PAOLO VERONESE EN MADRID



 

El Museo del Prado presenta la exposición, PAOLO VERONESE (1528-1588), que reúne más de cien pinturas, dibujos, grabados y libros, procedentes de los más importantes museos del mundo, que completan la extraordinaria colección de la institución española. Una muestra que cierra un ciclo sobre los maestros venecianos iniciada hace dos décadas, que fueron la base de las colecciones reales y posteriormente del museo. De esta manera, el visitante se encuentra con una magnífica oportunidad de conocer desde diversos puntos de vista este pintor de pintores, pues consiguió la fama en vida y tras su muerte. Contribuyó como nadie en difundir el mito de la prosperidad y riqueza de Venecia, cuando a finales del siglo XVI iniciaba su decadencia. Tuvo una excelsa clientela, desde su propia ciudad, hasta clientela prestigiosa en toda Europa, pasando por la oligarquía del momento. Si fue un pintor de primera fila dentro del estilo renacentista, en el estilo Barroco, fue, igualmente admirado.



La exposición se divide en seis secciones o perspectivas de abordar su estudio. La primera, De Verona a Venecia, explica su formación como fresquista, y el estudio de Rafael, Parmigianino, y sobre todo de Tiziano. El artista consiguió construir un estilo totalizador dentro del arte, influenciado por la Antigüedad clásica, pintores anteriores y contemporáneos. Visitó Roma en su juventud, hecho que le ayudaría a completar su desarrollo intelectual y técnico. Fruto de estos estímulos fueron su interés por el dibujo, y una manera peculiar de entender el color, iridiscente, frente a la unidad tonal de sus contemporáneos. La segunda sección, Maestoso teatro. Arquitectura y escenografía, ilustra su manera de entender la pintura narrativa, de grandes escenas, donde sigue a Andrea Palladio para distribuir el espacio y los personajes. Estos se disponen en primer plano, y la arquitectura de forma transversal, no como la disposición de Tintoretto y Serlio, con un punto de fuga alto. Si esta provocaba composiciones dinámicas, la primera, majestuosas y serenas.



Como viene a ser costumbre en las últimas exposiciones, se atiende al proceso creativo en la siguiente sección, donde se llega a reproducir con vídeo, siguiendo sus técnica, la forma de pintar del artista. También se demuestra a partir de algún cuadro dejado en boceto. El artista tuvo una manera determinada de trabajar, que evolucionó con el tiempo, incorporando técnicas que observó de otros artistas, claro es, con su enorme talento. La cuarta perspectiva le analiza según la Alegoría y mitología, un pintor, que si bien fue popular entre la clientela por su atractivo, no fue especialmente docto, sino que interpretó las complejas iconografías proporcionadas por los humanistas que frecuentó. Además, llegó, en estos temas a  heredar la fama de Tiziano, e incluso a ofrecer, lecturas alternativas al mito. 



La quinta sección corresponde al Último Veronese, establecida a partir de 1576 cuando el pintor tenía 48 años, y que corresponde a la fecha de la muerte de Tiziano. En este periodo su etilo cambia hacia composiciones más inestables y con un color sombrío y de formas más diluidas, Además emplea una luz simbólica que anticipa la pintura del siglo XVII, y destaca la creciente importancia del paisaje con una función expresiva. La última sección se denomina Haeredes Pauli y los admiradores de Veronese, para mostrar el interés por su pintura en el tiempo. En primer lugar, su hermano, y sus hijos continuaron con el taller tras su muerte, un negocio propio, que no lograron prolongar. Por otro lado, sus verdaderos herederos fueron artistas dispares como Delacroix, Cézanne, Guido Reni o Velázquez, pero la exposición se centra sobre todo en la generación posterior a su muerte, la del Greco, Agostino y Ludovico Carraci y Pedro Pablo Rubens. Finalmente, subrayar que uno de sus más importantes coleccionistas fue el rey Felipe IV, y la exposición que hoy le tiene como protagonista, reproduce con sus paredes verdes, el mejor escenario, a modo de palacio, para su contemplación.



