LA PERVIVENCIA DEL PASADO


Los graves dramas dejados por los conflictos bélicos del pasado todavía perviven en el presente. Sobre todo aquellos que no se resolvieron de forma satisfactoria. Así lo observamos en las víctimas de la Guerra Civil española que todavía no han sido reparadas en su dolor por la violencia sufrida. Numerosos niños quedaron sin familia tras desaparecer por la violencia ejercida por el bando vencedor. Un bando que dio refugio a numerosos nazis perseguidos por los aliados de la Segunda Guerra Mundial. En este contexto se desarrolla la intriga policial de la película, EL SUSTITUTO, escrita y dirigida por Oscar Aibar, que se basa en la investigación de un joven inspector en la costa levantina a finales de la Transición. Era el año 1982, se celebraban los juicios por el intento de golpe de Estado del 23-F, y se esperaba un gobierno socialista tras las elecciones generales.



La vida en la costa se presumía tranquila para el inspector Ricardo, que sustituía a un compañero muerto en extrañas circunstancias. Comparado con la actividad policial en Madrid debido a la intensa delincuencia callejera, sería un merecido destino sin problemas. Lo más arriesgado era vigilar un tranquilo chalet de jubilados alemanes, pura rutina todos los días. Sin embargo, descubre que son meras apariencias, especialmente cuando unos espías israelíes merodean por las inmediaciones del lugar, y se enfrentan a tiros a las puertas. Descubre, también, al ser felicitado por su jefe e invitado por los jubilados, que es un centro lleno de antiguos nazis con un amplio pasado de crímenes de guerra, buscados por la justicia internacional. 



Ricardo no le gusta el ambiente de este club de nazis, a pesar que le regalan un apartamento y un reloj de oro. Celebran el aniversario de Hitler vestidos con los antiguos uniformes de la guerra. A su mujer no le importa porque le integran en la sociedad de la ciudad, pero a él le causa rechazo porque sus padres fueron represaliados por la dictadura franquista. Pero lo mas grave son los tentáculos que tienen en el sector de la construcción, en la propia policía y en los grupos fascistas que todavía perviven. Descubre que son los responsables de la muerte del inspector a quien vino a sustituir, que trataba de denunciarlos, tras serviles en los trabajos más sucios.



Su futuro quedará marcado por la investigación en la sombra que lleva a cabo sin permiso de su jefe que consideraba el caso cerrado. Le apoya una joven médica que hace las veces de forense y le informa. Coincidiendo con el mundial de futbol, logrará detener a un grupo de neonazis de la zona que intentan asesinar a unos aficionados italianos, para llegar a sus dirigentes alemanes, que consiguen zafarse de cualquier acusación, mientras el más anciano de los nazis huye de la costa española, al ser descubierto su refugio.

MESTIZAJE SOBREHUMANO


 El relato cinematográfico puede tener una forma realista y tratar un tema fantástico. Puede convertirse en metáfora de una particular realidad del ser humano. Es el caso de la película TITANE, escrita y dirigida por la francesa Julia Ducournau, que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Nos cuenta con un portentoso estilo visual, la historia de una joven que engendra y llega a parir un bebé mezcla entre humano y automóvil. La protagonista tuvo un accidente de coche en la que le tuvieron que implantar una placa de titanio en el cráneo cuando era niña. De adulta, su mal comportamiento infantil, se ha convertido en una psicopatía que le lleva a asesinar tanto a hombres como a mujeres. Se gana la vida como showgirl en las ferias, especialmente de coches que tanto admira por su trauma.




En una de las ferias de coches tuneados se produce el encuentro íntimo entre la protagonista con el Cadillac sobre el que había realizado un espectáculo erótico. A causa del mismo se queda embarazada de forma extraña lo que provoca su desesperación y el incremento de su locura asesina. Después de matar a sus padres huye, pero se da cuenta que le persigue la policía. Entonces, observando carteles de niños desaparecidos a quienes todavía buscan como adultos, se hace pasar por uno de ellos. El que fuera su supuesto padre, un jefe de bomberos, la lleva a su casa para cuidarla. Pronto, ambos descubrirán la verdad de cada uno. El primero está obsesionado con el hijo perdido y hará todo lo posible para compensar la pérdida que no ha superado. La segunda llegará a mostrarle que está embarazada, después de hacerse pasar por un joven maltratado.




