PAISAJES DE MADRID


 

La sala El Águila muestra la exposición, REGIÓN. PAISAJE, FOTOGRAFÍA Y PATRIMONIO, que reúne una representación de 199 fotografías de un total de casi dos mil, resultado del proyecto MISIÓN REGIÓN, una misión fotográfica realizada por 17 fotógrafas y 16 fotógrafos con el objetivo de la captura de paisajes de la Comunidad de Madrid, entendidos como patrimonio. Para ello se distribuyeron en unas 199 zonas que abarcaban 178 municipios y 21 distritos de la capital, bajo la dirección artística del fotógrafo Paco Gómez.



Las 1990 fotografías que componen el balance del proyecto se pueden consultar en el espacio de la exposición. Unas fotografías distribuidas por las distintas zonas. Además se puede visualizar un vídeo elaborado por Juan Rayos, donde se observa el trabajo de los fotógrafos entre los campos resecos de la campiña en pleno verano, o entre la nieve de Cotos en invierno. Igualmente se reflejan los paisajes industriales y urbanos, como el cruce de autopistas o desguaces, las calles de los pueblos o las procesiones de Semana Santa, porque el proyecto se llevó a cabo en el primer semestre de 2022.



El nombre de la misión parafrasea la obra literaria de Juan Benet, Volverás a Región, un lugar mítico donde se desarrolló la Guerra Civil española. La Comunidad de Madrid presenta grandes contrastes fruto de la historia en sus distintas etapas desde los primeros asentamientos humanos, lo que constituye un patrimonio natural, material e inmaterial, que los fotógrafos han documentado con sus cámaras. Observamos detalles de las grandes ciudades y sus comunicaciones, como de los pueblos. De las antiguas actividades del sector primario como del industrial y comercial. Este patrimonio en continua transformación merece ser recogido por la cámara y preservado para el futuro.



METÁFORA DEL CAPITALISMO


 

Existe una división esencial en la sociedad a lo largo de la historia, según enunciaba el filósofo, entre los poseedores de los medios de producción y los que únicamente pueden aportar su fuerza de trabajo. En la actualidad, observamos esa división de la misma manera con el sistema capitalista. Unos disponen de la riqueza, cada vez mayor, y otros, su trabajo, cada vez más precario. Además, los privilegios los detenta sobre todo el hombre blanco, frente a la mujer. La película, EL TRIÁNGULO DE LA TRISTEZA, escrita y dirigida por Ruben Östlund, platea de manera cómica un cambio radical de jerarquías cuando algunos de los pasajeros de un crucero de lujo naufragan y van a parar a una isla aparentemente desierta. La señora de la limpieza, entonces, al ser la única que sabe hacer fuego y pescar, será la que se alce con el poder y ostente los nuevos privilegios.



La película se divide en tres capítulos: el primero referido a los protagonistas, Carl y Yaya, que son dos jóvenes que viven de su imagen, uno como modelo masculino de moda, y otra, como influencer, por el que reciben como regalo, un viaje en el crucero de lujo, que es el segundo capítulo. La pareja se embarca como medio para desarrollar su negocio en las redes. También para consolidar su relación entre ellos. El crucero tiene un pasaje reducido de gente muy rica con negocios en el sector del armamento, en la tecnología y en la agricultura. La mayoría del tiempo beben champagne y la tripulación se desvive para estar a su servicio. Las situaciones más hilarantes se producen cuando en plena celebración con el capitán, que apenas sale del camarote y se declara marxista, comienza una fuerte tormenta que los hace vomitar a todos.



El crucero naufraga tras el ataque de unos piratas, y el tercer capítulo se desarrolla en una isla. Pocos pasajeros se salvan, entre ellos la pareja protagonista, y una señora de la limpieza, que impondrá su poder a los demás al saber sobrevivir sin apenas medios. Además ha logrado manejar la lancha salvavidas con numerosos víveres. Desde ese momento, ella decidirá el reparto de la comida y la posibilidad de dormir con ella resguardada de las inclemencias del tiempo. También impondrá sus caprichos y deseos como tener una relación con el joven Carl. Al final, este cambio de jerarquía es un espejismo. La supuesta isla desierta en medio del océano no es tal, sino una playa más de un destino de vacaciones. Tal argumento planteado con sarcasmo, crítico con nuestra sociedad capitalista, le hizo merecer la Palma de Oro a la mejor película en el Festival de Cannes.

