REENCUENTRO CON LOS REFUGIADOS


 

Las principales víctimas de los conflictos bélicos se encuentran en la población civil a consecuencia de las bombas y la represión. Los podemos comprobar actualmente con las guerras de Ucrania y de Gaza. Los bombardeos se dirigen contra viviendas y hospitales de manera indiscriminada. En el caso de la primera, los países europeos han recibido con generosidad numerosos refugiados, principalmente mujeres y niños. En la segunda, la población se ha visto atrapada sin poder salir del territorio asediado por las tropas israelíes. Se ha producido miles de víctimas, y entre ellas, un número considerable de menores. En los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial, Hitler, se fue anexionando territorios de habla alemana. Uno de ellos fueron los Sudetes al norte de Checoslovaquia, que provocó la huida de la población judía hacia Praga. Este es el contexto de la película, LOS NIÑOS DE WINTON, del director James Hawes, sobre la biografía de Nicholas Winton, su protagonista, basándose en hechos reales.



Nicholas, interpretado por Anthony Hopkins, era un agente de bolsa de Londres en 1938, que se propuso rescatar a los niños refugiados en Praga por esas fechas. Huían del avance de los nazis en el territorio y vivían en condiciones precarias con sus familias. La tarea era enorme pues tenía que conseguir visados ingleses para cruzar las fronteras. Unos documentos de elevado coste, asociado a una familia que quisiese acogerlos. Además deberían hacer un censo con los niños a salvar, la mayoría judíos. Recibiría el apoyo de su madre, y fue de gran ayuda que parte de sus abuelos fueran de origen judío, emigrados a Inglaterra en el siglo XIX. Lograron que los trámites burocráticos fuesen rápidos y que hubiese una colaboración económico entre el público inglés. En total, Nicholas logró salvar a 669 niños en ocho trenes que salieron de Praga. Al noveno, el último le impidieron salir las tropas nazis, que ya habían invadido la capital, pues había comenzado la guerra. 



En 1985, Nicholas Winton, recuerda estos hechos con el dolor de no poder haber rescatado a más niños. Conserva todavía un libro con las cartas y recortes de aquellas época, que incluye, además las fotografías de los refugiados y sus nombres. Lo conserva en una cartera que habilitó en los años treinta, bien guardada en un cajón de su despacho. Su mujer le ha encargado que aligere los numerosos documentos que almacena, después de una vida de trabajo ayudando a los más desfavorecidos. Va a tener un nieto, y necesitan espacio en casa. Se pregunta qué sería de aquellos niños rescatados que fueron entregados a familias de acogida. Nicholas quiere sacar a la luz aquel hecho del pasado. De esta manera se pone en comunicación con la prensa y quien estuviera interesado. Será en un programa de entretenimiento de la BBC donde se le de publicidad. La sorpresa es que se encontrará con una de las niñas supervivientes, justamente la última que pudo salvar, y en concreto, con un visado falso.



En un programa posterior de That´s Life, le sorprendieron con un público compuesto con todos aquellos niños, ya adultos, e incluso alguno entrando en la vejez, que salvó la vida. Unos niños que rehicieron su existencia, cambiando sus nombres, pero que recordaban el triste destino de sus verdaderos padres que acabaron en los campos de exterminio. La reina reconocería el trabajo heroico de Nicholas Winton nombrándole caballero. Un personaje que tendría una larga vida hasta los 106 años siempre junto a sus niños salvados. Sus fotos reales aparecen al final de la película en los títulos de crédito, y la información de lo que supuso, la importancia de preservar aunque fuera una sola vida.

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