El Museo Nacional de Antropología presenta la exposición, CHUPAS Y PARKAS. ROCKERS Y MODS: 60 AÑOS DESDE LA PELEA DE BRIGHTON, que conmemora este mitificado enfrentamiento del 18 de mayo de 1964 entre dos culturas urbanas juveniles en la costa inglesa, lugar de reunión habitual de las mismas, especialmente de los mods. La sociedad del momento tuvo, así conocimiento de grupos juveniles que mostraban sus diferencias generacionales con las precedentes. Mostraban una forma de vestir y unas músicas distintas a la de sus progenitores. Fueron calificados como delincuentes y gamberros. Hoy los dos grupos todavía existen y su historia se recuerda en esta interesante muestra, que reúne discos, fotografías, su característico vestuario, e incluso sus típicas motos, unos la Vespa o Lambretta, otros la Norton o Triumph, fanzines, posavasos, chapas, casetes, un largo etcétera que nos lleva a conocer bien su estética. Dos grupos culturales enfrentados pero con elementos en común.
Tanto unos como otros, nacieron en la Inglaterra de la posguerra, en el momento de su recuperación económica, influenciados por el desarrollo cultural y musical norteamericano. Los grupos sociales más humildes recibieron la influencia musical americana, los cambios sociológicos de aquél continente, y así se crearon estos dos tribus juveniles. Los rockers, tuvieron como antecedentes a los teddy boys de los años cincuenta; la música de Bill Haley, y sobre todo, de Elvis Presley; de películas, como El Salvaje, protagonizada por Marlon Brando, Rebelde sin causa, interpretada por James Dean, y más destacada, Semilla del maldad, estrenada en 1955. Su forma de vestir se caracteriza con cazadoras de cuero y pantalones vaqueros para los chicos, y vestidos con amplias faldas para ellas. Los mods, en cambio, fueron precedidos por los llamados modernists, del que proviene su denominación, cuya apariencia deriva de la moda del Yvy League norteamericano, mezclado luego con la influencia francoitaliana, proveniente de las películas de la Nouvelle Vague y de las italianas, como La dolce vita. Los chicos llevan traje con corbata entallado, cubierto con una parka para la conducción de la moto. Frente a los peinados con brillantina, los suyos son cortos y aseados a lo bob.
Los gustos musicales de los mods tienen su origen en el jazz moderno americano, el rhytm and blues, al que se unió el ska y el soul, por tanto, un gusto por la black music. Tanto rockers como mods fueron superados por el movimiento beat a lo largo de los años 60. Luego, cada uno por su lado, regresaron para quedarse hasta nuestros días. A ello contribuyó, por un lado, el estreno de la película Quadrophenia, y el grupo musical The Jam, y un líder, Paul Weller; por otro, el estreno de otras películas, primero American Graffiti, y sobre todo, The Wanderers, en el ámbito de los rockers. En España surgirían, igualmente, grupos de las dos tribus, más destacados, si acaso estos últimos, primeramente, en entornos sociales más acomodados, que podían estar en contacto con las influencias extranjeras. Los años ochenta fue una época de esplendor junto a otras estéticas juveniles. Un espacio de la exposición se dedica a las fotografías que hizo de ellos el fotógrafo Miguel Trillo en aquellos años. Otra sala de la misma recrea un bar y un escenario con instrumentos musicales, donde puedes elegir escuchar una de las veinte canciones seleccionadas, diez por cada tribu. Al salir de la muestra puedes recoger el fanzine resumen, y realizar una breve encuesta para ver si eres mod o rocker, o ninguno de los dos, cuyo resultado se apunta en una pizarra.