RECUERDOS DE LA NIÑEZ


 Una infancia feliz siempre perdura en el tiempo a pesar de las dificultades externas. En estos dos años de pandemia, muchas personas recuerdan aquellos años que vivieron en un entorno familiar que les protegía. Si este entorno es positivo ante las dificultades y el transcurso diario no se rompe, la felicidad  se consigue por la familia. Un menor se siente protegido si tiene todo lo que necesita. Unos padres y abuelos que le cuidan. Los amigos con quienes jugar y estudiar. Esto nos lo cuenta la película, BELFAST, escrita y dirigida por Kenneth Branagh, que se centra en su infancia en la ciudad norirlandesa en 1969, cuando estalló el grave conflicto entre protestantes y católicos.




El conflicto entre las dos comunidades de distinta religión devino en un enfrentamiento muy violento que provocó la llegada de soldados ingleses para mantener el orden público. Muchos barrios se vieron destruidos por las bombas y los continuos saqueos y atentados. En este ambiente, Buddy, el niño protagonista, que encarna al director cuando tenía 9 años, vive una infancia feliz con su hermano y sus padres. Va al colegio y saca buenas notas. Juega constante con sus amigos y conoce una compañera de clase que le gusta. Pasa el tiempo con sus abuelos que le dan consejos. También ve mucho la televisión en blanco y negro, donde ve películas del oeste como El hombre que mató a Liberty Valance, o Sólo ante el peligro. También le llevan sus padres al cine o lee cómics de superhéroes. Una infancia parecida a la que vivían otros niños de su época en otros países como España. 




La diferencia entre su infancia y otras es que estuvo inmersa en un conflicto violento entre comunidades. Buddy y su familia eran protestantes, pero no discriminaban, ni se enfrentaban contra los católicos con quienes convivían sin problema. El grado de violencia y destrucción que se vivía en Belfast en aquella época que suponía implicarse contra unos vecinos contra quienes no tenías nada en contra, les lleva al final a emigrar al Reino Unido, donde trabajaba el padre. Fue la única solución para escapar de un entorno que les iba a llevar a la ruina. Su futuro dependía de ello tras verse implicado Buddy en el saqueo destructivo de una tienda, arrastrado por unos líderes inconscientes, que ese desorden lo que provocaría sería una brecha cada vez más profunda entre la gente, que duraría mucho tiempo.




La película se centra en los sentimientos vividos por un niño en el entorno de una familia feliz. Los graves conflictos de su entorno forzaron la emigración al Reino Unido dejando atrás la familia y las amistades. Expresa al espectador la capacidad de superación de cualquier dificultad si los valores humanos entre sus seres queridos perduran. De esa manera es cuando cabe pensar en el futuro, para luego echar un mirada a aquel pasado que puso en riesgo nuestra vida.

LA ARQUITECTURA DE SABATINI


 La capital de España está celebrando el 300 aniversario del nacimiento de un insigne arquitecto italiano con la exposición, EL MADRID DE SABATINI. LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CAPITAL EUROPEA (1760-1797), que junto a su mentor, el rey Carlos III trataron de adecentar una ciudad atrasada del Antiguo Régimen en otra digna de ser el centro de un imperio. El rey ilustrado, sin duda el mejor alcalde hasta el momento de la ciudad propuso desde su llegada en 1759 numerosas reformas urbanas y la construcción de edificios. Para ello trajo desde Italia a Francisco de Sabatini que había trabajado con Vanvitelli en Nápoles, pues no le satisfacían los arquitectos españoles como Ventura Rodríguez a quien desplazó.




La exposición en el Teatro Fernán Gómez, organizada por el Ayuntamiento y Patrimonio Nacional reúne un conjunto de diseños originales, libros de arquitectura, pinturas de la época, esculturas, vídeos, grabados y reconstrucciones en 3D de los proyectos realizados por Sabatini. El recorrido resulta muy provechoso para el visitante. Puede comprobar la importancia del trabajo del arquitecto siciliano, formado en Roma, pero que se implicó al servicio del rey Carlos III en numerosas obras de Nápoles como el palacio de Caserta, que le proporcionaron una formación significativa que desarrollaría en nuestro país. Al rey ilustrado no le gustaba el palacio real de Madrid, por aquellas fechas, 1759, recién terminado por Sachetti y Ventura Rodríguez, según el proyecto de Juvara. Tenía en mente la experiencia de Nápoles, por eso trajo a Francisco Sabatini. Desde ese momento se inició un proceso de transformación urbana y arquitectónica de Madrid, una ciudad sucia y depauperada.




