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LA VIDA A TRAVÉS DEL CINE
CRÍMENES RACISTAS EN OKLAHOMA
EL DOLOR DE LA MATERNIDAD
La película, O CORNO, escrita y dirigida por Jaione Camborda, empieza y termina con la misma escena, una mujer dando a luz. La del comienzo, mas larga que la última. Unas escenas de parto donde se muestra al espectador los momentos en los que nace un nuevo ser humano. La mujer se debate en continuos dolores, mientras es ayudada por otra, en presencia de su familia. La escena se produce en la habitación de una casa particular, no en la sala aséptica de un hospital. La matrona tiene especial cuidado con la parturienta que grita, que se mueve a veces por la habitación, sin postrarse en la cama. Por fin llega el nacimiento con la madre casi de pie. Las diferencias en la atención y el lugar se explican porque la historia está ambientada en la Illa de Arousa en 1971. Un entorno rural al lado del mar. Desde las primeras imágenes se puede deducir la experiencia de la matrona, que parece haber heredado un saber ancestral al ayudar a otras mujeres en el momento decisivo de ser madres.
María, la protagonista, no parece una persona cualificada para desarrollar esta labor, más bien, muestra cualidades para ayudar en el parto transmitidas por la tradición. Además, sobre todo, se gana la vida mariscando. Vive sola y no tiene hijos. Sin embargo, entre otras mujeres, también se sabe que se dedica a practicar abortos, cuando en secreto se lo piden, pues por aquellos tiempos del tardofranquismo no era legal. Será la hija adolescente de la mujer a quien ha ayudado al parto en la primera escena, quien un día se ponga en contacto con ella, sin sus padres saberlo, para que ponga fin a su embarazo. María, al principio se muestra reticente, pero luego acepta llevarlo a cabo. Para ello prepara una especie de infusión cuyo principal componente es un hogo que se encuentra en el centeno seco. La protagonista se cita con la joven en un establo para tomar el brebaje y expulsar los restos de la incipiente gestación.
Todo se produce sin problemas, tras sufrir los efectos de la bebida abortiva. La joven vuelve a su casa sola y María se dirige a una fiesta popular. A la mañana siguiente, una amiga le informa que han encontrado a la chica muerta, y la policía sospecha de ella. Entonces, decide huir, siguiendo el consejo de esta amiga para dirigirse a la frontera con Portugal donde tiene una prima que le puede ayudar y esconderse en el país vecino. De esta manera lo hace a través de caminos solitarios hasta llegar al pueblo, en el que sus contactos, versados en el contrabando por el río, le cruzan a la otra orilla, no sin dificultad, al ser descubiertos por la policía. Ya en Portugal se ganará la vida con trabajos esporádicos en el campo y cuidando el hijo de una prostituta. Un día descubre su embarazo. En principio toma la decisión de abortar al preparar la bebida del hongo, pero al final, descubrimos que no lo llevó a efecto, pues contemplamos su propia experiencia del parto.
FRUTOS DEL AZAR
LA FOTOGRAFÍA DE MATHIEU PERNOT
La Fundación Mapfre organiza la exposición, MATHIEU PERNOT. DOCUMENTO/MONUMENTO, que constituye una retrospectiva de este fotógrafo francés. Reúne unas trescientas imágenes junto a libros y un vídeo. La particularidad de este artista visual reside en poner el foco en personajes marginados, desplazados por las guerras, inmigrantes o gitanos. Una atención especial tiene con la familia de esta etnia, Los Gorgan,, que en esta muestra ocupa toda una planta. Retrata a sus miembros desde la niñez, su medio de vida, las caravanas donde viven, y la prematura muerte de algunos. Graba en vídeo la costumbre de quemar todos los bienes de esos familiares fallecidos, incluso el lugar provisional donde han vivido. Los demás espacios de la exposición están ocupados por los proyectos realizados a través del tiempo. Un transcurro temporal que resignifica su obra.
La primera serie se denomina, Los Boxeadores (1994), que realizó durante su formación en Arlés. Fueron tomadas en una sala de entrenamiento, y se exponen por primera vez. La serie más reciente fue de hace unos meses por encargo de la Fundación Mapfre en Melilla (2022), donde captura la famosa valla, que guarda todavía restos de ropa enganchada por los inmigrantes que intentan cruzar. Entre ellas, podemos observar, la serie Beirut (2000), sobre la destrucción de esta ciudad debido a la guerra civil, y los posteriores conflictos. Próxima a esta ciudad golpeada por la guerra, se encuentra Siria, que recientemente ha sufrido otro interminable conflicto. Allí realizó la serie, La ruina de su morada (2019-2021). El fotógrafo documenta la destrucción del museo arqueológico de Palmira, mostrando las salas saqueadas y las obras de arte dañadas.
