EL CAMINO DEL ÉXITO


 

En este mundo globalizado nos tenemos que preguntar por cuántos caminos se tiene que transitar para llegar a ser un hombre libre, una persona que cumpla con sus sueños. La circunstancia se complica si pertenece a un pueblo sin Estado ni fronteras, y condenado a la marginalidad y al exilio como el kurdo, asentado en Turquía, Irak, Siria e Irán. Esto le sucedió al rapero y productor musical alemán Xatar, nombre artístico de Giwar Hajabi, cuya vida se cuenta en la película, ORO PURO-RHEINGOLD, escrita y dirigida por Fatih Akin. Título que alude a la ópera de Richard Wagner, El oro del Rhin, en una especie de reinterpretación de la mitología antigua desde el punto de vista moderno, donde el robo de una furgoneta de ese metal precioso, se convierte en la manera de cumplir sus propósitos en la sociedad.



Xatar era hijo de un prestigioso compositor y director de música clásica en Irán. El triunfo de la Revolución Islámica hizo que esta música fuese prohibida. Tras luchar en las montañas iraníes, la familia no tuvo otra opción que huir a Irak donde fueron recluidos en la cárcel. Un benefactor los llevó a París, para terminar en Alemania, donde las ayudas a los refugiados políticos eran mayores. Allí el padre pudo continuar su carrera, pero abandonó a la esposa y a sus hijos cuando conoció a otra mujer. Xatar, su hermana y su madre hicieron enormes esfuerzos para salir adelante, hasta el punto que tuvo que dejar sus estudios, incluso los musicales para ganar dinero. En ese momento empieza a vender droga hasta que se hace un auténtico traficante. Perseguido por la policía, huye a Ámsterdam para estudiar música, mientras se gana la vida como portero de discoteca.



La necesidad de recursos le lleva a trabajar para una mafia kurda de tráfico de drogas. En la cabeza de Xatar se encuentra todavía ser un cantante de rap y fundar un sello discográfico. La pérdida de un lote de cocaína líquida le llevará a robar un cargamento de oro a un grupo que se dedicaba a robarlo a los cadáveres. Tras liquidar las deudas, la policía les descubre y huyen al norte de Iraq pensando que estarían más seguros, pero son apresados por el ejército del país e ingresados en la cárcel. En un momento dado, tras ser torturados para obtener información de dónde tenían el oro, son expulsados a Alemania donde son condenados a prisión. Allí será donde Xatar empezará de manera clandestina a escribir y grabar sus canciones que le llevarán al éxito comercial. Terminará, así, una parte de su rocambolesca trayectoria hasta conseguir una vida acomodada, lejos de los ambientes marginales que inspiran sus canciones.

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