Al final, el jefe de los bomberos, en la línea de su trabajo, ayudará a traer al mundo al nuevo ser, un engendro entre mujer y máquina, donde la sangre de la madre se ha transformado en grasa, a través de un parto difícil que provoca la muerte de la gestante. Para el jefe de bomberos es un momento satisfactorio pues recupera al hijo perdido. El relato se ha convertido en una metáfora extrema de la condición de la mujer tratada como objeto por la sociedad como si fuera un original coche. A la que se esclaviza, igualmente, con la maternidad, muchas veces no deseada, eludiendo la existencia de la condición transgénero, por lo que la explotación de la mujer por su cuerpo, es a su vez del hombre. Tanto uno como otro deben considerarse dentro de una misma existencia, independientemente de las inclinaciones individuales.

LA DICTADURA DEL JEFE


Los trabajadores deben desconfiar de aquellos empresarios o patrones que les tratan como de su propia familia o que muestran paternalismo. Se inmiscuyen en su vida privada, como si de esta dependieran los beneficios del negocio, cuando es la que ellos llevan, la que puede poner en peligro su propia iniciativa. El despido, por más injusto que sea, se justifica como inevitable y doloroso. Esto planteamientos se  muestran en la película española, EL BUEN PATRÓN, una aguda comedia escrita y dirigida por Femando León de Aranoa, que va a representar a nuestro país en la próxima edición de los Oscar de Hollywood. Si en otros ejemplos de su filmografía, como los Lunes al sol, mostraba la perspectiva de los trabajadores, ahora, sin perder este sentido social, se posiciona en la situación de un empresario de provincias.




Este empresario protagonista, Julio Blanco, interpretado por Javier Bardem, está obsesionado por conseguir una placa más de reconocimiento a la empresa excelente, para su pequeña fábrica de balanzas industriales. Desde que le comunican que ha sido seleccionada para una inspección de la que depende el premio, transcurre una dura semana en la que presiona al máximo a los trabajadores para mantener en todo momento una apariencia de éxito y equilibrio, solamente truncado por el despido de un trabajador, que le causará una dura protesta en la puerta de la fábrica; el bajo rendimiento de su servidor más fiel, compañero de él desde niño; y el chantaje de la nueva becaria, que se va a aprovechar las tendencias del jefe por convertirlas en amantes para conseguir un puesto de trabajo fijo.




En semana, por tanto, que se espera la llegada de la inspección que concederá un reconocimiento a la empresa, transcurre todo el entramado cómico de la película, donde el protagonista soluciona con diálogo y malas artes todos los problemas que van surgiendo. El lleva el negocio sobre sus espaldas y no permite ningún desliz a los empleados con los que mantiene una relación paternalista y familiar. Todo deriva de la centralización de su liderazgo autoritario. De esta manera encontrará la causa de los problemas de la fábrica, que son de carácter personal derivados de infidelidades matrimoniales entre los trabajadores, o las suyas propias al seducir a las becarias, y luego despedirlas, salvo la última, que era la hija de un empresario amigo, a quien tiene que darla un cargo, para que no cuente nada de su relación que podía poner en peligro las apariencias de su vida privada.

LA FOTOGRAFÍA DE JUDITH JOY ROSS


 La Fundación Mapfre organiza una completa retrospectiva de la fotógrafa estadounidense, JUDITH JOY ROSS, que reúne 200 imágenes y documentos sobre la artista, procedentes de su archivo personal, y constituyen un amplio recorrido de cuarenta años. Primero como estudiante procedente de la clase trabajadora, luego como docente y finalmente como fotógrafa a tiempo completo, nos demuestra su concepción original del medio. Una concepción centrada en el retrato de individuos que encuentra en la calle, dentro de las campañas sobre temas escogidos en las que organiza su actividad. Por ejemplo, Eurana Park, aquel en el que jugaba en la infancia, los visitantes del Monumento a los Veteranos del Vietnam o los miembros del Congreso durante y después del escándalo Irán-Contra.




