Autorretrato, Paris, 1952 |
La Fundación Mapfre de Madrid organiza la exposición sobre el artista audiovisual, ED VAN DER ELSKEN, uno de los fotógrafos más importantes de Holanda en el siglo XX. En la muestra se reúnen imágenes fotográficas, contactos, películas, libros y documentos, que permiten al espectador hacerse una idea significativa de toda su obra. Su larga trayectoria se inicia en la ciudad de París en 1950 y termina con su muerte por cáncer en 1990. Son hechos importantes porque siempre implicó su vida personal y su actividad artística, como motivo e inspiración. Así, su última película, que se puede ver en parte en las sala madrileña, fue autobiográfica y narraba la lucha contra la enfermedad letal. Llevaba como título, Bye, y era una despedida de lo que él quiso captar con con sus cámaras, la vida misma.
Groenburgwal, Amsterdam, 1956 |
Van der Elsken tuvo un gran talento creativo y una motivación curiosa y experimental. La mayoría de sus fotografías son el blanco y negro, pero siempre, desde muy temprano empleó, a diferencia de otros fotógrafos, el color. Trabajó en varios campos: la fotografía de calle, como reportero de acontecimientos políticos, otros de carácter social o artístico. La vida al completo en la que incluyó la suya propia. Igualmente podemos destacar entre sus objetivos el colocar a las personas, algunas de los países más distantes, como centro de su universo fotográfico, principalmente jóvenes, niños, vagabundos y parejas. Desarrolló a lo largo de su carrera un estilo directo, con frecuentes tomas frontales, muy cercanas a la gente. El resultado es una fotografía auténtica y de aspecto informal, un punto de vista alternativo al tradicional de carácter documental.
Amsterdam, 1967 |
En su primer libro en 1956, Una historia de amor en Saint-Germanin-des-Prés, utilizó el formato de las fotonovelas, mezclando autobiografía y ficción, texto e imágenes, algunos de los elementos claves que mantendría posteriormente. El París de la posguerra, cuando comenzó su carrera, se vió reflejado en numerosas imáges que luego años después publicaría. Ámsterdam, la ciudad donde residió la mayor parte de su vida, fue escenario de muchas de sus fotografías de carácter periodístico y de la vida diaria de sus barrios y vecinos. Van der Elsken, de igual manera, viajó por todo el mundo, unas veces enviado por las agencias y publicaciones para las que trabajó, y otras por decisión propia. Así, en 1959, se embarcó en un viaje alrededor del mundo, visitando África, Malasia, las Islas Filipinas, Hong Kong, Estados Unidos, México y Japón, el país al que volvería hasta en quince ocasiones, fascinado por los contrastes de la vida callejera, donde chocaba la cultura tradicional y la influencia occidental.
Chica en el metro, Tokio, 1984 |
La dificultad de publicar los fotolibros, le llevó a desarrollar su carrera como cineasta, especializado en cortometrajes de carácter documental. La primera obra para televisión la filmó en 1963, y mostraba como las fotografías, el ambiente cotidiano de su barrio y su familia. Asi alternó las producciónes más personales con los encargos de terceros. El conjunto de estos documentales, cuyas imágenes podemos ver a lo largo del recorrido de la exposición, son, por tanto, un claro ejemplo de una personalidad creativa, arriesgada e independiente.