COSTURERAS DE CINE


 

La sociedad patriarcal, el machismo, ha relegado a las mujeres a un segundo plano bajo los planteamientos masculinos desde tiempos inmemoriales. Hoy luchan por la igualdad, estar al mismo nivel en todos los órdenes, desde el salario y la variedad de ocupaciones, a salir de las ocupaciones domésticas y de las responsabilidades familiares en exclusiva. Además, las mujeres sufren la lacra de la violencia de género, fruto de esa desigualdad impuesta por los hombres. En la segunda mitad del siglo XX, podíamos ver esta discriminación constante, y pocos espacios eran auténticamente femeninos, poblados y dirigidos por mujeres, como el prestigioso taller de vestuario que retrata la película, DIAMANTI, escrita y dirigida por Ferzan Özpetek, que describe los problemas a los que se enfrenta la empresa, y el grupo de mujeres modistas, que tienen que trabajar largas jornadas de trabajo, mientras compaginan su vida personal y familiar.



El director en tiempo actual, convoca a un  grupo de sus mejores actrices para presentarles el guion de su nueva película. Luego, mientras lo estudian y se reparten los papeles, vemos en los años setenta, los entresijos de un taller de vestuario para cine y teatro en Roma. Lo dirigen las hermanas Canova, que aceptan un importante encargo, el vestuario de una película ambientada en el siglo XVIII, a la vez que sacan adelante otros en los que estaban trabajando. Las modistas tienen que materializar los diseños establecidos, aunque desde el principio, la encargada de los trajes, introduce variaciones. Las modistas sufren largas jornadas de trabajo por salarios que apenas les permite vivir. Una de ellas se tiene que llevar a su hijo con ella porque no tiene con quien dejarlo, y además no puede pagarle sus estudios. Otra tiene un hijo adolescente encerrado en su habitación.



Una de ellas sufre maltrato por parte de su marido, que le ha amenazado de muerte si no abandona el trabajo. La sobrina de otra, se refugia de la policía tras una manifestación estudiantil. Por todos estos problemas, las modistas con permiso de las dueñas, se convierten en un grupo de solidaridad femenina, tanto económico, como emocional. Conocemos, igualmente, las historias personales de las dueñas, la de Alberta, que una vez tuvo un novio que la dejó plantada en París, con el que vuelve a encontrarse; y su hermana Gabriella, que perdió a su hija en un accidente. Una comida de empresa, donde clientes y modistas se reúnen, pone punto y final a esta peculiar historia, donde los problemas se resuelven con el apoyo mutuo y la comprensión frente a la discusión y el enfrentamiento. Fruto de ello es el vestido rojo más espectacular de la película, que tienen que trasladar del boceto original en toda una noche, todas las empleadas, que demuestran que las mujeres son como los diamantes, de una resistencia y atractivo singular.

LA HUIDA DEL MAL


 

Podría pensarse que el destino humano se debate entre el bien y el mal, entre la violencia y la convivencia pacífica. La primera nos destruye, la segunda nos engrandece, nos hace vivir sin sobresaltos. Desde este punto, cabe el progreso profesional y la felicidad familiar. Una sociedad avanzada se construye con pequeñas semillas que han logrado prosperar a partir de una serie valores y derechos fundamentales. Sin embargo, puede suceder, que surja el odio entre sus integrantes, que crezca la intolerancia hacia el otro, y este elemento disruptivo, provoque un reajuste de los demás para poder sobrevivir, o incluso, rehacer su vida personal. Es lo que le sucede al personaje principal de la película, LA BUENA SUERTE, escrita y dirigida por Gracia Querejeta, basada en la novela homónima de Rosa Montero. que tiene que huir de un hijo violento, perturbado desde niño, que persigue la policía después de haber quemado a un grupo de personas sin hogar, y que le exige dinero, para mantener sus fechorías.



