SOBREVIVIR EN LOS ANDES


 

En época prehistórica el ser humano se dedicaba a la caza y a la recolección para alimentarse. Deberían ser actividades inciertas porque se han encontrado restos de huesos humanos raídos por la dentadura de otros homínidos. Si la actividad depredadora no proporcionaba el sustento necesario para subsistir, lo único que cabía era sacrificar a sus congéneres. En la actualidad sería un hecho excepcional limitado a una situación extrema como la que vivieron los protagonistas de la película LA SOCIEDAD DE LA NIEVE, dirigida por J.A. Bayona, basada en el libro del escritor Pablo Vierci. En este caso, se comieron los cadáveres de los pasajeros que no pudieron sobrevivir al accidente aéreo o murieron de enfermedad mientras se encontraban aislados en medio de la cordillera andina entre Argentina y Chile. Fueron 29 los que se salvaron del accidente de un total de 45, aunque sólo salieron vivos al final, unos 16, tras sufrir enormes penalidades en medio de la nieve, el frío y la falta de alimentación. 



El avión transportaba un pasaje formado por jugadores de rugby entre Uruguay y Chile. A mediados de octubre de 1972 al cruzar la cordillera andina el avión impactó con una montaña cayendo parte de sus restos en un valle en altura. Allí permanecieron hasta el 22 de diciembre de ese mismo año cuando dos supervivientes lograron llegar andando a Chile, una vez que comenzaba el deshielo por la llegada del verano. Entre esas dos fechas, hicieron todo lo posible para ser rescatados o no permanecer tan aislados. Lograron hacer funcionar una radio portátil, pero fallaron en hacer funcionar la del avión. Fueron testigos de cómo las naves de reconocimiento no los vieron entre la inmensidad de las montañas. El problema más peliagudo era conseguir alimento. Al principio, aprovecharon todo lo que llevaba el avión y el equipaje. Luego no les quedó más remedio que comerse los cadáveres de sus compañeros fallecidos, bien conservados por el frío.



El director narra, sobre todo, las enormes dificultades para sobrevivir ante las inclemencias de las bajas temperaturas, la falta de alimento, y las enfermedades. El dilema moral si emplear los cadáveres para alimentarse. En una ocasión, fueron víctimas de un segundo suceso, el alud de una masa de nieve que provocó estar sepultados varios días y más víctimas a las que añadir a la lista. La llegada del verano en el hemisferio sur les salvó cuando sus fuerzas se encontraban al límite. Dos jóvenes, de los más preparados físicamente y mentalmente, tomaron la decisión de dirigirse al lado chileno de la cordillera para encontrar ayuda. Lo lograron y fueron rescatados rápidamente. Este es el final de una experiencia impactante de un grupo humano en su lucha por la supervivencia en medio de una naturaleza hostil. 

LA REVOLUCIÓN DE CARAVAGGIO


 

Michelangelo Merisi, Caravaggio, es uno de los pintores fundamentales de la historia del arte. Creó un nuevo estilo de pintura entre el siglo XVI y el XVII, la que consideramos con el calificativo de barroca. Una pintura caracterizada por el realismo en la percepción de los objetos y los cuerpos humanos, frente al idealismo y la sofisticación del Renacimiento y el Manierismo. Igualmente, emplea mayor color frente al dibujo, y fuertes contrastes de luces y de sombras, que predominan en una composición muy situada en primer plano frente al espectador. Sin embargo, lo más llamativo fue que sus modelos para los temas religiosos, los tomaba de la calle, de pobres y prostitutas, que se ganaban el sustento de forma precaria. Esto le supondría un conflicto con la Iglesia que no los consideraba personas adecuadas para encarnar a los santos personajes del relato bíblico. Por otra parte, el artista, de origen humilde, tuvo un carácter pendenciero, que le obligaría a huir de Roma, tras dar muerte a una persona en un duelo con la espada. Su vida y su obra nos la muestra la película, LA SOMBRA DE CARAVAGGIO del director italiano Michele Placido.




Las grandes obras de Caravaggio aparecen en la película mezcladas con el argumento que un inquisidor del Papa indaga en la obra y en la pintura del artista para luego decidir si se le perdona de la muerte de un hombre. Desde muy joven, el pintor, se ganaba la vida pintando bodegones y cuadros de género que vendía en la calle. Entró en el taller de un pintor de segunda fila hasta que su novedoso estilo impactó en el gusto de grandes coleccionistas de arte como el Cardenal del Monte y Scipione Borghese, sobrino del mismo Papa, que si bien se sorprendían de los modelos que empleaba, alababan el estilo naturalista y el punto de vista del autor. La investigación del inquisidor descubrirá sus éxitos y su forma de vivir entre los marginados de la Roma de comienzos del siglo XVII. También su carácter atormentado en su búsqueda de la realidad sin artificio, dentro de una profunda religiosidad. La familia Colonna le protegió desde niño hasta esta época de huida, primero a Nápoles, luego a Malta, para intentar regresar del exilio, en cuyo camino moriría.



La película dice que fue engañado para que regresara a Roma y luego ejecutado por los familiares del hombre asesinado, a causa de negarse a dejar la pintura, según las condiciones del inquisidor papal, que veía un peligro su estilo de pintura, aunque admiraba la excelencia de su arte. No parece cierta esta forma de morir, aunque lo hizo en extrañas circunstancias. Se sabe de todas las maneras el éxito de su nuevo estilo, luego denominado, barroco, entre el público y grandes entendidos de la pintura de la época. Igualmente, entre otros pintores contemporáneos. En la película aparece como amigo su colega Orazio Gentileschi, y su famosa hija, Artemisia, aunque se conoce todo un grupo de artistas que siguieron su particular forma de pintar, como el pintor valenciano Ribera. Así, por tanto, lo que en principio fue una manera de tratar la historia sagrada condenable por su falta de decoro, luego sería la más adecuada para expresar una religiosidad más cercana a la devoción de un pueblo iletrado.

