SOBRE LO EFÍMERO DE LA VIDA


Un pensamiento religioso más propio de sociedades antiguas afirma que los triunfos en la vida son efímeros. Los bienes materiales o los cargos más dignos alcanzados desaparecen con la muerte. La riqueza de los más poderosos equivaldría a la pobreza de los más débiles al final de los días. Un pensamiento transcendental que sirve de fondo para la película, (SIC TRANSIT) GLORIA MUNDI, del director francés Robert Guédiguian, que nos describe los problemas que padece una familia de Marsella para poder seguir adelante. Las condiciones laborales son cada vez más estrictas, incluso con los trabajadores a punto de jubilarse. Para la gente joven encontrar una fuente de ingresos segura constituye una tarea difícil.


Los protagonistas son Nicolás y Sylvie, un matrimonio ya mayor con dos hijas, una adoptada y otra natural, que tuvo la mujer con su primera pareja que ha permanecido muchos años en la cárcel. Su salida de prisión coincide con el nacimiento de su primera nieta, Gloria. Tienen que afrontar numerosos problemas. Sylvie trabaja de forma precaria en una contrata de limpieza por la noche. Nicolás conduce un autobus urbano. Ambos les quedan pocos años para jubilarse. Viven en un momento de mucha conflictividad laboral, por los salarios bajos y las duras condiciones laborales. El capitalismo globalizado impone sus leyes y condiciona el comportamiento de las personas.


Los protagonistas no se pueden permitir dejar de trabajar. Incluso sumarse a la huelga. Sus hijos les necesitan porque no encuentran un trabajo remunerado seguro, especialmente la madre de Gloria. Está en prácticas en una tienda de ropa y su marido es conductor de Uber. Los problemas vendrán cuando al marido le rompan el brazo unos taxistas rivales. Van a quedarse apenas sin ingresos. En ese momento, Mathilda, decide hacer todo lo posible para que el marido de su hermana, Aurore, que tiene una tienda de empeños con mucho éxito, la contrate para llevar otro local. Todo se vendrá abajo cuando las promesas se incumplan y la infidelidad quede al descubierto. Será Daniel, que una vez estuvo en prisión por asesinato, vuelva a la misma para que no le suceda a Mathilda, lo mismo que a su madre Sylvie tras su encarcelamiento.


La solidaridad familiar ha quedado como única en nuestras sociedades. La presión que ejerce el sistema económico determina al máximo la vida de las personas sometidas a la dura presión de los trabajos cada vez más precarios, a todas aquellas que las obligan a competir.  La búsqueda del dinero degrada moralmente a los protagonistas desesperados por conseguirlo. La película nos ayuda a comprender que ellos no son culpables, sino la sociedad que produce situaciones semejantes.

VIOLENCIA EN LOS SUBURBIOS


Ricos y pobres se unieron en la celebración del mundial del fútbol conquistado por la selección francesa. El centro de París fue el punto de reunión para festejar el éxito. Muchos jóvenes venidos desde el extrarradio cubrían sus espaldas con la bandera nacional. Todos llegaron a cantar La Marsellesa, el himno de la república. Sin embargo, fuera de estos momentos de alegría, la diferencia entre ricos y pobres se encuentra en la vida diaria, en el lugar donde residen en la gran ciudad. Las calles pulcras y bien cuidadas con edificios señoriales contrastan con las casas llenas de pintadas y la basura acumulada en los suburbios. La película, LOS MISERABLES, dirigida por el director, Ladj Ly, retrata la vida del barrio de Montferneuil, a las afueras de París, por la que recibió el merecido Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes.


La existencia en la banlieue no es segura. Las familias se hacinan en edificios modestos y descuidados. La municipalidad de París apenas tiene el control de sus calles. Son los propios habitantes con sus representantes quienes mantienen un cierto orden. La policía dispone de dos patrullas, una para el día y otra para la noche para resolver los problemas que puedan surgir. Los más jóvenes apenas estudian y vagan fuera de sus hogares cometiendo pequeños hurtos. Tres policías de la Brigada de Lucha contra la Delincuencia (B.A.C), protagonizan la historia. Está formada por dos miembros experimentados, y otro recién llegado, que se va a sorprender de los métodos tan poco ortodoxos que emplean. Un simple robo de un cachorro de león al circo ambulante que se establece en el suburbio desencadenará los acontecimientos.



Los policías no tardarán en averiguar quién cometió el robo. Fue un joven quien se lo quitó a los gitanos del circo. El problema va a ser que al llevarlo esposado uno de los protagonistas le dispara con una pelota que se emplea para disolver manifestaciones, mientras son atacados por un grupo de jóvenes. Los policías tratan de ocultarlo para no dar pie a una revuelta, pero se encuentran que la escena ha sido grabada con un dron. Entonces, tratan por todos los medios de encontrar el vídeo antes de que se publique en Internet. Para ello contactan con los grupos en los que se organiza la comunidad, los líderes religiosos y los empresarios de negocios turbios, que no quieren problemas en el barrio. Al final, obtienen la grabación, pero no será suficiente para calmar los ánimos de los más jóvenes, que se sienten agredidos, una vez más por las fuerzas del orden.


