JUAN GYENES, FOTOGRAFÍAS

La Biblioteca Nacional de Madrid organiza la exposición GYENES, MAESTRO FOTÓGRAFO, con motivo del centenario de su nacimiento, aprovechando que es la depositaria de su fondo adquirido por el Estado español. Nacido en Hungría, tuvo que exiliarse junto a otros famosos fotógrafos con la llegada de los nazis al poder. De origen hebreo, desde muy joven aprendió el oficio que le llevaría a tener un importante puesto en la historia de este medio en nuestro país. Después de pasar por Londres y Egipto, se instalaría a finales de los años cuarenta en Madrid al casarse con una española. En esta ciudad crearía un estudio propio en la Gran Vía por el que pasaron desde las clases medias hasta la alta sociedad, los políticos, artistas e intelectuales, el dictador, Franco y la Casa Real hasta su muerte en la década de los noventa. Se convirtió en el retratista oficial de los dos jefes de estado y de sus familias, hasta el punto que las imágenes de los sellos, de las fotografías oficiales en los organismos públicos las hizo él.
La exposición nos informa del enorme trabajo realizado por Juan Gyenes a lo largo de su vida en múltiples ámbitos. Muestra una faceta comercial y otra artística evidente. Es un ejemplo para aquellas personas que se quieran dedicar a este oficio. Construyó su propia fama, no rechazando los más diversos trabajos sin descuidar la calidad formal de su obra. Lo mismo publicó imágenes publicitarias, que portadas en periódicos o en revistas del corazón. El prestigio se lo ganó primero como retratista de la alta socidad, principalmente femenina, como la duquesa de Alba, de artistas como Dalí, de actores de teatro y la danza, españoles como extranjeros en la época que Hollywood rodaba alguna de sus producciones en España. Llegó a fotografiar las obras teatrales madrileñas de forma sistemática, por afición y trabajo. También, musicales, alcanzando a ser el fotógrafo del Teatro Real, pues él era un consumado violinista. Incluso viajó fuera de nuestro país para difundir la cultura española y retratar a personajes relevantes como Pablo Picasso.
Su estilo muestra la influencia de la pintura barroca de Velázquez, Rembrand y Vermeer por la utilización de la luz, del claroscuro, y de fotógrafos como Edward Steichen y Yousuf Karsh. Poseyó una mirada inteligente y sensible.Trabajó principalmente en blanco y negro, aunque no desdeñó el color. Coleccionó su propia obra con dedicatorias de los personajes retratados. En la exposición se ve su interés por ordenar y conservarla, clasificada por temas, y las distintas cámaras utilizadas en el estudio o manuales. Recibió las más altas condecoraciones en España y en Hungría, y llegó a pertenecer a la Academia de Bellas Artes de San Fernando que le reconocen como un auténtico artista.

IMOGEN CUNNINGHAN, FOTOGRAFÍAS

Una amplia retrospectiva de la fotógrafa norteamericana Imogen Cunningham(1883-1976) podemos ver en la Fundación Mapfre de Madrid. Nacida en Portland, Oregón, tuvo una profunda formación académica universitaria, donde llegaría a ser profesora. Desde su juventud se empezó a interesar por este medio hasta su muerte a los 92 años de edad. Ella contribuyó a la consideración de la fotografía como un arte con mayúsculas, no un mero reflejo de la realidad visual. Pretendió en su larga vida buscar siempre la belleza de la forma a través de la imagen captada por una cámara.
Se formó en el estudio fotográfico de Edward S. Curtis, en el ámbito del pictorialismo, donde aprendió la técnica de la platinotipia y el retoque de negativos. Así como completó su formación en Dresde con una beca. Fue influida por los destacados fotógrafos de su generación como Alfred Stieglitz y Edward Weston y siempre se mantendría al tanto de las nuevas tendencias del arte y de la fotografía. La exposición expone unas doscientas obras, desde las imágenes familiares inéditas de sus comienzos hasta los años setenta. El espectador puede comprobar la idea que ella tenía de la fotografía desde el principio, y que es sin duda su gran aportación a la historia. Captar lo cotidiano, los paisajes, el ser humano, proporcionándole la mayor entidad formal. Encontrará la belleza en los objetos captados de forma extraordinaria y en las flores más exóticas, que le dieron fama internacional al ser mostradas en la exposición Film und Foto de la Werkbund de Stuttgart en 1929.
La exposición madrileña se organiza temáticamente, combinando diversas cronologías. Resulta un acierto por cuanto la importancia de la fotografía de Imogen es su cualidad formal que ya descubrimos desde el principio de su carrera. Destaca su manera de realizar los retratos de personajes famosos, artistas y escritores conocidos, de su familia, donde valora especialmente la luz y la composición dentro del encuadre, y sobre todo de los desnudos, de los que extrae el interés por la cualidad geométrica y su evidente sensualidad. Siendo el mejor ejemplo su autorretrato de 1906 que es captada entre la hierba. A partir de 1946, y después de conocer a Lisette Model, empezó a realizar fotografías en la ciudad, las llamadas de calle o robadas. Siguió trabajando hasta el final de su vida en las imágenes de ancianos, conjunto que dejaría inacabado. Su obra se conserva y estudia en la Imogen Cunnimgham Trust desde aquellos años hasta la actualidad, de las que las fotografías de esta exposición forman parte.

