VÍCTIMAS DEL MACHISMO


 

La violencia de género se cobra víctimas casi a diario, y a veces, por partida doble con pocas horas de diferencia. Todas las medidas son pocas e insuficientes para proteger de esta lacra a las mujeres. Ningún sector social se libra de esta violencia, que afecta igualmente a la población inmigrante, que en algunos casos provienen de sociedades patriarcales más restrictivas como son las islámicas. Este es el caso de la protagonista de la película, SHAYDA, escrita y dirigida por Noora Niasari, que cuenta su experiencia en un centro de acogida para mujeres maltratadas, a donde huyó junto a su madre mientras tramitaba el divorcio. Estaba realizando estudios superiores junto a su marido en Australia cuando tuvieron que protegerla los servicios sociales ante el maltrato y la agresividad de carácter machista que sufría.



Hossein, el marido, no soporta la libertad individual de Shayda. Está atormentado por los celos, que le hacen enloquecer ante cualquier situación. Quiere ganarse a toda costa la predilección de su hija, que ha sido testigo de los malos tratos a su madre. Ahora se encuentran refugiadas en un lugar seguro, desconocido, junto a otras mujeres y sus hijos que viven una situación parecida. La película cuenta su vida diaria. Madre e hija disponen de una habitación donde pasar el tiempo. Luego comparten los espacios comunes como el salón y la cocina. Se ayudan unas a otras apoyadas por una trabajadora social que lleva sus casos. Puede seguir manteniendo sus antiguas relaciones sociales con amigas y amigos de su mismo origen.  Shayda cuenta los horrores que ha padecido con vista al juicio de la custodia. Hasta esa fecha tiene que llevar a Mona a su padre para que comparta con ella unas horas.



Shayda enseña la lengua y la cultura iraní a su hija, sobre todo ahora que su marido apuesta decididamente por ello con el objetivo de regresar. Hossein, a pesar, que su mujer se ha separado de él, no deja de controlarla con quién sale, se divierte o conoce. Lo mismo con su forma de vestir y si lleva velo o su tipo de peinado. Shayda desea ante todo divorciarse, olvidar a un hombre tan agresivo con ella, que se escuda en las costumbres y en la moral de la dictadura iraní. De esta manera, su progresiva libertad e independencia recrudecen los celos y el machismo del marido que le llevará a agredirla primero, y luego a incendiar el centro de acogida, poniendo en riesgo la vida de más personas. La historia termina con Hossein en prisión. El día de la visita de su hija a que tiene derecho. La última imagen es la de Shayda  esperando, y a salvo de una locura criminal de dominio y posesión sobre ella. La actualidad del tema y la carga emocional, hicieron merecedora a la película del Premio del Público en el Festival de Sundance.

No hay comentarios:

Publicar un comentario