La mayor parte de los proyectos de Ross están impulsados por una cuestión moral, cívica o existencial: la formación de la identidad de una persona, los motivos por los que la vida merece ser vivida, por qué existe la injusticia o la barbarie de la guerra. Presenta una doble necesidad: reconciliarse con el pasado y el presente, y comprender este mundo a través de los individuos que habitan en él. Logra capturar el sentido de la vida y a la vez alcanzar la belleza. Por otra parte, su obra constituye un medio de comunicación con los retratados a los que hace transcender por el arte fotográfico. Su mirada es neutra, pero al tratar temas comprometidos toma partido por aquellos que ven un sinsentido la guerra.



Los congresistas que tomaron decisiones fundamentales para el país y sus asesores quedan retratados. Por otro lado, los manifestantes en contra de las guerras de Irak y Afganistán dentro de su proyecto, Protestad contra la guerra. Además, muchos niños y jóvenes en parques y barrios de Pensilvania, que suponen una reflexionan sobre el paso del tiempo, y que el medio fotográfico los hace pervivir. La mayoría captados en plano medio o tres cuartos, a veces con la mirada perdida en la lejanía. La artista también dirige su cámara a los lugares donde vivió la infancia como la antigua tienda de su padre o la casa de campo familiar de Rockport, que inmortaliza para el espectador.



EN FAVOR DE LA MEMORIA HISTÓRICA


La última película de Pedro Almodóvar, MADRES PARALELAS, tiene como trasfondo uno de los temas más de actualidad, la recuperación de los restos de aquellos que fueron fusilados durante la Guerra Civil y enterrados en fosas anónimas. Miles de víctimas todavía se encuentran desaparecidas en cunetas de caminos, entre ellas el famoso poeta Federico García Lorca. Es una herida abierta más de ochenta años después, y se necesita reparar ese daño causado en un contexto de memoria histórica democrática. La sociedad actual no puede olvidar aquellos hechos porque tiene en su herencia familiar y genética a sus ancestros desaparecidos. Dar continuidad humana a aquellas personas cuya vida se truncó de repente, nos permite pensar de forma honesta en el futuro. 




Janis, la protagonista, una fotógrafa de mediana edad, está interesada en reabrir una fosa de víctimas de la Guerra Civil en su pueblo. Para ello contacta con un médico forense especialista en estos casos. Después de una relación entre ellos, se queda embarazada. Cuando va a dar a luz en el hospital coincide con una joven en su misma situación. La adolescente había sido violada en grupo por unos compañeros de instituto. Vivía con su padre en Granada, ahora la acoge su madre, una actriz frustrada. Las dos mujeres, Janis y Ana, se encuentran solas, son madres solteras de dos niñas. Surgirá entre ellas una profunda amistad de carácter melodramático que constituirá la base de la historia de la película.




La hija de Janis se cría con salud, sin embargo hay un inconveniente que mueve la acción. No tiene ningún parecido ni con ella, ni con su supuesto padre. De la prueba genética, descubre que no es hija suya. En ese momento contacta con Ana, que le informa que su niña murió de muerte súbita. Además le dice que lo está pasando mal sin sus padres. Entonces, Janis, la contrata para que lleve las labores de su casa y no se sienta sola. Con el tiempo le dice la verdad, que en el hospital intercambiaron a las recién nacidas, y la que tiene ella es su hija. Al final todo se arregla. Volverá la amistad entre Janis y Ana, ahora que la primera está de nuevo embarazada del médico forense que ha iniciado la excavación de la fosa.




La película representa a las dos posturas sobre las víctimas de la Guerra Civil. La de aquellos que piensan que sólo hay que mirar hacia el futuro, sin pensar en los problemas del pasado, y los que consideran que es necesario en un contexto de memoria histórica reparar el daño que se les causó a las víctimas y a sus descendientes. Nuestra identidad proviene de nuestros ancestros como les sucede a las mujeres protagonistas. Si se renuncia a la continuidad histórica y familiar, perdura indefinidamente un problema. A ellas dos les importan sus padres, como la vida de sus hijos, que en ningún caso deben estar asociados a la mentira o a la muerte.