En Francia, después de la Segunda Guerra Mundial, y especialmente en la década de los sesenta, se construyeron grandes urbanizaciones de bloques geométricos en la periferia de las ciudades, para acoger a los inmigrantes provenientes del éxodo rural y del extranjero. En la década del 2000, Mathieu Pernot, fotografió sus demoliciones, en la serie, Implosiones/Nubes (2000-2006), que forman un conjunto de imágenes que contrastan con un grupo de postales, denominadas Un mundo feliz, de esos mismos espacios en su momento recién acabados, que suponían una auténtica materialización de una utopía urbanística y social. En la serie, Los que gritan (2001-2004), aborda el mundo de la cárcel desde fuera de sus muros, y en la serie, La Santé (2015-2023), emplea el collage con las imágenes de revistas y las hojas de los cuadernos de registro de la administración penitenciaria, que recogió de sus escombros o estaban pegadas en las paredes y las puertas de las celdas. Lo que nos informa de otra de las características fundamentales del fotógrafo, de emplear materiales procedentes de archivos históricos y álbumes familiares o personales que dialogan con su obra.
PERSPECTIVAS SOBRE LA INFANCIA
Casi a diario se producen noticias dramáticas protagonizadas por niños y adolescentes. Noticias referidas a víctimas de acoso en las aulas o violaciones grupales en centros comerciales. También de peleas en la calle o autolesiones, que nos informan de su turbulenta salud mental. Sabemos de su fácil acceso a imágenes de carácter violento a través del móvil o el ordenador en la red. Además, se valen de la misma para publicitar hechos similares protagonizados por ellos o por su grupo de colegas. Sin llegar a sucesos trágicos, existe una violencia cotidiana, a la que no llegan ni los padres, ni los educadores. La película japonesa, MONSTRUO, dirigida por Hirokazu Koreeda, trata de esa distancia que presenta la vida de los niños respeto a los adultos que más les influyen, con un guion que recibió el mejor premio para su autor, Yuji Sakamoto, en el pasado Festival de Cannes.
Uno de los temas centrales de la película trata sobre el acoso escolar. El que sufre el pequeño Hori por parte de sus compañeros de clase. Solamente, será Minato quien con su profunda amistad, logre aliviar el escarnio diario. El primero es un niño de carácter dulce que juega siempre con las chicas, convertido en centro de burlas y bromas pesadas. Pero esta circunstancia la va descubriendo el espectador según transcurre la historia, en principio centrada sobre todo en Minato, que tiene un comportamiento anormal, fruto según él del maltrato de un profesor. La primera perspectiva, será entonces, de la madre que realizará una serie de visitas al colegio para denunciar al docente, por los insultos que le ha proferido, por el daño físico al retorcerle la oreja. La segunda será la del profesor, recién llegado al centro escolar, que tiene un juicio equivocado respecto a Minato, pues cree que acosa a Hori, cuando es su mejor amigo.
La tercera perspectiva es la de los propios chicos, la que desvela la verdad. La del acoso que ejercen los compañeros de clase sobre Hori. La profunda amistad que tiene con Minato. Los dos tienen circunstancias familiares similares. Viven solo con uno de sus progenitores. Hori con su padre, que le maltrata, y Minato con su madre, viuda. El guionista indaga en la psicología de la infancia. En cómo los niños pasan por el tamiz de su mente la información que reciben de sus familias o del colegio. Cómo les determina sus actos o su pensamiento. Hori lleva un mechero y parece que ha prendido un local de alterne que visita su padre. Los dos piensan en el eterno retorno y la reencarnación después de la muerte. Les falta un entorno familiar y afectivo completo. Al final de la historia, la llegada de un fuerte tifón, provoca fuertes lluvias y corrimientos de tierras. Es el momento donde los protagonistas se juntan. La madre de Minato y el joven profesor, que reconoce su error, buscan a los niños en su peligroso lugar de juegos, un antiguo vagón de tren abandonado. Ninguno de los dos son monstruos, ni tienen el cerebro de un cerdo. Los protagonistas descubren una salida del vagón y del túnel inundado. Han pasado las fuertes lluvias, el sol luce, y han reencontrado la felicidad.