EL HIJO PERDIDO


El daño emocional puede mantenerse en el tiempo. La persona no supera la pérdida de un ser querido. Echa de menos la felicidad que hubiera supuesto convivir juntos. La ausencia se hace insoportable que trastorna la mente del que sufre. La película, MADRE, dirigida por Rodrigo Sorogoyen, con guion del mismo y de Isabel Peña, trata sobre el daño emocional que padece la madre de un hijo perdido de quien no se pudo despedir. cuya voz oyó cuando se encontraba muy lejos en peligro, pidiendo ayuda con un móvil a punto de acabarse la batería. Era un niño de seis años que su padre dejó abandonado en una playa del sur de Francia. Parece que fue un descuido. El niño no se le pudo encontrar.


El espectador tiene que reconstruir, por deducción gran parte del argumento. Primero visualiza la escena de la llamada dramática del niño a la madre. Luego, diez años después nos encontramos a ésta trabajando en un bar en una playa de Las Landas. Le llaman la Loca de la playa. Elena, la protagonista, se pasea pensativa y solitaria a diario. Convive con Joseba que vive en el País Vasco. Es la principal ayuda para superar las consecuencias de su desesperación. Un día, conoce a Jean, un adolescente francés, que pasa la temporada veraniega con sus padres en la zona. Tiene la misma edad que tendría su hijo ausente. Entonces, decide entablar amistad con él. Esa relación no va a estar bien vista por los padres del joven.


La relación entre Elena y Jean es una relación de amistad, pero también de amor, el que sentiría la protagonista por el hijo que perdió. El joven se siente atraído por la mujer adulta, de la que acaba enamorado. Todo se complicará cuando una noche al volver borracho de la playa junto a Elena, los padres deciden que no vuelva a verla. La protagonista se extraña que Jean no salga, ni la llame como habían acordado. Ella tiene pensado irse a vivir junto a Joseba. Ha decidido dejar de trabajar en el restaurante un poco antes de terminar la temporada de verano. Decide intentar ver al joven, pero es expulsada a la fuerza de la casa familiar. Mientras que está bajando el equipaje, Jean le llama diciéndole que se ha escapado. Entonces, Elena, renuncia a irse con Joseba, para volver al encuentro del joven.


Jean le esperaba en un bosque. Ya había llamado a sus padres para que le recogiesen. Los dos juntos en el coche se despiden tal vez definitivamente. Cada uno va a seguir con su vida. Elena, tras la relación con el joven parece recuperada emocionalmente de la tragedia que le afectó durante tantos años. El espectador lo puede deducir, porque la primera llamada de teléfono al volver a casa es para su exmarido. La película, por tanto, es más abierta en interpretaciones que de narrativa precisa. La localización natural, en playa o bosque, sin mucha gente, refuerza el enfoque emocional de los personajes, volcados en sí mismos. El tratamiento cuidado de la luz y el ritmo pausado, en el mismo sentido, provocan un resultado brillante de forma y contenido.

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