La Fundación Canal presenta la exposición, LA COMEDIA HUMANA. ELLIOTT ERWITT, dentro del Festival PhotoEspaña. Reúne 135 originales provenientes de su estudio, 122 de las llamadas impresiones de trabajo, de pequeño formato destinadas a su posterior publicación, y 13 impresiones maestras, de gran tamaño para su exhibición en galerías y museos. A su vez, se organizan en un magnífico espacio decorado con paredes de color rosa, que contrastan muy bien con el blanco y negro de las imágenes, en tres secciones: personas, animales y formas. La más amplia es la primera, la que muestra la esencia del estilo del artista. Un estilo centrado en captar la esencia del ser humano a través de momentos cotidianos sintetizados por su mirada. Le gusta ser un observador solitario pero acompañado de las personas que le rodean. Emplea una técnica superior con composiciones armoniosas que no conducen la mirada al punto principal sin descuidar el conjunto.
Erwitt emplea de forma magistral la ordenación de los elementos en la imagen, que presenta un fondo profundo o no, según las situaciones. La luz sobresale en algunas fotografías, pero no es el tema de su experimentación, centrada en una narrativa visual sobre las personas que observa. A cada situación o momento corresponde el mejor encuadre al que se acoplan los elementos representados. Esta manera de proceder tiene como consecuencia el contraste, la paradoja, y por tanto, el humor, provocado por un momento efímero. Le gustan, además, los juegos visuales, tanto con las personas, como con los objetos. Una fotografía suya representa dos grupos, uno de cisnes a la izquierda y otro a la derecha, de mujeres vestidas de forma similar. En un museo, uno de los lugares preferidos por el fotógrafo, captura a un grupo mirando un sitio vacío con una cartela informativa mientras los cuadros expuestos están sin gente.
Las fotografías de la exposición pertenecen a varias décadas del siglo XX, principalmente entre los años cincuenta y ochenta, y fueron realizadas en distintas partes del mundo, en EEUU sobre todo, aunque también en Europa. Llama la atención una sección que nos habla de su sentido de humor, la que dedica a los animales, con dos subapartados destacados, perros y perspectiva perruna, donde el artista dota de personalidad al mejor amigo del hombre. Sabemos, a través de su objetivo, cómo y lo que miran, más bajo que la mirada humana, y ven, los pies de sus dueños y a otros animales, como ellos o diferentes. Constituyen verdaderos ejemplos de mimetización con el animal más próximo a nosotros.
Finalmente, Erwitt, se ocupa de las formas, cuyo objetivo son brillantes composiciones donde busca lo esencial en el juego de los elementos distribuidos en el encuadre, y también la abstracción, sin separarse de la realidad. Se interesa por las formas obtenidas en un proceso de depuración de lo que observa y que trata desde la cámara fotográfica. Nunca pierde la ironía, como aquella imagen que representa una el Monte Fuji de Japón que tiene enfrente una señal de tráfico con una flecha que parece indicar la preferencia hacia su cumbre.