La Biblioteca Nacional presenta la exposición, LUIS MARTÍN-SANTOS. TIEMPO DE LIBERTAD, con motivo del centenario de su nacimiento. A través de numerosos documentos, fotografías, pinturas y un vídeo, podemos conocer la personalidad y la obra de uno de los intelectuales y escritores más relevantes de nuestro país en la segunda mitad del siglo XX. Su fama proviene de la novela, Tiempo de silencio, una obra innovadora sobre la sociedad de la posguerra. A ella se dedica gran parte del espacio de la muestra, en la que se explica su impacto tanto en España como en el extranjero, demostrándose en sus más de veinte ediciones que todavía continúan con nuevos proyectos en lengua inglesa y china. Una obra que fue censurada de algunos pasajes, luego incorporados. La exposición la desglosa en diferentes apartados como la burguesía, el burdel, el cementerio, etc., ilustrados por fotografías de la época de Martín Santos Yubero. También el clima moral de la novela se recrea en 21 dibujos realizados por El Roto, donde omnipresentes roedores se metamorfosean en diferentes personajes.
El primer apartado de la exposición corresponde a su biografía y su formación intelectual y científica. Nació en Larache. Tanto su abuelo como su padre fueron militares. Este último médico, que acabaría destinado en San Sebastián donde abriría un hospital quirúrgico. Los abuelos paternos provienen de la provincia de Salamanca, donde pasaría algunos veranos. En el País Vasco iniciaría sus estudios con los maristas, luego en la universidad para estudiar medicina, carrera que terminaría en Madrid. Pronto se decantaría por la psiquiatría, en la que empezó a destacar por sus experiencias innovadoras y prácticas. Llegó a ser doctor en la especialidad con una tesis dirigida por Pedro Laín Entralgo. Recibió influencias de Heidegger, Dilthey, Freud y Sartre. A partir de entonces es asiduo a congresos sobre esta rama en las que aporta sus investigaciones. Pero Luis Martín-Santos es un hombre polifacético, comprometido con la realidad de su tiempo, con la cultura, el arte y la literatura. De esta manera, participa en tertulias y grupos tanto en el País Vasco como en Madrid. De ahí nace la amistad y la colaboración literaria con el escritor Juan Benet.
La obra literaria y científica del autor es paralela a su lucha política. Sus ideas en este ámbito, como afirmó en alguna entrevista, son democráticas y reformistas en la órbita del partido socialista en la clandestinidad. Fue miembro de su ejecutiva y participó en el congreso de Toulouse. A raíz de ello fue detenido en España donde estuvo en la cárcel. Cuando murió a principios de 1964 en accidente de automóvil, seguía en libertad condicional. El partido sospechó que hubiese sido un atentado contra su vida. Rodolfo Llopis escribió tras su muerte un artículo sobre él afirmando que fue más que una promesa, cuya desaparición es de una importancia equiparable a la de Marcel Camus en Francia. En la década de los setenta se publicó su siguiente novela que tenía ya terminada a su muerte, Tiempo de destrucción, cuyos textos son leídos por la actriz Lidia Otón en un vídeo. Sobrecoge su prosa que incluye la tradición literaria castellana con las innovaciones del siglo XX; el tono y la perspectiva existencial fundamentada en el realismo social. Finalmente, la exposición nos recuerda la fama duradera del autor y la pervivencia de su legado, bien administrado por sus herederos, que tienen como título, Tiempo de libertad, la que sería la última novela de su trilogía, nunca escrita, seguramente el relato de la superación de la sociedad atrasada de la dictadura; un relato de esperanza con el advenimiento de la democracia.
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