Pablo, el protagonista, arquitecto de prestigio, decide bajarse en un apeadero perdido, mientras viajaba a Bilbao para una conferencia. Quiere apartarse de su actividad normal por un tiempo mientras se protege de su hijo, asociado con un grupo de criminales, que busca la policía. Vivía de forma acomodada en Madrid y llevaba una serie de proyectos en un estudio. En este pueblo apartado de La Rioja, decide hacer un paréntesis en su vida. Para ello compra un apartamento en el segundo piso de un edificio que estaba a la venta. Pronto conoce a sus vecinos, una mujer de origen rumano, que trabaja en un supermercado, y un señor mayor enfermo al que cuida. Son los que le echarán una mano. Raluca, que así se llama la vecina, le limpiará el piso, e incluso le buscará un trabajo de reponedor en el supermercado.



Sin embargo, todo se tuerce cuando la banda de su hijo le localiza y trata de sacarle una cantidad elevada de dinero. Gracias a un grupo de policía que le vigilaba, esperando que el hijo y sus compinches le extorsionasen, para capturarles, logra salir indemne de la amenaza que hacía peligrar su vida. A pesar de todas estas dificultades, Pablo ve que ésta toma un nuevo rumbo bajo el signo de la fortuna, pues ha conocido a Raluca, que está perdidamente enamorada de él, y a quien ha tenido que contar la verdad de su situación. Juntos, de esta manera, regresan a la capital, llenos de ilusión y esperanza.

LOS RETRATOS DE NICHOLAS NIXON


 

La Fundación Mapfre de Madrid presenta la exposición, NICHOLAS NIXON. LAS HERMANAS BROWN (1975-2022), una pequeña pero significativa muestra de la serie completa de retratos que realizó desde la primera fecha, y anualmente, a su mujer y sus cuñadas. Son cuarenta y ocho fotografías en blanco y negro realizadas con una cámara de gran formato y luz natural. La mayoría son de medio cuerpo, y muestran, el paso del tiempo, una realidad visible, sin duda, y otra, oculta, llena de emociones tras esos rostros expresivos, a veces captados a contraluz. La continuidad de la vida aparece con un progresivo envejecimiento donde se mantienen los vínculos familiares y afectivos. 



Nicholas Nixon representó a su mujer Bebe, y a sus cuñadas, Heather, Mimi y Laurie, siempre en el mismo orden. La primera, era la mayor, de 25 años cuando comenzó la serie. La más joven, Mimi, tenía 15, y siempre aparece junto a ella en el centro de las composiciones. Las demás tenían veintitantos. Hoy, tras casi veinticinco años, tres se encuentran en la setentena, y la pequeña pasaría de los sesenta. Al principio, todas rebosan una juventud similar, luego el paso del tiempo ha hecho mella en sus rostros. Seguramente, han tenido una vida individual intensa, con sus propias familias respectivas, pero, los lazos primigenios, se mantienen inexorables. La exposición, por tanto, permite conocer una experiencia personal del fotógrafo y sus allegados, y además, una creación estética propia del mundo contemporáneo.




EL OCASO DE UNA BAILARINA


 

La jubilación de cualquier profesión está relacionada con una determinada edad. Si las competencias vienen dadas por la actitud física, ese momento llega antes, que otras en las que prima sus competencias intelectuales. No es lo mismo un deportista de élite, un atleta o futbolista, que un magistrado, profesor o médico, aunque el componente psicofísico es evidente. También influye el paso del tiempo. No es lo mismo una sociedad y los intereses de la población hoy que hace más de treinta años. La persona se mantiene según pasan los años, pero estos efectúan cambios constantes en la realidad y las circunstancias donde se desarrolla una profesión. Es lo que le sucede a la protagonista de la película, THE LAST SHOWGIRL, dirigida por Gia Coppola, que el espectáculo que protagoniza en Las Vegas desde hace más de tres décadas va a ser cerrado por falta de público. Un espectáculo concebido para los gustos del público de finales del siglo XX.