LA NATURALEZA DEL AMOR

Magnífico papel interpretado por la actriz, Rachel Weisz como Hester, en la película THE DEEP BLUE SEA, escrita y dirigida por el británico, Terence Davies. Un personaje protagonista que se separa de su marido un prestigioso juez en el Londres de la posguerra, de una vida acomodada, para ir a vivir con un expiloto laureado de la RAF, sin empleo fijo, todo por el amor y la pasión  que siente por él, frente a la vida insulsa del matrimonio acomodado. Una decisión arriesgada para una mujer en aquellos tiempos, que sin embargo, le resulta frustrante, por cuanto ella es una mujer culta, en el que su amante le aporta poco a pesar de su inevitable amor. Ésto le causa un profundo desgarro.
 La película comienza con el intento de suicidio el día de su cumpleaños. A partir de ahí comienza la acción que dura veinticuatro horas en el que rememora los meses que lleva con el piloto, la difícil convivencia con el marido y la separación. Entre tanto regresa el amante de un fin de semana de ocio y se encuentra con la situación. Lo que provoca que le rechace, aprovechándose que ha conseguido un empleo lejos como piloto en Brasil. Ella, entonces, decide recomponer su vida independiente, empezar de nuevo y buscar la felicidad.
La película se basa en la obra homónima del dramaturgo británico Terence Rattigan escrita en 1952, que influye que la acción se centre en pocos escenarios diferentes y de preeminencia a los diálogos. Además sobresale una cuidada puesta en escena, de los interiores domésticos, de las calles de Londres o del metro, completado con un adecuado vestuario. Visualmente apuesta por una baja iluminación, llena de claroscuros, de luces reflejadas y de escasa intensidad. Los movimientos de cámara son lentos como la mirada y los pensamientos de los personajes, que se enlazan con los sucesivos flash back de la narración, que fluye pausada formando un conjunto armonioso, de otra época, de gran belleza, que habla de los sentimientos, de las emociones y de las decisiones humanas.

SOLUCIÓN DE CONTINUIDAD

En un determinado momento la juventud se va transformando en madurez para los hombres y las mujeres. El ciclo de la vida impone una evolución en el estatus del individuo en la sociedad, consigo mismo. Se produce un punto de inflexión, el momento en el cual se toman las grandes decisiones que van a condicionar el futuro. Para los protagonistas de la película, EL AMIGO DE MI HERMANA (Your Sister´s Sister), escrita y dirigida por la directora Lynn Shelton, se produce en una casa de un paraje idílico en una isla cercana a la costa de Washintong al noroeste de EEUU. Allí se dirige primero, Jack que padece una fuerte crisis desde que murió su hermano, invitado por su amiga, Iris, para que recomponga sus pensamientos. Sin embargo al llegar a ella se encuentra con la hermana de ésta, Hannah, que ha roto con su novia de hace muchos años. No tarda en llegar la primera, que se toma unos días libres en el trabajo con la pretensión de seducir a Jack, del que está enamorado, para tenerle de pareja y formar una familia. Sin embargo, la situación se complica cuando descubre que su hermana se ha acostado con él para tener un hijo, como mujer soltera y de orientación homosexual.
Los tres protagonistas para resolver la situación comprometida, dan rienda suelta a una reflexión personal e individual sobre el amor, la familia, el sexo y la amistad. La película, en la que éstos, junto a la directora son los creadores, mientras se va filmando la acción y desarrollando la historia, se estructura a través de una mínima acción y las opiniones que realizan entre ellos, combinada por la captación de los mismos en los paisajes naturales de montaña o las puestas de sol, rodadas con gran sensibilidad. En un principio, la familia primigenia determina el proceso de decisión ante el conflicto planteado entre los tres. Las dos hermanas se reconcilian por el hecho de serlo. Una busca el amor y la familia con Jack, y la otra su propia estabilidad emocional y social al querer tener un hijo. También desconocía el primer planteamiento. Finalmente, Jack acepta lo que pretende Iris, transformar la amistad en algo más, y ayudar a Hannah si finalmente es madre. Todos constituyen unos hechos que ya de por sí pueden cambiar, o propiciar decisiones sobre su vida.