EL PODER FEMENINO EN EL ARTE


 

El CaixaForum Madrid organiza la exposición VENERADAS Y TEMIDAS. EL PODER FEMENINO EN EL ARTE Y LAS CREENCIAS, que reúne 166 piezas históricas procedentes del British Museum, que ilustran un recorrido por la representación de la mujer en el arte a través de diferentes culturas y continentes. Desde hace miles de años hasta la actualidad del siglo XXI, la mujer es advocación de un poder espiritual con incidencia en la naturaleza humana de varios significados y múltiples capas. Unos de carácter positivo otros negativos. Sin duda complementarios. Supone una percepción de lo femenino y de la identidad de género, encarnado en diosas, demonios, brujas y otros seres espirituales. Está muy presente a lo largo del recorrido de la exposición la cultura griega, la civilización egipcia, e incluso la mesopotámica, la hindú y la budista, mediante obras maestras como la escultura romana de Venus púdica en mármol. Componen un conjunto de piezas antiguas que entran en diálogo con obras de nuestra cultura contemporánea que se interrogan sobre los temas del pasado, ahora desde una perspectiva actual. 




La exposición se distribuye en cinco secciones o espacios. El primero se titula Creación y Naturaleza, encarnado por obras que representan los procesos biológicos en la naturaleza con la imagen de una deidad, que no sólo alude a la vida o la abundancia, sino a la muerte y la destrucción. Una talla en piedra de la Irlanda medieval de Sheela-na-gig muestra a una mujer con una vulva prominente. Adornaba una iglesia o un espacio público y presenta varios significados como alentar contra el pecado de la lujuria o símbolo de la fertilidad. El segundo apartado, uno de los más conseguidos, denominado Pasión y deseo, entendidos como valores que unen a las mujeres y hombres en lo divino, o en su contrario, el mal. Está presidida por la mencionada escultura monumental de Venus romana, y piezas como la mesopotámica Isthar, Reina de la Noche. En este ámbito se nombran a la Lilith judía, que se negó a someterse a Adán, y fue compañera y amante de Satanás. También a la Eva pecadora en el paraíso, y a Krishna y Radha, en el mundo hindú.



El apartado Magia y Maldad, recoge las representaciones femeninas de seres que suponen una amenaza o peligro para la sociedad, ya sean brujas, monstruos o demonios. La exposición trata de desmontar estas creencias para indicar la complejidad de estos personajes que nos informan de mujeres independientes y marginadas. Un ejemplo dentro de la mitología griega lo constituye Medusa, que incluye la dos vertientes, un icono de rabia como de rebeldía. La artista de la performance Marina Abramovic, se graba en vídeo estática con una serpiente viva que rodea su cuerpo. Por otra parte, el siguiente espacio, Justicia y defensa, está presidido por la escultura portentosa de la diosa egipcia, Sekhmet con cabeza de leona, que lleva asociado a ella el significado de la guerra, la aniquilación y la maldad. Pero también de la protección y de la vida, porque aparece junto a la diosa Hathor representada con la cabeza de vaca. Llama la atención en este espacio el vídeo  Habla de la artista Cristina Lucas, en el cual destruye a mazazos una escultura que reproduce el Moisés de Miguel Ángel como símbolo de la cultura patriarcal.



Termina el recorrido con el espacio Compasión y salvación, que trata sobre María, sobre la perspectiva del cuidado maternal, camino correcto frente a la condenación a la que lleva el pecado, según la tradición cristiana y el islam. También la figura sin género de Guanyin en la tradición budista como representación del primer concepto. Un Epílogo cierra el recorrido con la obra Leiva, la escultura de Austin Camilleri que representa a su hija desafiante ante el juicio de la sociedad por su condición femenina.


LA VERDAD EN LA FICCIÓN


 

Existen argumentos de películas en el que una muerte fortuita no se puede distinguir de un homicidio. La trama consiste en descubrir la verdad de lo que sucedió. Puede suceder que un personaje, sea el principal sospechoso desde el punto de vista circunstancial. Los investigadores de la policía recaban pruebas hacia esa persona con más probabilidades de ser el culpable. Incluso tienen algunas pruebas racionales que indican su responsabilidad, aunque no son del todo concluyentes. Si la película está realizada para un público que no busca complicaciones, en un momento determinado se desvela la verdad, aunque en el transcurso de la historia, todavía no se ha logrado acusarle con todas las evidencias. Sin embargo, hay obras cinematográficas, en el que la verdad nunca es expuesta de forma evidente. Tiene que ser deducida por el análisis de la realidad basada en los hechos, una y otra vez si hay oportunidad de celebrar un juicio oral. En este caso el espectador se convierte en un miembro del jurado más. Esto es lo que sucede a la película, ANATOMÍA DE UNA CAÍDA, escrita y dirigida por la directora Justine Triet.



El objetivo por tanto del argumento no es tanto descubrir al culpable de un asesinato o mostrar la verdad, sino las circunstancias que propiciaron la misma. La realidad humana compleja que estuvieron en la base de unas consecuencias trágicas. Justine Triet construye su película con una forma aparentemente simple, pero de trasfondo complejo. Samuel cae desde una ventana en su casa de los Alpes y muere. Mientras su mujer, Sandra, una escritora famosa, duerme en su habitación. Su hijo Daniel, con discapacidad visual regresa de un paseo con su perro guía y descubre a su padre tendido en la nieve sobre un charco de sangre. La policía indaga las circunstancias y concluye que fue golpeado y empujado desde el segundo piso. Sandra para su defensa llama a un amigo abogado que la preparará para el juicio. Las pruebas circunstanciales le inculpan y la juez decide libertad provisional hasta su conclusión.