Los barrios pobres tienen escasos servicios. Allí logran sobrevivir aquellas personas con menos recursos. Se han convertido en espacios urbanos multiculturales por la fuerte inmigración. Los poderes públicos no deben condenarlos al abandono. Tienen que sembrar la cultura, el desarrollo humano, especialmente el cuidado de los más jóvenes, sino estarán abocados a la violencia, en señal de protesta, y la delincuencia como único futuro. Unos jóvenes criados en la calles que tienen como ejemplo a otros, como Mbappé y Dembélé, que han logrado llegar a lo más alto en la sociedad a través del deporte.

EL HIJO PERDIDO


El daño emocional puede mantenerse en el tiempo. La persona no supera la pérdida de un ser querido. Echa de menos la felicidad que hubiera supuesto convivir juntos. La ausencia se hace insoportable que trastorna la mente del que sufre. La película, MADRE, dirigida por Rodrigo Sorogoyen, con guion del mismo y de Isabel Peña, trata sobre el daño emocional que padece la madre de un hijo perdido de quien no se pudo despedir. cuya voz oyó cuando se encontraba muy lejos en peligro, pidiendo ayuda con un móvil a punto de acabarse la batería. Era un niño de seis años que su padre dejó abandonado en una playa del sur de Francia. Parece que fue un descuido. El niño no se le pudo encontrar.


El espectador tiene que reconstruir, por deducción gran parte del argumento. Primero visualiza la escena de la llamada dramática del niño a la madre. Luego, diez años después nos encontramos a ésta trabajando en un bar en una playa de Las Landas. Le llaman la Loca de la playa. Elena, la protagonista, se pasea pensativa y solitaria a diario. Convive con Joseba que vive en el País Vasco. Es la principal ayuda para superar las consecuencias de su desesperación. Un día, conoce a Jean, un adolescente francés, que pasa la temporada veraniega con sus padres en la zona. Tiene la misma edad que tendría su hijo ausente. Entonces, decide entablar amistad con él. Esa relación no va a estar bien vista por los padres del joven.


La relación entre Elena y Jean es una relación de amistad, pero también de amor, el que sentiría la protagonista por el hijo que perdió. El joven se siente atraído por la mujer adulta, de la que acaba enamorado. Todo se complicará cuando una noche al volver borracho de la playa junto a Elena, los padres deciden que no vuelva a verla. La protagonista se extraña que Jean no salga, ni la llame como habían acordado. Ella tiene pensado irse a vivir junto a Joseba. Ha decidido dejar de trabajar en el restaurante un poco antes de terminar la temporada de verano. Decide intentar ver al joven, pero es expulsada a la fuerza de la casa familiar. Mientras que está bajando el equipaje, Jean le llama diciéndole que se ha escapado. Entonces, Elena, renuncia a irse con Joseba, para volver al encuentro del joven.


Jean le esperaba en un bosque. Ya había llamado a sus padres para que le recogiesen. Los dos juntos en el coche se despiden tal vez definitivamente. Cada uno va a seguir con su vida. Elena, tras la relación con el joven parece recuperada emocionalmente de la tragedia que le afectó durante tantos años. El espectador lo puede deducir, porque la primera llamada de teléfono al volver a casa es para su exmarido. La película, por tanto, es más abierta en interpretaciones que de narrativa precisa. La localización natural, en playa o bosque, sin mucha gente, refuerza el enfoque emocional de los personajes, volcados en sí mismos. El tratamiento cuidado de la luz y el ritmo pausado, en el mismo sentido, provocan un resultado brillante de forma y contenido.

TIEMPO DE SILENCIO


Por muchas películas que se estrenen sobre la Guerra Civil y sus consecuencias, el tema resulta inagotable por las situaciones extremas que se vivieron durante aquellos años. Se puede afirmar, que la realidad supera a la ficción, tanto literaria como cinematográfica. De esta manera, vuelve a las pantallas a abordarse la historia de un topo. Aquella persona que se escondió para evitar ser ejecutado sin juicio previo por los falangistas en la retaguardia del bando sublevado. La dura represión que se produjo tras el avance del ejército de Franco, se centró sobre los cargos políticos republicanos, aquellos militantes de sindicatos y partidos, maestros o gente señalada por rivalidades dentro de los pueblos. La película, LA TRINCHERA INFINITA, dirigida por Aitor Arregi, Jon Garaño y José Mari Goenaga, narran la historia de un concejal que se va a esconder más de 30 años en su casa después de escapar de una muerte segura.


Higinio salta del camión que le lleva al paredón junto a otros presos detenidos por el bando sublevado. Sería ejecutado y enterrado en una fosa anónima como tantos otros. Sin embargo, logra volver a su casa mal herido. Rosa, su joven esposa le oculta en un hueco del suelo junto a las tinajas. Allí pasa un tiempo muy difícil, pues el vecino, con animo de venganza, les vigila constantemente. Luego se trasladan a la vivienda de su padre, que informado, le prepara un refugio oculto, en mejores condiciones, tras las puertas de un aparador. Desde ese momento, ella se dedicará a los arreglos de ropa, continuando el negocio de la suegra. Higinio espera ansioso la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, para que obliguen a Franco a poner fin a la dictadura fascista. Pero el tiempo pasa y el régimen acaba siendo aceptado en la ONU.