COMEDIA IRLANDESA

EL IRLANDÉS (The Guard), escrita y dirigida por el realizador, John Michael McDonagh está ambientada en el condado de Galway al oeste  de Irlanda. Cuenta en tono de comedia la persecución del heterdoxo sargento de policía, Gerry Boyle de unos traficantes de cocaína que quieren realizar una importante descarga en la costa y se quitan del medio a cualquiera que se interponga a sus propósitos. Este suceso altera la vida pacífica de este lugar y del protagonista, que decide ayudar al FBI norteamericano que se ha desplazado aquí, encarnado en el agente, Wendell Everett. La relación entre ellos, tensa y distante al principio, se convertirá en una estrecha colaboración llena del humor negro que caracteriza a toda la película.
El director pretende construir una obra peculiar, visualmente estilizada, con un tono melancólico, sustentado en la poderosa interpretación de los dos protagonistas, tan contrapuestos físicamente como moralmente, pero a la par muy humanos, que soslayan sus diferencias en favor de la colaboración y de la amistad. Es una película que satisface plenamente al espectador, por la originalidad y la emoción que transmite. Todo un logro del director que quería crear una película similar a las que producía el cine norteamericano en la década de los setenta. Producciones muy bien elaboradas y a la vez en apariencia sencillas como es El Irlandés. Por otra parte, merece la pena destacar, cómo la película en los diálogos y en los distintos personajes, muestra un mundo cada vez más interconectado, por los medios de comunicación, por la migraciones, que supera las circunstancias locales donde se ambienta para darles contraste e incrementar la comicidad del resultado que capta el espectador.

CASA DE TOLERANCIA

L´Apollonide es el nombre del prostíbulo que da título a esta película dirigida por el director francés, Bertrand Bonello, que en España ha recibido el nombre de CASA DE TOLERANCIA. Aunque está ambientada entre el siglo XIX y el XX, 1899 y 1900, cuando cierra el local por problemas económicos, la película pretende describir la prostitución femenina desde la intimidad, desde las historias personales y los sufrimientos de quienes la ejercen, que como induce el director al incorporar música e imágenes de nuestra época, su problemática es intemporal. La extraordinaria puesta en escena, la recreación elegante de una casa de lujo, el vestuario, la cuidada luz, serían hasta cierto punto para tratar el tema con gusto, sin caer en la mera recreación erótica de la actividad sexual de los personajes.
Más que una narración de unos hechos, la película expone unas circunstancias de un grupo de prostitutas jóvenes que han perdido la libertad en el ejercicio de esta actividad por deudas al servicio de una madame o señora, que es una antigua prostituta que lleva el negocio. Tal actividad supone una explotación continuada, una sumisión a los deseos de los clientes, la mayoría burgueses y aristócratas, que pagan enormes sumas por dar rienda suelta a sus fantasias o a sus mas variadas tendencias. El guión, los diálogos entre ellas son cuidados, precisos y clarividentes para el espectador, hasta el punto que una prostituta afirma que cuando deje el trabajo le resultará imposible mantener relaciones sexuales, o que desearían que hubiese prostíbulos masculinos para que fuesen ellas quienes tuviesen sumisos a los hombres.
El director, y también autor del guión, emplea un tono realista en el tratamiento de los problemas que sufren las mujeres. Las enfermedades que contraen con el riego de su vida; la violencia física que ejercen algunos hombres, y la falta de libertad y expectativas de futuro. Se centra en tres historias, la más importante la de una prostituta a la que cortan la cara por la comisura de los labios hacia arriba, simulando una eterna sonrisa, que protagoniza las escenas iniciales y la final, en un montaje invertido; la de Pauline, una chica de 15 años que voluntariamente entra en la casa para ser más independiente con el permiso de sus padres, pero que al no tener deudas podrá abandonar libremente el prostíbulo; y la de Clotilde, su anverso, que desde los mismos años lleva trabajando ahora que tiene veintiocho, y se encuentra al límite, muy endeudada y afectada por el consumo de drogas. Ésta protagoniza la escena final ambientada en nuestra época cuando sale de un coche después de haber estado con un cliente en un extrarradio urbano donde otras compañeras ejercen la calle.