La policía averigua que días antes del triste suceso habían tenido una fuerte discusión. Que la pareja no tenía una buena relación, deteriorada con el tiempo. El marido sufría depresiones desde que su hijo Daniel tuvo un accidente donde él fue el responsable al no acudir a recogerle al colegio. Además, abandonó en parte su trabajo de profesor, para dedicarse a cuidarle. Se sentía frustrado de no poder ser escritor como su mujer, que había alcanzado el éxito en esta profesión, y tenía numerosas entrevistas. De todas maneras, ella le siguió a los Alpes de donde él era originario. Pretendía ampliar su vivienda y dedicarla a hotel de montaña. Una vez iniciado el juicio, la defensa de Sandra trata de demostrar que no pudo ser un asesinato. Que a pesar de la fuerte enfrentamiento tenido los días previos, no era posible que ella le diera un fuerte golpe en la cabeza y le arrojara del balcón hasta el suelo. Más bien se suicidó tirándose de la buhardilla que estaba reformando al llegar al límite de la desesperación. 



En el juicio salen a relucir los aspectos más personales de la pareja. El fiscal, apoyado en la policía, aporta como prueba un vídeo grabado de la discusión, que el marido grababa para un posterior libro inspirado en sus experiencias personales. También, las infidelidades de Sandra con otras personas, especialmente mujeres, a las que ésta no daba ninguna importancia. La defensa, en cambio, informa que el marido ya intentó suicidarse antes, y se encontraba psicológicamente dañado. Por otra parte, el fiscal llega a utilizar de forma inverosímil los libros de la protagonista para inculparle. Todo se decantará con la declaración de Daniel, que no vio ni oyó especialmente nada, pero un detalle de su perro guía, va a salvar a su madre de la cárcel. Este argumento en el que la protagonista da todo de sí en favor de la verdad y la interpretación destacada de la actriz que la interpreta, Samantha Hüller, a pesar de circunstancias no favorables; la forma de abordarlo por la directora, centrándose en el protagonismo de una mujer acusada; la incertidumbre de un niño discapacitado, hizo que concedieran a la película la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

EL REVERSO DE LOS CUADROS


 

El Museo del Prado organiza la exposición REVERSOS, sobre la parte trasera de las pinturas que nos proporcionan una información significativa, más completa sobre las mismas y sus creadores. El reverso, se puede considerar, como un tema en sí de las mismo, incluso el alter ego de los propios pintores. Si nos fijamos en Las Meninas, Velázquez se representa frente a un lienzo que el espectador contempla su reverso, que ocupa gran parte del frontal junto a la infanta y los demás personajes. De ahí su importancia a lo largo de la historia de la pintura. Desde el fin de la Edad Media hasta el arte contemporáneo. Miguel Ángel Blanco, comisario de la muestra, organiza en 11 apartados las perspectivas de estudio o de abordar el tema, sin orden cronológico, incluyendo obras contemporáneas nunca vistas en el Museo del Prado que suman unas 100 obras. De esta manera, estudiar el reverso nos proporciona una visión más completa del artista y de la obra pictórica en sí, de su historia, de sus propietarios, de la incidencia del paso del tiempo sobre ella.



Los artistas se han autorretratado detrás del lienzo, mostrando el reverso. Goya y el propio Van Gogh siguen este procedimiento, éste, en concreto, con una magnífica pintura procedente de su museo de Ámsterdam. Los bastidores sujetan el lienzo y sirven para su transporte. Para esta labor se utilizaron con motivo de las guerras del siglo XX para el traslado de las pinturas. Tienen un sentido metafórico que alude al sacrificio del trabajo del pintor. A veces quedan al descubierto de forma frontal, si el lienzo se quema como en algunas telas de Joan Miró. Otros son objeto de representación en sí o han perdurado tras una restauración por su fama, como el de El Guernica de Picasso. El reverso puede representarse, además, como motivo frontal en forma de trampantojo. Lo hacen numerosos artistas desde el siglo XVII, y lo utiliza René Magritte en época contemporánea. 



El reverso llegó a convertirse en una auténtica Cara B de la parte frontal, dando un matiz explícito, enigmático o complementario a la principal. Se combina la pintura y la escultura u otras técnicas en un lado y otro. A veces es un matiz licencioso, en otros devoto, histórico o paisajístico. En el reverso como lado oscuro y olvidado podemos comprender el método y la personalidad del artista a través de imágenes que forman parte del proceso creativo. Son imágenes descartadas, a pesar de que algunas se encuentran casi acabadas. La mayoría son diferentes a la principal, y en otras, prueba ideas o ensaya la composición. En la exposición se llegan a colgar cuadros de cara a la pared en una manifestación de radicalidad. Nos permite leer las inscripciones que los pintores nos legaron con informaciones sobre sí mismos, los benefactores o los modelos. Además, en los reversos, se encuentran testimonios de las peripecias de las obras si se estudian los sellos y las etiquetas pegadas, procedentes de galerías o grandes coleccionistas, como la Casa de Alba, Isabel de Farnesio o Gaspar de Haro. 



A lo largo del tiempo, las pinturas fueron adaptadas a nuevas ubicaciones. Este proceso dejó huella en los reversos con pliegues, cortes y recortes. La exposición, por otro lado, nos habla del reverso humano, del espectador que contempla en un museo los cuadros, o del aprendiz copiando una pintura. También, del carácter ornamental del lado trasero de las pinturas que imitan materiales como el mármol o telas; o de imágenes fantasmagóricas causadas por la infiltración de los aceites del oleo. Finalmente, los reversos de los cuadros nos hablan de la naturaleza del soporte. Puede ser de marfil, cobre, corcho, porcelana, y pizarra entre otros. Sin embargo, el elemento natural más abundante en los reversos es el polvo. El comisario crea tres obras artísticas que recogen el polvo acumulado durante años en los bastidores del cuadro La Transfiguración, copia de Rafael.