La actriz Pamela Anderson da vida a una experimentada bailarina erótica, Shelly, que ve cómo su vida va a cambiar radicalmente tras la noticia del cierre del espectáculo de la que es la vedette principal. En ese corto periodo de tiempo hace un repaso de su vida junto a otras bailarinas, unas jóvenes y otras jubiladas, que también deben buscarse una alternativa. De hecho la película comienza con la audición a la que asiste para buscarse un nuevo espectáculo, que al final de la película se descubre que es rechazada por su edad, por no requerirse unas actitudes, de ser joven y sexy, de las que hoy carece. La espera, en cambio, a sus cincuenta y siete años, un empleo de camarera o cajera de supermercado. Sin embargo, ella logra reconciliarse con su hija, hoy universitaria, que tuvo de dar en adopción porque no podía cuidarla. Además, se sabe que la tuvo tras una aventura con el director del espectáculo, que nunca se interesó por ella.



Shelly ha vivido durante tres décadas para su espectáculo de Las Vegas. Era lo que deseaba y en lo que se sentía realizada. Ha sido una estrella durante esos años, y eso no lo cambió por nada, ni siquiera por su hija. Hoy llega la retirada impuesta por los empresarios, que ven que ya no interesa al público ver un elenco de mujeres exhibiendo su cuerpo y atrevidos trajes, en medio de luces sugerentes. Quieren espectáculos atrevidos de variedades, próximos al circo. A pesar de su edad, puede compartir trabajo con las más jóvenes, sin desmerecer de atractivo físico. Pero los procesos de jubilación tienen una parte difícil en los que se recuerda los mejores momentos y se es consciente que lo vivido no se volverá a repetir. Se piensa que has seguido ejerciendo una profesión, cuando tu cuerpo y el mundo han cambiado de forma irreversible. Los procesos humanos que se discuten en estos periodos de cambio se muestran sin parangón en la presente película por la que recibió el merecido Premio Especial del Jurado del Festival de San Sebastián.

TRAGEDIA EN EL DESIERTO


 

Bailar puede convertirse en una forma de vida, sobre todo si lleva aparejada un determinado tipo de música y el desplazamiento a lugares aislados, a los que asisten gentes convocadas por las redes sociales de los más diversos puntos de Europa. Son las famosas raves o fiestas de música electrónica de carácter ilegal, que se organizan sin descanso durante varios días. Sus protagonistas se desplazan en caravanas principalmente aprovisionados de todo lo necesario para subsistir en el camino y en los días de fiesta, cuando se disfruta de la música y los juegos visuales. Muestran una estética próxima al punk, alternativa, y posindustrial, que les hace parecer protagonistas de la famosa película, Mad Max, que recrea un mundo destruido, donde los recursos son escasos, pero imprescindibles para la existencia. Este es el contexto de la película, SIRAT, escrita y dirigida por Oliver Laxe, reciente ganadora del Premio del Jurado del pasado Festival de Cannes.



La historia comienza con la búsqueda que realizan un padre junto a su hijo menor de su otra hija de la que no tienen noticias en una rave situada en un lugar apartado de Marruecos. Reparten folletos con su retrato y un número de teléfono. Allí habían ido con su pequeña furgoneta para mezclarse con el peculiar público asistente, durante el día y la noche, sin obtener resultados. Nadie la conoce, ni se ha cruzado con ella. Sólo descubren que hay otra fiesta más al sur de Marruecos junto a la frontera con Mauritania. La intervención del ejército por cuestiones de seguridad, hace que los asistentes sean obligados a irse en orden. En un momento dado, dos caravanas, huyen de la formación impuesta por los soldados a su nuevo destino. El protagonista, que los reconoce, los sigue de mala manera con el objetivo de proseguir la búsqueda.



Se inicia, de esta manera, el verdadero camino hacia ninguna parte que emprenden los tres vehículos. Recorren al principio un trayecto en carretera, pero luego se introducen en pistas de tierra por zonas deshabitadas, normalmente pedregosas y llenas de baches, otras atravesando una ruta de pasos estrechos y montañosos. Los miembros del grupo se ayudan entre ellos para seguir hacia adelante compartiendo alimentos y combustible. También si encuentran dificultades al tener que atravesar un pequeño río. Pero de forma inesperada, sucede un accidente fortuito, impactante para el espectador. Luego, buscan la manera de pedir ayuda, que no la encuentran, finalmente, los diezma la tragedia en medio del desierto. Solamente tres podrán sobrevivir. El título de la película alude al camino entre el infierno y el paraíso o viceversa, una ruta muy fina y peligrosa. Es la ruta que han experimentado los protagonistas y a la que hemos sido testigos los espectadores.