LA PINTURA DE EDWARD HOPPER

Habitación de hotel, 1931. Museo Thyssen. Madrid
La exposición sobre el pintor norteamericano HOPPER en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, protagoniza el verano artístico por la dificultad de ver reunidas un número significativo de sus obras y el atractivo visual para el aficionado a la pintura contemporánea. Una sencilla muestra que incluye óleos, acuarelas y grabados, contextualizados con ejemplos de autores que le influenciaron directamente como Albert Marquet, Félix Valloton, Walter Sickert y el francés Degas. De este artista cogió diferentes recursos técnicos que él reinterpretaría a su modo, según el contacto directo con su pintura en los dos viajes que llevó a cabo a Francia o en el mismo Nueva York.
El estilo de Hopper se sitúa en el realismo en el que se formó con la admiración de la pintura de Velázquez y la holandesa del siglo XVII, así como de Courbet y Manet. Como se ha dicho su manera de entender el color proviene del Impresionismo e igualmente de los maestros franceses del postimpresionismo. Un estilo centrado en la representación simplificada del tema, pero no vacío, vulgar, sin aportar nada al espectador. Tanto las casas solitarias o los paisajes de montaña o marinos, pretenden, como aquellos que incluyen figuras tanto urbanos como de interiores, mostrar un significado general, tal vez simbólico, de lo que supone la vida contemporánea de desarraigo, de individualismo y soledad, cuando los acontecimientos son cada vez más acelerados en la vida moderna, como una manera de entender la belleza, que el artista encuentra desde una visión subjetiva. Éste capta imágenes sencillas de una realidad compleja, porque valora elementos que el simple espectador no ve o no da importancia, por repetitivos o intranscendentes cuando transita pensando en el destino al que se dirige. Podríamos comprender así imágenes de Manhattan, o de los rincones olvidados que observamos en algunos cuadros de la exposición.
La visión pictórica que Hopper confiere a la representación de las figuras es estática, monumental, y muy significativa. Una forma creativa donde se encuentra la huella de su trabajo como ilustrador de revistas, y le emparenta con los primitivos italianos, con Giotto o Piero della Francesca. El gusto por la pintura de Degas se observa en las perspectivas picadas en forma de intromisión instantánea en una escena cotidiana, que resulta más brusca y sorpresiva en el pintor norteamericano. De la misma manera, por la fotografía, y como se ha dicho, por el cine, del que era gran aficionado. A su vez, éste influye en el séptimo arte, en nosotros mismos, desde el punto de vista formal, como argumental, porque algunos cuadros parecen esperar la interpretación del espectador, como si el pintor hubiera plasmado una estructura básica abierta y cualquiera desarrollase el argumento. Idea que podemos aplicar a diferentes obras con figuras como Mañana en Carolina del Sur, Habitación en Nueva York, Mañana en una ciudad, la misma Habitación en hotel, o en su último cuadro, Dos cómicos.
Hopper entra en la intimidad del individuo solitario desde ventanas de edificios perdidos en la gran ciudad, ya sean hoteles, oficinas o restaurantes acristalados, para expresar la necesidad de comunicación del ser humano contemporáneo, y se pregunta, también desde la subjetividad, como artista individual, quiénes son, qué hacen, qué sienten, a la par de representar la intensa belleza que él encuentra.

ENCUENTRO CON LOS DIOSES

La vida en la Tierra tiene un origen extraterrestre fruto de un hecho azaroso hace millones de años cuando unos viajeros por las estrellas nos visitaron. A finales del siglo XXI, se ha desarrollado hasta tal punto la tecnología, que una empresa privada dirige una misión hacia un planeta, del que se supone partieron las naves de esos seres superiores como queda testimonio en pinturas y relieves de la prehistoria y la antigüedad, y de los que se ha podido deducir la localización exacta en el firmamento. En esta misión, los científicos tienen muchas preguntas que responder, y el patrocinador de la empresa, prolongar la vida a pesar de su longevidad. Sin embargo, los objetivos se ven frustrados para los protagonistas de la misma cuando descubren que el planeta es simplemente una base de los extraterrestres y que éstos pensaban destruir al ser humano llevando a la tierra una epidemia que originaba unos seres a modo de reptiles, y no lo pudieron hacer porque les causó la muerte a ellos hace unos dos mil años.
La película PROMETHEUS sería, de esta manera, el antecedente argumental de Alien, el octavo pasajero, el primer éxito del director, Ridley Scot, que vuelve a sus orígenes en el género de la ciencia ficción. Para ello emplea el tema de la participación de una civilización superior en el origen y desarrollo técnico del ser humano, tantas veces empleado, complementado ahora con la idea de castigo por parte de la misma, que provoca, no sólo interrogantes, sino también terror y entretenimiento al espectador, por la lucha contra esos seres tan mortíferos como los alien. Resulta una obra sugestiva por los planteamientos en los que se basa y visualmente atractiva por los efectos especiales que enriquecen la acción, aunque sin la autenticidad y novedad de sus anteriores películas.
Repite, una vez más,  la importancia de la mujer como protagonista, en la que valora la energía física para superar extraordinarios retos. Así, la única superviviente tras los distintos hechos que se narran, es la científica Elisabeth Shaw, la actriz, Noomi Rapace, unida a la presencia de Charlize Theron en el papel de Meredith Vickers, acompañada del androide, David, el actor, Michel Fassbender, que se proponen alcanzar el mundo originario de esos seres superiores, de los cuales el ser humano desciende biológicamente para alcanzar a comprender la razón última de la realidad material y de las fuerzas que controlan el Universo.