ASCENSO Y CAÍDA DE NAPOLEÓN


 

Napoleón Bonaparte ha pasado a ser uno de los personajes más importantes de la historia al comienzo de la Edad Contemporánea. Alabado y fuente de inspiración para literatos, filósofos y músicos construyó un imperio francés en Europa. Su mayor enemigo fue Gran Bretaña a la que no pudo doblegar, mientras derrotó a los principales reyes y emperadores del continente. Los británicos era una extraordinaria potencia marítima cuyos barcos dominaban los mares y el comercio. Napoleón pretendió su bloqueo, pero erró en sus pretensiones, que causaron numerosas batallas tanto marítimas como terrestres. La película, NAPOLEÓN, del director Ridley Scott, narra su trayectoria desde su cargo como oficial del ejército hasta llegar a ser emperador. Desde la época del Terror en la Revolución francesa hasta la batalla de Waterloo y su exilio definitivo en la isla de Santa Helena donde fallecería.



El guionista de la película hace un retrato del protagonista basándose en las últimas palabras que pronunció a su muerte: Francia, el ejército y Josefina. Napoleón pretendió hacer grande a su nación totalmente cambiada fruto de la revolución liberal burguesa. Para ello luchó contra sus enemigos interiores, los realistas, y exteriores, las potencias absolutistas, que le veían como una amenaza para sus tronos. Le retrata, igualmente como un militar de rápido ascenso, hábil táctico y estratega en el campo de batalla, que va a defender la república burguesa, primero con el Directorio, luego con el Consulado, y finalmente con el Imperio, en un régimen ya transformado entorno a su personalidad. La película le muestra en pleno combate, en una serie de batallas famosas: la liberación del puerto de Toulon, la de Egipto, la de Austerlitz, Borodino, y finalmente, Waterloo, después de su primer exilio en la isla de Elba.



Las relaciones con su primera mujer, Josefina, una mujer aristócrata, viuda de militar, ocupa gran parte del argumento. Se muestra enamorado de ella, dominador y a la vez dependiente durante toda su vida. Ella le dice que él quiere ser grande pero a la vez no puede ser nada sin su compañía. Napoleón nunca perdería el contacto, pero tuvo que divorciarse al no poder tener un heredero. Para ello se casó con una princesa austriaca que llegará a satisfacer sus deseos. El retrato, en general, que hace la película no engrandece al personaje, sino movido por su ansia de poder sin importarle las consecuencias en vidas humanas. Refleja la posición inglesa frente al emperador que enuncia su mejor general y más grande enemigo, el duque de Wellington. Por otra parte, la trayectoria que refleja el personaje resulta incompleta porque no alude a la Guerra de la Independencia española, el primer territorio donde su ejército sufrió derrotas en el campo de batalla. Napoleón, de todas las maneras, extendió directa e indirectamente las ideas del liberalismo por todo el continente, y al oprimir a los pueblos conquistados, el nacionalismo. Había nacido, en consecuencia, una nueva época en la Historia del mundo.


AL PIE DE LA MONTAÑA


 

Los pequeños pueblos, especialmente de montaña, han ido perdiendo progresivamente población a lo largo de la geografía española. Fenómeno agravado por las malas comunicaciones en carretera, que hacen que sea el vehículo privado, el único medio de transporte. Si no tiene un notorio atractivo turístico y existe alguna infraestructura que lo refuerce, están abocados a la emigración de sus habitantes. La posibilidad de trabajar a distancia gracias a la red, ha favorecido, de todas maneras, el establecimiento de gentes que huyen de la ciudad por distintos motivos. También la circunstancia que es un mejor entorno para tener viviendas más grandes y baratas o dedicarse a trabajos artesanos. Puede, igualmente, ser un espacio propicio para una segunda residencia mucho más amplia y espaciosa, cerca de la naturaleza que la vivienda urbana cerca. Este es el contexto de la protagonista de la película, UN AMOR, dirigida por Isabel Coixet, cuyo argumento se basa en la novela homónima de Sara Mesa.



Nat, la protagonista, es una joven intérprete que abandona su trabajo de dar voz a lo refugiados que vienen de África con duras experiencias de violencia, para dedicarse a la traducción de libros a distancia. Para ello alquila una amplia vivienda de dos pisos en un pueblo aislado de montaña. La casa se encuentra en mal estado, pero no se puede permitir un alquiler que no sea económico. El propio casero, un personaje sin escrúpulos, le regalará un perro maltratado, lleno de cicatrices, para hacerle compañía. Poco a poco irá conociendo a sus vecinos, que como sucede en los pueblos, le irán acogiendo en sus vidas. El matrimonio de empresarios que tiene dos hijas pequeñas y viven en una segunda residencia. El artesano vidriero que hace cristalerías artísticas. Una pareja de ancianos, uno de ellos con demencia senil. Y sobre todo, el apodado el alemán, que se ofrecerá a arreglarle las goteras a cambio de sexo, y con quien acabará teniendo una relación amorosa.



