, empieza y termina con la misma escena, una mujer dando a luz. La del comienzo, mas larga que la última. Unas escenas de parto donde se muestra al espectador los momentos en los que nace un nuevo ser humano. La mujer se debate en continuos dolores, mientras es ayudada por otra, en presencia de su familia. La escena se produce en la habitación de una casa particular, no en la sala aséptica de un hospital. La matrona tiene especial cuidado con la parturienta que grita, que se mueve a veces por la habitación, sin postrarse en la cama. Por fin llega el nacimiento con la madre casi de pie. Las diferencias en la atención y el lugar se explican porque la historia está ambientada en la Illa de Arousa en 1971. Un entorno rural al lado del mar. Desde las primeras imágenes se puede deducir la experiencia de la matrona, que parece haber heredado un saber ancestral al ayudar a otras mujeres en el momento decisivo de ser madres.



María, la protagonista, no parece una persona cualificada para desarrollar esta labor, más bien, muestra cualidades para ayudar en el parto transmitidas por la tradición. Además, sobre todo, se gana la vida mariscando. Vive sola y no tiene hijos. Sin embargo, entre otras mujeres, también se sabe que se dedica a practicar abortos, cuando en secreto se lo piden, pues por aquellos tiempos del tardofranquismo no era legal. Será la hija adolescente de la mujer a quien ha ayudado al parto en la primera escena, quien un día se ponga en contacto con ella, sin sus padres saberlo, para que ponga fin a su embarazo. María, al principio se muestra reticente, pero luego acepta llevarlo a cabo. Para ello prepara una especie de infusión cuyo principal componente es un hogo que se encuentra en el centeno seco. La protagonista se cita con la joven en un establo para tomar el brebaje y expulsar los restos de la incipiente gestación.



Todo se produce sin problemas, tras sufrir los efectos de la bebida abortiva. La joven vuelve a su casa sola y María se dirige a una fiesta popular. A la mañana siguiente, una amiga le informa que han encontrado a la chica muerta, y la policía sospecha de ella.  Entonces, decide huir, siguiendo el consejo de esta amiga para dirigirse a la frontera con Portugal donde tiene una prima que le puede ayudar y esconderse en el país vecino. De esta manera lo hace a través de caminos solitarios hasta llegar al pueblo, en el que sus contactos, versados en el contrabando por el río, le cruzan a la otra orilla, no sin dificultad, al ser descubiertos por la policía. Ya en Portugal se ganará la vida con trabajos esporádicos en el campo y cuidando el hijo de una prostituta. Un día descubre su embarazo. En principio toma la decisión de abortar al preparar la bebida del hongo, pero al final, descubrimos que no lo llevó a efecto, pues contemplamos su propia experiencia del parto.

FRUTOS DEL AZAR


 
Muchas personas piensan que hay hechos importantes en la vida consecuencia de la suerte, de una rueda de la fortuna en que has obtenido el número acertado. Otros en cambio piensan lo contrario, que aquellas circunstancias que te fueron propicias, las llegaste a decantar con tu iniciativa. Si aceptamos la primera premisa debemos aceptar que igualmente existe la mala suerte, es decir, situaciones contrarias que no suceden habitualmente, ni son determinadas de manera directa. Estas ideas son fundamentales para los personajes de la película, GOLPE DE SUERTE, escrita y dirigida por Woody Allen, que nos informa como preámbulo de la misma que es su producción es la número 50, que no sabe si hará más, evidentemente, por su edad, y que ha puesto mucho amor e interés en su realización. Una película sobre un matrimonio de éxito entre un financiero aficionado a la caza y una joven dedicada a las subastas de arte, que verán modificada su vida por la incidencia del azar.






Fanny se ha acostumbrado a la rutina de salir los fines de semana a una casa de campo para que su marido practique la caza mayor junto a sus amigos. No le gusta en absoluto, ella que prefiere la lectura y los paseos urbanos. Jean, el marido, la sedujo en un momento de crisis tras el fracaso de su primer matrimonio con un músico drogadicto. Le convenció con sus gustos exquisitos y nivel de vida. Pero ella siente que es un florero, una mujer guapa de la que presumir ante sus amigos de clase alta. Todo va a cambiar cuando se encuentre por suerte o casualidad a un antiguo compañero del liceo, que dice que desde aquella época estuvo enamorado de ella. Después de un antiguo matrimonio fracasado, se ha convertido en escritor de novela y poeta, cuyo privilegio es que puede viajar de un lugar a otro para trabajar.






Fanny y Alain, entonces, se convertirán en amantes, pero cuando tienen planes para irse juntos a México y formar una familia, Jean descubre la infidelidad de su mujer a través de un detective, y ordena matar al amante, lo que nos informa de su lado oscuro, que sus amigos sospechan en las fiestas, pues no se explican su éxito en los negocios, después de la desaparición de un socio suyo en extrañas circunstancias. Por aquellos días, la madre de Fanny, estaba en Francia de paso, para visitar a la familia. De vuelta a América, decide pasar unos días con su hija. Sospecha, oyendo a los amigos de Jean, e investigando en la casa de su hija, que las desapariciones del amante de su hija, como la del antiguo socio de su yerno, no son casuales. Jean se entera de sus pesquisas y prepara su asesinato un fin de semana de caza, pero la mala fortuna o la buena suerte, según el punto de vista, hace que la víctima no sea ella. Todo fruto del azar como pensaba Alain, el escritor, que teorizaba sobre la existencia de la suerte, o determinado por el ser humano según Jean.

