EL TRISTE PANTANO AZUL


 Durante muchos años las adopciones internacionales en EEUU se realizaron sin proteger debidamente a los menores. Un grupo de ellos cambiaron de padres adoptivos, e incluso, no accedieron a la nacionalidad norteamericana, por lo que al ser mayores de edad se encuentran como inmigrantes simplemente. Cualquier problema legal se convierte en la causa de su deportación, a pesar de haber vivido décadas en el país desde muy pequeños. De esta manera, miles de personas en los últimos años han sido expulsadas a sus lugares de nacimiento, sin conocer su idioma o la cultura de procedencia. Este hecho lo da a conocer la película, BLUE BAYOU, escrita, dirigida e interpretada por Justin Chon. Todo un alegato contra la injusticia de este procedimiento que vulnera los derechos humanos.




Antonio, el protagonista, malvive en Lousiana como tatuador. Desea un trabajo mejor, ahora que va a tener una hija. Pero sus antecedentes penales le impiden dedicarse a lo que más le gusta, la mecánica de las motos. Se lleva muy bien con su hijastra, fruto de la relación anterior de su pareja con un policía. Todos los problemas comienzan cuando un día, éste y un compañero de vigilancia, se pelean en un supermercado con el protagonista. El juez decide deportarle a Corea, su país de origen. Solamente podrá permanecer junto a su mujer y sus hijas si demuestra su arraigo después de treinta años en EEUU. No tiene la nacionalidad, pues sus padres adoptivos no hicieron los papeles adecuados como muchos otros en el pasado.




De esta manera, Antonio, tiene que enfrentarse a un pasado dramático. Fue dado en adopción muy pequeño tras intentar su madre matarlo en un lago de Corea. En EEUU, no tuvo suerte, pues pasó de unos padres a otros hasta los definitivos, que no le dejaron buenos recuerdos pues le maltrataban. Al llegar a la mayoría de edad se escapó de casa. No recibió una buena educación y los mejores años de su vida son los que pasa ahora con su mujer. La venganza del policía a quien golpeó, le impedirá acudir al juicio en el que podía frenar la deportación. Tratará de suicidarse en su lago favorito donde lleva a su hijastra. Sin embargo, si de pequeño no murió ahogado, por segunda vez, tampoco perecerá. El único destino que tiene será separarse de su mujer y sus hijas para vivir en un país del que desconoce todo.




La película constituye una serie de golpes emocionales sobre el espectador por lo injusto de las situaciones. De fondo el famoso tema musical que da título a la misma. El primero, la de las causas de su adopción en Corea por padres norteamericano, que se desvela progresivamente a lo largo de la historia, primero en imágenes que revive el protagonista. El segundo, el rechazo como inmigrante que sufre diariamente, sin poder conseguir un trabajo. El tercero, la falta de reconocimiento como norteamericano después de haber llegado al país de niño. Finalmente, la injusta condena a la deportación, sin tener en cuenta, los aspectos humanos tanto los suyos propios, como de los miembros de su familia con los que convive.


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