La protagonista lleva la relación con el alemán en secreto, pero en los pueblos, la gente se acaba enterando de todo. Una relación que acaba cuando ella se muestre celosa, vigilando al hombre que no quiere con ella ningún compromiso. El maestro vidriero y el casero, entonces, desean lo mismo que le dio al alemán. Aprovecharse, como los numerosos buitres que anidan en los riscos más escarpados de las montañas, de cualquier presa herida o débil. Al final, tendrá que irse del pueblo por esta circunstancia, además del incidente de su perro que muerde a una de las hijas de sus vecinos. Deja de nuevo todo atrás para conseguir su libertad, cuyo viento puro, puede respirar en un alto en el camino de regreso a otra etapa de su vida. Le acompañará su mascota más fiel, Sieso, que ha logrado escapar de quienes pretendían hace justicia con él.

SOLIDARIDAD CON LOS REFUGIADOS


 

Hubo un tiempo en el que la solidaridad de los trabajadores permitió afrontar las duras condiciones de las explotaciones mineras. Muchos pueblos fueron construidos en Inglaterra alrededor de las mismas. Durante la década de los ochenta el gobierno conservador de Margaret Thatcher ordenó su cierre en favor de la rentabilidad. Desde entonces comenzó el empobrecimiento y la degradación de los pueblos construidos para alojar a los mineros. Unos mineros que iniciaron una lucha contra las medidas de recorte y cierre basadas en la huelga. Las duras condiciones fueron afrontadas con la ayuda mutua entre los trabajadores. Uno de sus lemas fue que si comes juntos permaneces unidos. Hoy aquellos pueblos mineros son sociedades fracturadas, empobrecidas, sin apenas servicios públicos, donde las casas cada vez valen menos. Lo único que permanece son viejos recuerdos. En este contexto se sitúa la película EL VIEJO ROBLE, de Ken Loach, escrita por su colaborador, Paul Laverty.



Las guerras y la penuria económica en el mundo continúan hoy. Causan enormes movimientos de población inmigrante y refugiados políticos que huyen de la miseria y la violencia. Loach nos cuenta cómo un grupo de refugiados sirios son instalados en una población de antiguos trabajadores mineros. El gobierno les proporciona vivienda y ayuda para poder vivir. Un sector de la población les ampara, otra, les rechaza. Muestra racismo y xenofobia que a veces se traduce en violencia. Todo se dirime en el antiguo pub del pueblo llamado El viejo roble dirigido por T.J. Balllantyne, hijo de familia minera, que está a favor de que sean acogidos y puedan ganarse la vida. En cambio, un sector de sus clientes muestra un claro rechazo y los ve como competidores en el trabajo y desde el punto de vista cultural. El protagonista, tras la muerte de su mascota, decide implicarse en su colaboración cediendo el local abandonado del pub para dar de comer no solo a los refugiados, sino a las familias necesitadas del pueblo.



Sin embargo, un día, el grupo de vecinos xenófobos, boicotean el local, que hace costosa su reparación. Entonces se frena la importante labor social de proporcionar alimento a la población refugiada y a los pobres. Llega el momento de invocar el lema de los sindicatos mineros basado en la efigie de un árbol, el roble, centenario, que dice, solidaridad, fortaleza y resistencia, ahora interpretado en la lengua de los refugiados. Una solidaridad y cooperación frente al odio que surge en las sociedades occidentales, basado en bulos y propaganda racista, que identifica un chivo expiatorio para oprimirle. Si hubo solidaridad en la lucha contra el fascismo en los años treinta del siglo XX, ahora, esa debe ser la respuesta de las clases trabajadoras, empobrecidas, de nuestros días, para acoger a gentes que escapan de la violencia y la discriminación. Loach muestra la victoria de la convivencia al final de la película. La cooperación y solidaridad, una vez más, cuando la familia protagonista se entera que su progenitor ha muerto. Finalmente, en el desfile que conmemora las luchas antiguas y las modernas, hoy con nuevas reivindicaciones y visión multicultural.



UNA PROMESA TRUNCADA


 

Una de las medidas más exitosas de la Segunda Republica española fue la mejora de la educación a través de la construcción de multitud de escuelas de primaria y la formación de los maestros encargados de las mismas. El país sufría un atraso inmemorial en la formación de la población, mayoritariamente campesina. Solamente las élites disfrutaban de una educación adecuada. Esta situación lastraba los avances sociales y políticos de la nación. De esta manera el régimen republicano centró muchos de sus esfuerzos en llevar la cultura a las capas más bajas de la población rural y urbana. Jóvenes maestros formados en métodos pedagógicos asociados al nuevo régimen laico y democrático realizaron una labor encomiable cuyo recuerdo todavía perdura. Una labor malograda por el golpe de los militares rebeldes contra la República, que tuvo a los maestros y maestras como uno de sus objetivos a eliminar.



Uno de los casos más famosos de maestros que perdieron su vida por la represión feroz del bando rebelde con motivo de la Guerra Civil fue el de Antonio Benaiges. Su último año de vida lo cuenta la película, EL MAESTRO QUE PROMETIÓ EL MAR, dirigida por Patricia Font con un guion de Albert Val, basado en la novela de Francesc Escribano. El mismo día prácticamente del golpe de Estado, fue apresado por un grupo de falangistas, torturado y asesinado. Su cuerpo no se ha encontrado nunca, como muchas de las víctimas de la represión, todavía enterradas en fosas anónimas. Es el caso del padre del abuelo de la protagonista que vive en una residencia de Barcelona frente al mar, que un día recibe una carta que le informa que en Burgos están excavando una fosa donde podían estar los restos de Bernardo, su antepasado.



Su abuelo, apenas habla y no le puede informar de mucho. En Bañuelos de Bureba podrá enterarse de los hechos ocurridos en los meses anteriores antes del estallido de la Guerra Civil, aquellos en los que la escuela estaba regentada por un nuevo maestro venido de Tarragona, Antonio Benaiges, cuyo método pedagógico vino a revolucionar el antiguo, basado en la disciplina por otro centrado en los alumnos a través de la construcción del aprendizaje y de sus necesidades y deseos. Empleaba una imprenta rudimentaria donde los alumnos editaban sus trabajos elaborados de manera colaborativa. Se interesaba por la música, y las matemáticas las enseñaba desde casos prácticos de la vida diaria. Este método chocó desde el primer momento con el antiguo maestro que era el cura párroco. Igualmente que sus ideas socialistas frente a una sociedad rural conservadora, que él publicó en una pequeña publicación local.