EL CAMINO DEL ÉXITO


 

En este mundo globalizado nos tenemos que preguntar por cuántos caminos se tiene que transitar para llegar a ser un hombre libre, una persona que cumpla con sus sueños. La circunstancia se complica si pertenece a un pueblo sin Estado ni fronteras, y condenado a la marginalidad y al exilio como el kurdo, asentado en Turquía, Irak, Siria e Irán. Esto le sucedió al rapero y productor musical alemán Xatar, nombre artístico de Giwar Hajabi, cuya vida se cuenta en la película, ORO PURO-RHEINGOLD, escrita y dirigida por Fatih Akin. Título que alude a la ópera de Richard Wagner, El oro del Rhin, en una especie de reinterpretación de la mitología antigua desde el punto de vista moderno, donde el robo de una furgoneta de ese metal precioso, se convierte en la manera de cumplir sus propósitos en la sociedad.



Xatar era hijo de un prestigioso compositor y director de música clásica en Irán. El triunfo de la Revolución Islámica hizo que esta música fuese prohibida. Tras luchar en las montañas iraníes, la familia no tuvo otra opción que huir a Irak donde fueron recluidos en la cárcel. Un benefactor los llevó a París, para terminar en Alemania, donde las ayudas a los refugiados políticos eran mayores. Allí el padre pudo continuar su carrera, pero abandonó a la esposa y a sus hijos cuando conoció a otra mujer. Xatar, su hermana y su madre hicieron enormes esfuerzos para salir adelante, hasta el punto que tuvo que dejar sus estudios, incluso los musicales para ganar dinero. En ese momento empieza a vender droga hasta que se hace un auténtico traficante. Perseguido por la policía, huye a Ámsterdam para estudiar música, mientras se gana la vida como portero de discoteca.



La necesidad de recursos le lleva a trabajar para una mafia kurda de tráfico de drogas. En la cabeza de Xatar se encuentra todavía ser un cantante de rap y fundar un sello discográfico. La pérdida de un lote de cocaína líquida le llevará a robar un cargamento de oro a un grupo que se dedicaba a robarlo a los cadáveres. Tras liquidar las deudas, la policía les descubre y huyen al norte de Iraq pensando que estarían más seguros, pero son apresados por el ejército del país e ingresados en la cárcel. En un momento dado, tras ser torturados para obtener información de dónde tenían el oro, son expulsados a Alemania donde son condenados a prisión. Allí será donde Xatar empezará de manera clandestina a escribir y grabar sus canciones que le llevarán al éxito comercial. Terminará, así, una parte de su rocambolesca trayectoria hasta conseguir una vida acomodada, lejos de los ambientes marginales que inspiran sus canciones.

EL OCASO DE LA DIVA




Llegar a lo más alto en la música, por prestigio y fama, está reservado a unos pocos. Si se parte de un nivel social bajo, el mérito es doble. El problema reside en mantenerse en la cumbre sin sucumbir al poder que te confiere dicho estatus. Saber compaginarlo con la vida personal. Respetar a las personas más cercanas con quien trabajas. No hacerlo corres el riesgo de volver de nuevo a un nivel inferior. Tienes que tener presente que tu puesto es deseado por muchas personas que no te creen infalible. Y otras harían lo posible para quitarte del pedestal con tal de vengar una humillación o unas palabras hirientes. Si la organización es democrática no puedes actuar con soberbia y autoritarismo. Cualquier episodio oscuro del pasado tarde o temprano saldrá a la luz, si ha supuesto un daño intencionado y hay otras personas que lo conocen, pero han sido invalidadas. En este contexto se desarrolla la película, TÁR, escrita y dirigida por Todd Field.






La película cuenta con brillantez la caída desde los más alto de Lydia Tár, una prestigiosa directora y compositora de música clásica. Ha recibido todos los premios en este ámbito. Ha dirigido las orquestas titulares más importantes. Ha recalado, según sus deseos, en la afamada Filarmónica de Berlín, la primera mujer en hacerlo, y de orientación homosexual. Vive con su pareja, la primera violinista de la orquesta, y tiene una hija. Le gusta rodearse de jóvenes que fueron aprendices becarias para formarse en la dirección orquestal. En este momento de gloria está a punto de publicar sus memorias. También en grabar en vivo la Sinfonía nº 5 de Mahler. Cuida especialmente los ensayos, el momento, según ella de mayor creatividad de un director, cuando puede indicar a los músicos los tiempos y los matices de sus instrumentos. Un director no es un robot frío, sino que aporta sus sentimientos, lo que quiere decir el compositor. 