La exposición nos muestra los numerosos proyectos que realizó Sabatini hasta su muerte en 1797, ya en el reinado de Carlos IV. Supusieron la transformación urbana de la capital, y la construcción de edificios emblemáticos según las ideas modernizadoras del nuevo rey. Gran parte de los proyectos diseñados se quedaron inconclusos, según las pretensiones del arquitecto. Ha perdurado el que sería el símbolo de Madrid, la Puerta de Alcalá, cuyo tercer proyecto fue el construido. También llevaría acabo la Puerta de San Vicente y la remodelación urbana del Palacio Real con sus ampliaciones, especialmente las Caballerizas. También primero el convento y luego el Cuartel de San Gil en lo que actualmente es la Plaza de España.




Completó la Casa de la Aduana al comienzo de la calle de Alcalá remodelando hasta su puerta en un amplio paseo. Por aquella época se abrieron los jardines del Buen Retiro, y se centró en el hoy Paseo del Prado, sentando las bases urbanísticas para las construcciones del futuro Museo del Prado. En la calle Atocha, diseñaría el gran hospital, que no llegó a completarse según el proyecto de Sabatini. Pero una de las aportaciones más sutiles, pero no menos importante fue el empedrado, el saneamiento y la iluminación que ejecutó el ministro Esquilache. Entre otras intervenciones, la exposición nos informa de la participación del arquitecto en la iglesia y el convento de San Francisco el Grande, y en la Casa de Campo, y alrededores de la capital. Por tanto, el trabajo del arquitecto italiano, bajo el patrocinio real supuso un impulso definitivo a la modernización y mejora estética y funcional de Madrid como capital.

EL JUGADOR ARREPENTIDO


 Tras los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, los EEUU emprendieron una guerra contra el terrorismo islamista que perdura hasta la actualidad. Los norteamericanos llegaron a emprender además las guerras de Irak y Afganistán, donde recientemente se han retirado sin conseguir sus objetivos, y dejando en el poder al régimen talibán. En la lucha contra los terroristas, los servicios de inteligencia y el ejército emplearon métodos como el secuestro y la tortura. Todavía hoy se mantiene la base de Guantánamo y en el recuerdo se encuentran los tristes abusos de Abu Ghraib, donde los soldados se hicieron fotos con los prisioneros en actitudes humillantes mientras se les torturaba. La película EL CONTADOR DE CARTAS, escrita y dirigida por Paul Schrader, alude a este tema. El protagonista tiene un duro pasado al haber sido uno de los participantes en esa orgía violenta contra los prisioneros.




Los soldados que participaron en las fotos con los insurgentes siendo torturados fueron procesados y tuvieron que cumplir condena en la cárcel. William Tell, el protagonista fue uno de ellos, y tras pasar por la prisión, ahora es un jugador profesional de cartas que se gana la vida de torneo en torneo. Estudió en profundidad los juegos de cartas en los años que estuvo privado de libertad. Ahora intenta no llamar la atención, sin realizar elevadas ganancias. Lleva consigo todo su pasado que le atormenta, mientras escribe un diario con sus recuerdos más terribles. Su nueva vida se verá alterada cuando contacte con él, el hijo de un antiguo oficial, que a su regreso de Abu Ghraib, se suicidó. Los oficiales de aquel escándalo no fueron procesados, pero como los soldados, sufrieron grandes traumas por los horrores vividos. El joven Cirk pide a William que le ayude a matar al coronel militar que dirigía todo el entramado.




William, en cambio, se propone jugar más dinero con las cartas para ayudar a que el joven retome los estudios, pague sus deudas y se reconcilie con su madre. Pero los planes no saldrán de esta manera, y Cirk seguirá con sus intenciones de venganza, que acabarán en tragedia. Un final que supondrá la pérdida de libertad del protagonista, pues esta vez, será él quien tenga que vengar el triste destino de Cirk. Por otra parte, tendrá su parte positiva, el descubrimiento de sus propios sentimientos, al revivir de nuevo el amor perdido por los años violentos en el ejército y la prisión.