COMBATE AL LÍMITE


 

La guerra sitúa al ser humano al límite de la existencia. Puedes morir y tu causar la muerte del enemigo. La vida se esfuma según pasa el tiempo. Solamente quedan los recuerdos del pasado. Tal vez la familia y las razones que te han llevado a combatir. Los valores están presentes en las conciencias. Unos defender una sociedad, por ejemplo, contra el esclavismo; otros, unos privilegios ancestrales que no reparan en la condición humana. El tener un trabajo, unos ingresos, les llevó a alistarse, sin pensar en lo que les tocaría sufrir. Este es el contexto de los personajes de la película, LOS MALDITOS, escrita y dirigida por Roberto Minervini, sobre un destacamento de voluntarios, que en la Guerra de Secesión norteamericana, son enviados a una región inhóspita del oeste, para explorar y controlar el territorio.



Lo componen un pequeño número de soldados del norte, unos a caballo y otros a pie. Llevan además, un carromato tirado por mulas para transportar las provisiones y las tiendas. En un momento dado, deciden acampar en un paraje junto a un río. Los días pasan sin novedad, cada vez hace más frío, hasta que un día son atacados. Entonces, deciden separarse, un grupo se quedará con los heridos, y otro, de unos cuatro hombres, se dirigirá hacia el paso de las montañas. Tras las tierras llanas, el terreno se hace más escarpado, según se acercan a su objetivo. Empieza a nevar, y deciden, que dos de ellos, se queden en la retaguardia, mientras, los dos soldados más experimentados con las armas y los caballos, cumplan la misión. Pero llegar al paso, le supondrá muchos riesgos, porque se cruzarán con su enemigos, que controlan la zona.



Roberto Minervini ganó el premio a Mejor Director, Un Certain Regard, en el pasado Festival de Cannes, que resulta, tras el visionado de la película, muy merecido, por el ritmo y la manera de cómo expresa la historia, siempre con la mirada atenta a los protagonistas en primer plano, y desenfocado el fondo, sin profundidad de campo. También, cómo los protagonistas se debaten en las razones que les motivan y sus circunstancias; las creencias religiosas, atenazados por el peligro inminente de sus enemigos, en unas condiciones ambientales difíciles.

EL VIAJE DE JOEL MEYEROWITZ


 

El Centro Cultural Fernán Gómez de Madrid presenta la exposición, EUROPA 1966-1967. JOEL MEYEROWITZ, dentro del Festival PhotoEspaña 2025, una de las muestras de mayor entidad de la presente edición como corresponde al premio del mismo recibido por el autor. El famoso fotógrafo neoyorquino realizó en su juventud con 28 años un viaje por el Viejo Continente para madurar como artista y como persona. Ambos objetivos los cumplió con creces, plasmados en unas 25.000 fotografías en blanco y negro y color, y 700 carretes, de paisajes urbanos, principalmente, y naturales, de gentes y culturas de todo tipo que encontró en su viaje por carretera, que supuso atravesar y vivir en 10 países. El viaje lo inició en Inglaterra en 1966, luego visitó Irlanda, Gales y Escocia. Más adelante, pasó al continente, primero Francia, luego España y Marruecos. Después, se dirigió a Alemania, Rumania, Bulgaria, cruzando el Telón de Acero, para llegar a Grecia, Turquía, para volver a Italia y embarcarse de regreso.