La trama de ficción de la película nos hace ver que la protagonista descubre que el niño que vivía con el famoso maestro, era su abuelo. Por aquel entonces, su padre se encontraba en la cárcel, un personaje que luego compartiría celda con aquel, ya moribundo. Seguramente, sería ejecutado días después, y enterrado en la fosa junto a más de un centenar de víctimas excavada ochenta años después. Se pudo entrevistar con dos de los que fueron sus alumnos, que le enseñaron los trabajos que hicieron con Antonio Benaiges, además de la única fotografía conservada, todo ello oculto, pues sus asesinos procuraron hacer desaparecer cualquier objeto o publicación resultado de su labor educativa. Y sin duda,  truncaron su último proyecto, llevar a los alumnos a ver el mar.

MUJERES ARTISTAS


 

El Museo Thyssen nos trae una exposición imprescindible, requerida en la actualidad desde amplios sectores de la sociedad, profesores, estudiantes y público en general, que se incluya la obra de las mujeres en el canon de la Historia del Arte, hasta nuestros días, borradas prácticamente. Esta exposición se titula, MAESTRAS, constituido por un recorrido feminista por la contribución de artistas mujeres desde finales del siglo XVI a las primeras décadas del siglo XX. Un recorrido formado por ocho temas o apartados que suponen la conjunción entre los periodos históricos y lo géneros artísticos. Las mujeres no gozaron de la igualdad con los hombres, que instituyeron una sociedad patriarcal, por ello, no conocíamos suficientemente sus miradas propias y sus nuevas iconografías. Esta muestra viene a remediar esa carencia, una exposición de mujeres que representan a mujeres y sus intereses



Las obras de arte se componen sobre todo de pinturas y esculturas. Se exhiben sobre el color feminista, violeta oscuro en una distribución a veces abigarrada. El recorrido comienza de forma excelente con los cuadros de Artemisia Gentileschi, artista que sufrió en su propia existencia la violencia machista. Representan heroínas bíblicas y personajes históricos, centrados sobre todo en Judit con la cabeza de Holofernes, o Susana y los viejos. Muestra una versión nueva de estos temas, que observamos de la misma manera en pintoras como Lavinia Fontana, Fede Galizia y Elisabetta Sirani. Este primer apartado se denomina Sororidad I. La causa delle donne, que alude desde este concepto a la solidaridad entre las mujeres en su lucha por sus derechos, la llamada querella de las mujeres.



La segunda perspectiva, Botánicas. Conocedoras de maravillas, parte del progresivo desarrollo científico, que supera el saber ancestral que tenían las mujeres sobre los beneficios de las plantas. En este momento surgirán un grupo de artistas pioneras del bodegón y de la ilustración botánica apoyadas por mecenas mujeres. Tenemos ejemplos en Italia con Fede Galizia y las hermanas Rachel y Ann Ruysh en Holanda. Aportan un sentido holístico a sus iconografías, unas visiones de ecosistema donde las plantas se unen a pequeños animales donde se supera el sentido religioso de la naturaleza muerta como vanitas. La sección, Ilustradas y académicas, muestra la influencia de la Revolución francesa en la lucha de las mujeres por sus libertades. Ser ciudadanas las equipara a los hombres, lo mismo que su visión artística. Pintoras como Élisbeth Vigée-Le Brun y Angelica Kauffman, y escultoras como Marie-Anne Collot destacan en el género del retrato, expresión de la afirmación de la individualidad femenina.



En el apartado, Orientalismo/costumbrismo, las mujeres dejan su huella el la representación de territorios no occidentales o de costumbres nacionales. Lo hacen con respeto y sin la sexualización degradante de sus modelos por parte de sus colegas masculinos. Además pintoras como Henriette Browne y Alejandra Gessler pueden entrar en los harenes dando una visión distinta. Esta mirada propia se observa en las iconografías de Trabajos, cuidados, que representan a la mujer en el campo o en la ciudad. Son igualmente consumidoras o pescadoras. La pintora Henriette Browne inmortaliza a las cuidadoras de enfermos. Se reivindica así un trabajo no remunerado, no suficientemente valorado. Una de las mejores secciones corresponde a la titulada, Nuevas maternidades, ejemplo de la visión diferente de pintoras como Mary Cassat o Suzanne Valadon, entre las más conocidas. Una mirada de la dependencia absoluta del bebé desde la ternura, pero también de la dureza de la crianza y las labores domésticas.



El apartado Sororidad II. Complicidades, expone nuevas iconografías de la confianza y la amistad entre mujeres, un mundo propio al margen de la mirada masculina. Las obras de Berthe Morisot y Marie Bracquemond son un ejemplo. Unas amistades de las mujeres, que además superan los lazos personales y privados, son una forma de poder social y político en favor de una comunidad feminista. Por tanto, representar las relaciones entre ellas de apoyo mutuo, compañerismo y lealtad, supone rechazar la masculina de carácter sexual, que objetualiza sus cuerpos. La última sección, Emancipadas, corresponde a las artistas de vanguardia, después de los avance en derechos de comienzos del siglo XX. Muestran la sororidad con nuevos lenguajes artísticos. Nos encontramos con un numeroso conjunto de obras realizadas por mujeres que luego fueron borradas por el canon, que hoy se trata de cambiar. Artistas como María Blanchard, Camille Claudel, Natalia Goncharova, Sonia Delaunay, Maruja Mallo, Frida Kahlo y Ángeles Santos.