Sin señales de cambio, la pareja protagonista, decide tener un hijo. Para ello, Rosa, una vez embarazada, decide irse con unos familiares, para luego volver con el retoño, simulando que es un sobrino huérfano. La vida en tan largo cautiverio sólo se verá alterada en cuatro ocasiones. En una de ellas, cuando la protagonista se encuentra de viaje, la casa es aprovechada por una pareja de homosexuales del pueblo para tener sus encuentros. Higinio conseguirá de ellos la complicidad, especialmente del cartero, que le traerá comida caliente, mientras regresa su mujer. En otra ocasión están a punto de descubrirle. Su antiguo vecino rompe la puerta trasera, con el afán de encontrar el lugar, entre las paredes, donde sospecha se esconde el protagonista. El regreso del hijo frustra el último intento de alterar su vida encerrado.


En los años sesenta España cambia con la llegada de turistas y el desarrollo económico. Higinio puede informarse por la radio y la televisión de los acontecimientos. Tras más de treinta años escondido, Rosa y su hijo, ya mayor, no soportan la situación de Higinio, que les condiciona su vida. En un momento dado, la mujer decide marcharse a la playa a conocer el mar. El protagonista no quiere acompañarla por el riesgo que supone todavía. Pero en ese momento, 1969, se entera que el gobierno ha indultado a aquellos perseguidos por hechos antes de 1939. En este momento sale de la casa y puede reencontrarse con una libertad tanto tiempo perdida.

LA MODERNA EXPLOTACIÓN LABORAL


La revolución tecnológica de nuestro tiempo afecta a la vida cotidiana del ser humano. Desde los móviles a los procesos productivos de las fábricas. El impacto en los hábitos cotidianos no se ha echo esperar. Las relaciones de amistad, de amor, las de pareja o familiares hoy tienen como medio algún mecanismo digital. Internet se constituye como el soporte donde interactúa la información aportado por los mismos. Si por una parte, nuestra vida ha mejorado, al reducirse el tiempo y la rapidez con la que trabajas o compras una mercancía, por otra, nos hace esclavos o adictos por el poder y la fascinación que proporciona a quien la emplea. La película, SORRY WE MISSED YOU, dirigida por Ken Loach y con guión de Paul Laverty, cuenta con dramatismo la incidencia que tiene en las relaciones laborales y familiares. 



Ricky y Abby son la pareja protagonista. Se ganan la vida con empleos precarios. La mujer, asistiendo a ancianos en sus hogares por horas. El marido acaba de conseguir un puesto de repartidor de paquetes por cuenta propia en un almacén. Está al servicio del comercio online. Aparentemente, es un trabajador autónomo que tiene comprar una furgoneta endeudándose más y obligando a su esposa a utilizar el transporte público. En realidad, es un asalariado encubierto con una condiciones laborales al margen de la ley. La tecnología está al servicio de la empresa de paquetería que distribuye a las grandes marcas, que le obligan a entregar el producto con una precisión horaria extraordinaria, sin margen para el descaso o para hacer sus necesidades.


Tanto Ricky como Abby, trabajan a destajo. Les pagan según el tiempo y los servicios que proporcionen. Cuanto más realicen en el día, más ganan. La llamada economía colaborativa basada en las aplicaciones de la red, tal como aparece en pantalla, es un conjunto de prácticas del capitalismo salvaje para reducir los costes laborales en detrimento de las conquistas conseguidas por los trabajadores a lo largo del tiempo. Los señuelos son la posibilidad de encontrar trabajo y de realizarlo más libremente. La realidad es, en cambio, dramática porque Ricky recibe multas por faltar al trabajo, incluso de manera justificada. Las intensas y largas jornadas de los protagonistas afectan a su vida familiar, hasta tal punto que pierden el contacto con sus hijos.


Seb, el hijo mayor, es expulsado del instituto y llega a ser detenido por la policía. Liza, la hija pequeña, sufre por los acontecimientos que padece la familia. El matrimonio discute a diario. Todos echan la culpa al nuevo trabajo del padre. Convertirse en un repartidor de paquetes que explota el jefe del almacén. Lo que sería una manera de ganar dinero rápido por un tiempo, se convierte, un una forma de perderlo por los problemas humanos que tiene que afrontar, sobre todo cuando recibe una violenta paliza para robarle durante el reparto. Ricky, el padre, no pierde la esperanza, y mal herido, para reducir las deudas que le provoca estar de baja, decide volver al trabajo en contra de la opinión de su entorno. 


La nueva película de Ken Loach combina una precisa crítica de las nuevas formas de explotación laboral con un extraordinario despliegue de emociones que conmueven al espectador. Si una nos pone alerta ante situaciones más propias de la primera revolución industrial, las segundas, nos conciencian de priorizar los valores humanos frente a los espejismos falsos de felicidad asociados al mundo contemporáneo.