Fueron 30.000 kilómetros, y muchas experiencias vitales que le formaron como fotógrafo y como ser humano, como va dicho, experiencias que tuvo durante su estancia en España, en Málaga, sobre todo, durante seis meses, que le llevó a comprender mejor la naturaleza humana, para poder captar imágenes cargadas de emociones y de una narrativa propia. Comprendió los aspectos esenciales de la música flamenca al tratar con la familia Escalona que le abrió su puertas. Además, conoció la atrasada sociedad española, inmersa en una dictadura militar. Todo ello nos lo cuenta en un vídeo que realizó para su exposición malagueña, a la que se añaden imágenes con los protagonistas de aquellos años que retrató con su cámara, y recuerdo actual. También del propio fotógrafo en su residencia y estudio, ya octogenario. Nos explica sus fotografías más emblemáticas, lo que aprendió, que fue mucho por aquellos años, para ser esencial en su trayectoria.



En el viaje por Europa realizó fotografías desde el coche como si el fotógrafo, ansioso, no diera a basto en recoger todo lo interesante que le sugería su visión. Otras en cambio, son fruto de su caminar por los barrios de las ciudades y los lugares de visita y tratar con sus gentes. Joel Meyerowitz tiene una formación con Tony Ray-Jones y Gary Winogrand, dentro de una fotografía de calle. Sus grandes referentes son Henry Cartier-Bresson y Robert Frank. De uno, por la búsqueda de un momento o instante efímero que la cámara captura, del otro, el modelo del road trip, que combina espacios y la población más diversa. Sin embargo, el prefiere, ir más allá, captar un momento narrativo, un conjunto de síntesis emotiva, descriptivo de un grupo de personajes y ambientes, una escena amplia y dinámica. Otro aspecto es el uso del color, un color antiguo, de gran atractivo, que no desmerece, sino que incluso, supera a sus fotografías en blanco y negro, y proporciona una gran calidad artística.



AMOR ENTRE LIBROS


 

A menudo se afirma que la literatura te hace sentir experiencias que la vida no llega a ofrecerte. Te permite comprender tu estado emocional, que de otra manera, te sumiría en una triste confusión. Canaliza tus deseos y proporciona la suficiente lucidez para afrontar cualquier problema, es decir, se centra en la existencia del ser humano, que las aplicaciones, que normalmente utilizamos en nuestros móviles, banalizan, la transforman en comportamientos automáticos y superficiales. Es lo que le sucede a la protagonista de la película, JANE AUSTEN ARRUINÓ MI VIDA, escrita y dirigida por Laura Piani, que se siente sola, que ve la vida pasar, como una flor marchita por falta de agua, como la protagonista de Persuasión, la novela romántica de esa escritora inglesa. Le gustaría encontrar su amor, pero no según lo dicta el algoritmo de una aplicación de citas, sino a la manera del siglo XIX. Mientras tanto, trabaja en una librería de París y escribe libros que nunca llega a terminar.



Agathe, la protagonista, sufre un trauma tras el accidente de automóvil donde murieron sus padres. Desde entonces vive con su hermana y su pequeño sobrino. A veces pasa el tiempo con su amigo y compañero de trabajo, que la trata de seducir contantemente, al sorprenderse de su prolongada soltería. Para hacer cambiar su circunstancias envía sin su consentimiento los primeros capítulos de una novela que estaba escribiendo a la residencia de escritores de Jane Austen. Su aceptación le hará enfrentarse con su vocación literaria, y lo que es más importante, con el amor. Primero, con su amigo, luego con un profesor descendiente junto a los propietarios de la residencia, de la autora decimonónica. Las semanas en aquel lugar debían de ser idílicos en un paraje natural adecuado para recobrar la suficiente inspiración para escribir, en un ambiente literario en contacto con otras personas de iguales condiciones.



Sin embargo, Agathe, no escribe nada, y la fiesta y el baile que rememora la época de Jane Austen, la deja confusa, por los intentos de su amigo y el profesor de ser su pareja. De esta forma, abandona la casa para refugiarse en una residencia familiar  al norte de Francia junto al mar, donde logra de nuevo escribir, terminar su libro inacabado, que mandará a Inglaterra. Un día, tras una sesión poética en la librería donde trabaja, descubre la presencia del profesor entre los asistentes. Ya había recibido días atrás un mensaje escrito con una declaración de amor anónima con una cita de Jane Austen. Agathe, entonces comprende la situación, y le sigue para estar con él. Acaba, así, su soltería, y empieza la consolidación de su vocación literaria.