LOS AÑOS 20 EN MADRID




La Comunidad de Madrid organiza en la Sala de Exposiciones Cristóbal Portillo del Archivo Regional, la muestra, LOS 20 DEL XX. UN GARBEO POR MADRID, que presenta un recorrido interactivo guiado por personajes de la época a través de unos monólogos teatralizados, a los que se une un conjunto amplio de materiales, fotografías, vídeos, carteles, cartas, postales y otros objetos que nos describen cómo fue aquella época. Madrid se transformó en pocos años desde sus edificios hasta el vestuario, pasando por las costumbres más cotidianas de sus gentes. Todo esto nos lo cuenta la exposición organizada en seis secciones. La primera titulada Una metrópoli moderna, alude a sus cambios urbanísticos, centrados en la terminación de la primera parte de la Gran Vía, iniciada en la década anterior. Supuso la destrucción de muchos edificios, para abrir una vía ancha para el tráfico en el casco histórico de la ciudad. Allí se construyeron inmuebles de monumentales fachadas de estilo ecléctico historicista y racionalista. Las clases sociales más modestas se desplazaron a la periferia, y las altas al ensanche.






La Gran Vía fue el lugar para el desarrollo de las nuevas costumbres de los años XX, la ampliación del tiempo del ocio, ya sea con el cine y el teatro, y el consumismo en masa, con grandes almacenes y tiendas. La sección, Un nuevo estilo de vida, nos habla de una ciudad que cada vez crece más en población hasta acercarse al millón de habitantes. Allí llegan desde el campo numerosos emigrantes, atraídos por la información proveniente de los medios de comunicación, la prensa, la radio, los anuncios publicitarios protagonizados por hombres y mujeres, que muestran su nuevo estatus social con ropas a la última moda. Aunque existe una brecha de desigualdad económica, esta se atenúa con el crecimiento de la clase media asociada a las nuevas actividades laborales de la época. Son Tiempos de cambio, como se llama la tercera sección, donde se observa el protagonismo del proletariado que consigue la jornada de ocho horas, el descanso dominical y el aumento de los salarios. 






Además, la extensión de la cultura y la educación a cada vez más capas de la sociedad. Es la época dorada de la Residencia de Estudiantes o la Residencia de Señoritas. La mujer se incorpora al conocimiento y todo tipo de actividades antes protagonizadas por hombres. Igualmente, se empieza a construir la Ciudad Universitaria. El cuarto apartado, Todo es innovación, destaca el desarrollo de la aviación como medio de transporte y del uso de la electricidad los hogares, permitiendo la utilización de aparatos que mejorarán a vida cotidiana. También el uso cotidiano de los automóviles y el tren subterráneo para atravesar la ciudad más fácilmente. Por estos años se realizó la primera llamada telefónica al continente americano. La radio, de esta manera, se convertirá en uno de los más importantes medios de comunicación.


 


Se constituye, La sociedad del ocio, el nombre de la quinta sección, que describe una ciudad protagonizada por numerosos espectáculos teatrales de todo tipo, desde obras clásicas a modernas. Corresponde con la época dorada de las grandes divas de ese espectáculo en nuestro país, como Margarita Xirgu, Catalina Bárcena, María Ladrón de Guevara o Laura Pinillos. De autores destaca, Jacinto Benavente, Pedro Muñoz Seca o Carlos Arniches. Igualmente, son los tiempos álgidos del folclore y las revistas, sobresaliendo artistas como Pastora Imperio, Conchita Piquer, Celia Gámez y Raquel Meller, entre muchos nombres. Hay una cultura del entretenimiento donde si inscriben los espectáculos de circo, lucha libre y boxeo, por no decir, el mismo espectáculo cinematográfico, ahora favorecido por la construcción de espectaculares salas de proyección. 



Estos profundos cambios de todo tipo en la sociedad no podrían funcionar sin que la población tuviese un conocimiento de los mismos, es el tema de la última sección, Ávidos de información, que nos da cuenta de la existencia de numerosas cabeceras de prensa diaria matutina y vespertina. Entre ellas destaca la editora del periódico El Sol, donde escribían las mejores plumas del momento. Su propietario, el empresario Nicolás María de Urgoiti y Achucarro, del que el Archivo Regional conserva sus documentos, fue un emprendedor de éxito, propietario de la editorial Calpe que mantuvo estrecha relación con el grupo de intelectuales conocido como Generación del 14.

LA MIRADA DEL ADIÓS

 

 

El cine dentro del cine puede ser un recurso para contar una historia del pasado. Es lo que hace el director Víctor Erice en su última película, CERRAR LOS OJOS, treinta años después del Sol del membrillo. Convertido en un director de culto en nuestro país sorprendió ya octogenario en el pasado Festival de Cannes. El argumento empieza y termina con las supuestas imágenes de una película inconclusa ambientada en la posguerra. El espectador al principio se deja engañar. Un judío sefardí que había ayudado a otros de su condición a pasar la frontera huyendo de los nazis, pide a un antiguo anarquista en una villa al sur de Francia, que busque a su hija en China ya que se encuentra enfermo y le gustaría tenerla cerca y cruzar su mirada con ella por última vez. Le confía este trabajo porque es un hombre de acción que seguro lo llevará a cabo. A los espectadores les hubiera gustado que esta fuera la película realizada por Erice, pero es un fragmento de una película frustrada cuando el actor principal, el que hacía de investigador, Julio Arenas, un actor famoso en su momento, desapareció del rodaje y no se supo nada de él nunca más. 