LA FOTOGRAFÍA DE MATHIEU PERNOT



La Fundación Mapfre organiza la exposición, MATHIEU PERNOT. DOCUMENTO/MONUMENTO,    que constituye una retrospectiva de este fotógrafo francés. Reúne unas trescientas imágenes junto a libros y un vídeo. La particularidad de este artista visual reside en poner el foco en personajes marginados, desplazados por las guerras, inmigrantes o gitanos. Una atención especial tiene con la familia de esta etnia, Los Gorgan,, que en esta muestra ocupa toda una planta. Retrata a sus miembros desde la niñez, su medio de vida, las caravanas donde viven, y la prematura muerte de algunos. Graba en vídeo la costumbre de quemar todos los bienes de esos familiares fallecidos, incluso el lugar provisional donde han vivido. Los demás espacios de la exposición están ocupados por los proyectos realizados a través del tiempo. Un transcurro temporal que resignifica su obra.



La primera serie se denomina, Los Boxeadores (1994), que realizó durante su formación en Arlés. Fueron tomadas en una sala de entrenamiento, y se exponen por primera vez. La serie más reciente fue de hace unos meses por encargo de la Fundación Mapfre en Melilla (2022), donde captura la famosa valla, que guarda todavía restos de ropa enganchada por los inmigrantes que intentan cruzar. Entre ellas, podemos observar, la serie Beirut (2000), sobre la destrucción de esta ciudad debido a la guerra civil, y los posteriores conflictos. Próxima a esta ciudad golpeada por la guerra, se encuentra Siria, que recientemente ha sufrido otro interminable conflicto. Allí realizó la serie, La ruina de su morada (2019-2021). El fotógrafo documenta la destrucción del museo arqueológico de Palmira, mostrando las salas saqueadas y las obras de arte dañadas.



En Francia, después de la Segunda Guerra Mundial, y especialmente en la década de los sesenta, se construyeron grandes urbanizaciones de bloques geométricos en la periferia de las ciudades, para acoger a los inmigrantes provenientes del éxodo rural y del extranjero.  En la década del 2000, Mathieu Pernot, fotografió sus demoliciones, en la serie, Implosiones/Nubes (2000-2006), que forman un conjunto de imágenes que contrastan con un grupo de postales, denominadas Un mundo feliz, de esos mismos espacios en su momento recién acabados, que suponían una auténtica materialización de una utopía urbanística y social. En la serie, Los que gritan (2001-2004), aborda el mundo de la cárcel desde fuera de sus muros, y en la serie, La Santé (2015-2023), emplea el collage con las imágenes de revistas y las hojas de los cuadernos de registro de la administración penitenciaria, que recogió de sus escombros o estaban pegadas en las paredes y las puertas de las celdas. Lo que nos informa de otra de las características fundamentales del fotógrafo, de emplear materiales procedentes de archivos históricos y álbumes familiares o personales que dialogan con su obra.




PERSPECTIVAS SOBRE LA INFANCIA





Casi a diario se producen noticias dramáticas protagonizadas por niños y adolescentes. Noticias referidas a víctimas de acoso en las aulas o violaciones grupales en centros comerciales. También de peleas en la calle o autolesiones, que nos informan de su turbulenta salud mental. Sabemos de su fácil acceso a imágenes de carácter violento a través del móvil o el ordenador en la red. Además, se valen de la misma para publicitar hechos similares protagonizados por ellos o por su grupo de colegas. Sin llegar a sucesos trágicos, existe una violencia cotidiana, a la que no llegan ni los padres, ni los educadores. La película japonesa, MONSTRUO, dirigida por Hirokazu Koreeda, trata de esa distancia que presenta la vida de los niños respeto a los adultos que más les influyen, con un guion que recibió el mejor premio para su autor, Yuji Sakamoto, en el pasado Festival de Cannes.



Uno de los temas centrales de la película trata sobre el acoso escolar. El que sufre el pequeño Hori por parte de sus compañeros de clase. Solamente, será Minato quien con su profunda amistad, logre aliviar el escarnio diario. El primero es un niño de carácter dulce que juega siempre con las chicas, convertido en centro de burlas y bromas pesadas. Pero esta circunstancia la va descubriendo el espectador según transcurre la historia, en principio centrada sobre todo en Minato, que tiene un comportamiento anormal, fruto según él del maltrato de un profesor. La primera perspectiva, será entonces, de la madre que realizará una serie de visitas al colegio para denunciar al docente, por los insultos que le ha proferido, por el daño físico al retorcerle la oreja. La segunda será la del profesor, recién llegado al centro escolar, que tiene un juicio equivocado respecto a Minato, pues cree que acosa a Hori, cuando es su mejor amigo.



La tercera perspectiva es la de los propios chicos, la que desvela la verdad. La del acoso que ejercen los compañeros de clase sobre Hori. La profunda amistad que tiene con Minato. Los dos tienen circunstancias familiares similares. Viven solo con uno de sus progenitores. Hori con su padre, que le maltrata, y Minato con su madre, viuda. El guionista indaga en la psicología de la infancia. En cómo los niños pasan por el tamiz de su mente la información que reciben de sus familias o del colegio. Cómo les determina sus actos o su pensamiento. Hori lleva un mechero y parece que ha prendido un local de alterne que visita su padre. Los dos piensan en el eterno retorno y la reencarnación después de la muerte. Les falta un entorno familiar y afectivo completo. Al final de la historia, la llegada de un fuerte tifón, provoca fuertes lluvias y corrimientos de tierras. Es el momento donde los protagonistas se juntan. La madre de Minato y el joven profesor, que reconoce su error, buscan a los niños en su peligroso lugar de juegos, un antiguo vagón de tren abandonado. Ninguno de los dos son monstruos, ni tienen el cerebro de un cerdo. Los protagonistas descubren una salida del vagón y del túnel inundado. Han pasado las fuertes lluvias, el sol luce, y han reencontrado la felicidad.