LA FOTOGRAFÍA DE MARISA FLÓREZ


 

La sala Canal de Isabel II presenta la exposición, MARISA FLÓREZ. UN TIEMPO PARA MIRAR (1970-2020), que reúne un conjunto de 184 fotografías de esta fotógrafa y editora en un amplia trayectoria, que se inició en el diario Informaciones, para desarrollarse principalmente en EL PAÍS. Su labor profesional, que ha sido premiada a lo largo de los años, nos permite conocer un periodo extraordinario de la historia de España, al comienzo de la democracia, durante las primeras legislaturas. También los acontecimientos más significativos; los cambios y reivindicaciones sociales, y su principales protagonistas. Participó de aquellos hechos de nuestro pasado y se involucró con sus hacedores. Fruto de ello han sido numerosas imágenes icónicas que han pasado al acervo de una realidad vivida, como aquellas que retrataron  a la generación del rey; al encuentro entre el alcalde Tierno Galván y la actriz Susana Estrada, mostrando un pecho; o las que retrataban a un grupo de mujeres en la cárcel de Yeserías.



La exposición se organiza según los pisos en los cuales se distribuye. En el bajo, un espacio se dedica a su trayectoria profesional; y otros a diversos contenidos como el que representa a la llegada de las libertades con sus primeras manifestaciones; las referidas a la Casa Real; o a personajes como Lola Flores tras ser condenada por fraude fiscal, o al torero madrileño, José Tomás. Un capítulo especial corresponde a las primeras Cortes, que reunía a muchos personajes que habían estado en el exilio, resumen de las dos Españas, que una vez se enfrentaron en la Guerra Civil, y ahora se reencuentran para construir un régimen democrático. Marisa Flórez retrató a los políticos en busca del necesario consenso, hoy impensable en medio de una fuerte polarización, en la cafetería o charlando en los pasillos. Complementarios son los conjuntos dedicados a Dolores Ibárruri, La Pasionaria, como diputada y miembro del Comité Central del Partido Comunista; o el dedicado a los presidentes del Gobierno.



La sociedad española cambió progresivamente en estos años, según se producían acontecimientos importantes, y se aprobaban nuevas leyes que ampliaban las libertades. La cámara de Marisa Flórez nos documenta las manifestaciones por el derecho al aborto. También, los numerosos atentados terroristas de la época. Su fotografía sobre el asesinato del comandante Ynestrillas, con su coche con las puertas abiertas y los cuerpos en los asientos tumbados, resulta impactante. Por otra parte, su cámara dio importancia a los artistas, cantantes, directores y actores que protagonizaron esa época. Desde Luis Buñuel hasta Pedro Almodóvar. No podía faltar el regreso de una de las obras de arte más emblemáticas, y necesarias, El Guernica de Picasso, que requería de unas condiciones estrictas para su vuelta. Marisa Flórez nos documentó su llegada en avión con la autoridades esperando, hasta su depósito, enrollado primero, luego exhibido encerrado en una urna en el Casón del Buen Retiro.



La mayoría de las fotografías de la exposición son en blanco y negro, aunque hay un conjunto en color, principalmente de gran tamaño. Unas imágenes que nos informan de la variedad temática que abordó a lo largo de su carrera. Documentó, como fotoperiodista, acontecimientos significativos, centrados en los personajes. Sus retratos son magníficos, muy empáticos. Combina la sencillez con la fuerza expresiva, mediante la utilización de diversos planos, desde el primero hasta el general. Busca, muchas veces, un significado suplementario al de la propia imagen, al combinar distintos elementos. Por ejemplo, el presidente Adolfo Suarez, solo acompañado de una hilera de escaños vacíos; Felipe González de espaldas frente a un espejo; Blas Piñar, dirigente ultraderechista, pasa cerca de los diputados comunistas encabezados por Santiago Carrrillo, o el ataúd de Dolores Ibárruri portado por el que sería secretario general del partido, frente al los carteles de la dirigente fallecida.