Miguel Garay, el frustrado director, amigo de juventud del actor desde sus años en la mili en la marina, será quien se encargue de revivir el rodaje y contar su historia a partir de unos pocos objetos conservados. Una periodista de televisión va a presentar su caso en su programa de desaparecidos. Este director, dejó la profesión a raíz de aquello, y se refugió en la costa de Almería para dedicarse a la traducción y a la pesca. Al revivir el misterio de su desaparición le obligará a contactar con su hija, el montador de la película fallida, y una de sus novias. Todos se preguntan el por qué de los sucedido. Se sabía que días antes de su desaparición se encontraba alterado. Bebía mucho. Se decía que estaba con una mujer casada. Sólo se encontró su coche al borde de un acantilado, sus zapatos y sus ropas, como si hubiera caído al mar o se hubiera suicidado. Un día, una asistente social de un asilo en la costa andaluza llama a la periodista televisiva que hay un hombre que podía ser el famoso Julio Arenas.



El supuesto actor fue encontrado como un indigente tras sufrir una insolación sin documentación ninguna, ni recordar nada de su pasado ni de su identidad. Fue llevado a un asilo, donde vive haciendo pequeños arreglos a las monjas que dirigen el establecimiento. Lo único que ha logrado contar es que ha viajado por todo el mundo, y guarda con mucho celo una fotografía de una joven vestida de china. Miguel le identifica fácilmente como su amigo, aunque éste no, incluso cuando le muestra la imagen de ellos juntos en la mili. Tampoco reconocerá a su hija, que era una niña cuando desapareció. La fotografía que cuida con mimo es de la película, de la joven que tiene que buscar. Por ello, Miguel piensa hacerle reaccionar proyectando el fragmento final de su película. El momento cuando trae de regreso de China a la joven para que el padre anciano puede despedirse de su hija tras muchos años separado. Será el momento de su muerte, y el desconsuelo de ella, su última mirada.



De esta manera, termina la larga película de Víctor Erice, con el primer plano de Julio Arenas y la joven, en la titulada película, La mirada del adiós,  luego solo el primero con los ojos abiertos para ser cerrados inmediatamente, ya en tiempo presente. Un juego de muchos que aparecen a lo largo del metraje que aluden al propio autor, que no llegó a realizar todos los proyectos cinematográficos por el tipo de cine, poético y artístico que quería hacer tras El espíritu de la colmena y El sur. Una preocupación estilística que se observa en Cierra los ojos, que muestra momentos de gran belleza, en planos generales y primeros planos sostenidos frente al espectador, con un ritmo lento, donde sobresale la palabra de los actores demostrando un soberbio trabajo. Se juega con el tiempo, y se recuerda con nostalgia el pasado, el real y el imaginario de los argumentos de dos películas en una, comprendidas como una búsqueda que nosotros interpretamos como un proceso difícil para recuperar la inspiración y el talento artístico.

LA VIDA A TRAVÉS DEL CINE




 La literatura, y en particular, el cine, nos hace descubrir múltiples experiencias de la realidad, de mundos diferentes. También mezclarla con ciencia y fantasía. Amplifica el conocimiento de nuestra mente. Hubo un tiempo que asistir a las salas de cine era una forma de ocio semanal mayoritario para la gran mayoría de las personas. Una costumbre que se hacía en familia, solo o en pareja. El tiempo pasaba frente a la pantalla grande atraídos por las historias llevadas al celuloide. La llegada de la televisión, redujo el protagonismo del cine como medio de comunicación y de ocio. Todavía hoy perdura a pesar de la revolución digital que ha multiplicado el número de pantallas. La película, LA CONTADORA DE HISTORIAS, dirigida por Lone Scherfig, basada en la novela de Hernán Rivera Letelier, nos cuenta la historia de una familia que en los años sesenta tenía una gran afición por el Séptimo Arte, en un pueblo minero en el desierto de Atacama.






El padre, un minero del salitre, lleva todos los domingos al único cine del pueblo a su familia, y allí pueden disfrutar, en los años sesenta, de las grandes películas que se podían ver en aquella época. Clásicos como El hombre que mató a Liberty Valance o Senderos de Gloria. A pesar que los ingresos de la familia no son excesivos y tienen que dar para seis miembros de la familia, siempre quedaba tiempo para pasar buenos momentos todas las semanas. Pero un día esta rutina terminó cuando el padre tuvo un accidente y se quedó en una silla de ruedas. Los pocos ingresos de la familia solo permitían que uno de sus miembros pudiese ir al cine. De esta manera, se descubrió la habilidad de contar películas e interpretarlas de María Margarita, la hija pequeña. Ella se encargará de ello, primero a su familia, y luego, a sus vecinos. Con el tiempo llegará a cobrar por esta tarea y visitar a quien requiera sus servicios.






El tiempo pasa, y María Margarita, vive, junto a sus hermanos, cómo un día su madre abandona la familia. Les quedará la esperanza de volverla a ver. La protagonista continuará en su juventud la misma ocupación de contar películas hasta que un día el prestamista del pueblo abusa de ella. El hermano mayor se vengará por lo que ha hecho a su hermana. En aquella época, la familia se va reduciendo. El padre muere, el hermano mediano se va del pueblo con su pareja, el pequeño empieza a trabajar en la mina, el mayor acaba en la cárcel, y ella mantiene relaciones con el jefe de la mina. Será a través de él, que descubra el paradero e su madre, dedicada al espectáculo. La llegada de la televisión cambiará la vida y la información en el poblado minero, que sufrirá una fuerte crisis económica. La dictadura de Pinochet será el punto y final para la explotación y las aspiraciones de libertad. María Margarita un día volverá al lugar de nacimiento, ya abandonado, junto a su pequeña hija. Visitará la sala de cine arruinada, y le contará el lugar donde se sentaba cuando veía frecuentemente películas.