Lydia Tár ha tenido una vida entregada a la música desde joven. Su maestro fue Leonard Bernstein. Llegó a estudiar incluso las músicas indígenas de la selva amazónica. En una de estas expediciones de investigación con dos de sus pupilas fue cuando se produjo el suceso que ahora le atormenta y le causará su desgracia. En sueños le viene a la cabeza escenas de su relación íntima con una de ellas. Luego haría todo lo posible para apartarla de su lado. Su suicidio empieza a minar su prestigio porque todo sale en los medios. El escándalo coincide con la toma de decisiones en la Filarmónica de Berlín, cuyo poder en el fondo es colegiado entre patrocinadores y músicos. Su matrimonio, igualmente, se tambalea porque deja a su esposa al margen, sin informarle de nada. Le boicotean la presentación de sus memorias en Nueva York. Finalmente, es despedida, y al comienzo de la grabación de la sinfonía, agrede al nuevo director, que había conspirado contra ella.






Lydia Tár, interpretada por Cate Blanchet, aparece en todas las escenas de la película, que relata su declive hasta volver a la casa de su infancia. Le ha perdido el autoritarismo en el ejercicio del poder. Su falta de empatía con los demás. Anteponer sus intereses personales sobre los deseos de su entorno. Además aprovecharse, de alguna manera, de aquellas jóvenes becarias que pretendían hacer carrera en la dirección orquestal. Pudo mantenerse en la cima de prestigio mientras no alteró un cierto orden tradicional donde la fama va a acompañada de discreción y respeto por las auténticas fuerzas del poder. Una vez vulnerado, le hicieron perder toda la vanidad de la que hacía bandera. Al mostrar las múltiples aristas de una persona, desde la cumbre hasta la caída, ya le ha valido a la actriz, un Globo de Oro. Su derroche de energía le hace seria aspirante al Oscar.
 

LA PINTURA DE FRANCISCO PRADILLA



El Museo de Historia de Madrid organiza la exposición, FRANCISCO PRADILLA (1848-1921): MÁS QUE UN PINTOR DE HISTORIA, una retrospectiva de su obra que reúne 75 pinturas, dibujos y acuarelas. Muestra la obra de un artista relevante del último tercio del siglo XIX y del primero del XX. Un pintor reconocido dentro y fuera de nuestras fronteras, que alcanzó los más relevantes honores y distinciones. Fue académico en España, Italia, Francia y Alemania. Dirigió la instituciones académica de España en Roma, donde residió un tiempo, y el Museo Nacional de Pintura y Escultura de Madrid, donde se instalaría hasta su muerte en 1921. La muestra se divide en las siguientes secciones: Evocaciones históricas; Alegóricas y Escenas medievales; Al aire libre; Costumbrismo y modernidad; Retratos, y Acuarelas y dibujos.




El recorrido de la muestra nos informa de sus cualidades como pintor. Alcanzó la fama, tras una fase de rigurosa formación con la pintura histórica con tres obras fundamentales: Doña Juana la loca; La rendición de Granada, y el Suspiro del moro. De ésta última se exhibe el original, de las primeras, copias o reducciones de obras que fueron encargos oficiales. En ellas demuestra un profundo conocimiento histórico, expresado con una exquisita técnica. Circunstancia que observamos en la obra La reina doña Juana la loca, recluida en Tordesillas con su hija, la infanta Catalina. Pero como trata aportar la exposición, Francisco Pradilla, fue más que un pintor de historia, se dedicó a la representación del paisaje, la mayoría de Italia, de carácter realista y factura abocetada. También escenas costumbristas, como Carnaval en Roma, y Viernes Santo en Madrid. Paseo de mantillas, donde se observa la influencia del encuadre fotográfico, además del talento del artista por la composición por medio de figuras pequeñas o de grandes dimensiones.



En el retrato, Pradilla capta al modelo con profundidad psicológica, destacando la representación de las edades del hombre y la mujer, niñas, jóvenes o ancianas, como la representada en la obra, El día del Corpus Christi en Italia, que proporciona la imagen de la exposición. Finalmente, el visitante puede comprobar el virtuosismo del pintor con el dibujo y la acuarela, en distintos géneros, como el paisaje, Lirios en el Monasterio de Piedra.