LOS GRABADOS DE PIRANESI


 

El Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, COAM, presenta la exposición, PIRANESI. MAGNIFICENZA ROMANA, que reúne unos 90 grabados de este arquitecto visionario, arqueólogo e investigador del siglo XVIII. Son un conjunto de originales pertenecientes a la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, una entidad nacida en la misma época según los dictados de la Ilustración. No es de extrañar, por tanto, este conjunto de imágenes que tienen como protagonistas la Antigüedad Clásica, en los inicios de una nueva época. Giovanni Batista Piranesi nació en 1720 en Mogliano Veneto. Estudió arquitectura en Venecia, y luego se trasladó en 1740 a Roma, donde desarrollaría su importante labor de grabador de las ruinas romanas, que capta al detalle incorporando elementos imaginativos.



Piranesi, que no realizó apenas proyectos arquitectónicos, encontraba superior las obras de la arquitectura romana sobre las griegas. La muestra se divide en dos partes: un conjunto denominado, Vedute di Roma, compuesto por 65 estampas realizadas entre 1748 y 1778 de la ciudad antigua y moderna, y otro conjunto de Le Antichitá Romane, formado por 25, que constituyen imágenes detalladas con análisis técnicos,  y visiones de las ruinas y el urbanismo. En primero destaca sobre todo al mostrar los lugares más relevantes de la Ciudad Eterna. Podemos ver diferentes grabados del Vaticano, que incluye el río Tíber y el Castillo de Sant´Angelo; los mismos de la Plaza Navona; los distintos foros imperiales, las basílicas, el famoso Coliseo desde distintas perspectivas; los antiguos arcos de triunfo, los entornos de las puertas de la ciudad; Tumbas y las construcciones de los alrededores de Roma, donde destaca la Villa Adriana en Tívoli.



El artista veneciano se centra en la majestuosidad de las arquitecturas romanas deterioradas por el paso del tiempo. Llenas de vegetación y normalmente transformadas por sus usos habitacionales posteriores. No aparecen solas muchas veces sino rodeadas por pequeñas figuras de transeúntes y carruajes de la época. No falta algún pastor con sus cabras y grupos de artesanos o comerciantes vendiendo en la calle. Se centra en la teatralidad del edificio o el espacio urbano. Destaca, igualmente, los edificios renacentistas y barrocos, como el Palacio Barberini o el Farnesio. Los contrastes de luces y de sombras, la inclusión de elementos imaginativos o interpretativos, nos indican una pretensión estética que supera su admiración del clasicismo, que empezaba destacarse por aquella época, según los postulados de la Ilustración. Una pretensión paralela que surge de la misma manera que podemos denominarla romántica. En fin, podemos resumir los grabados de Piranesi como arqueología y sugestión, exaltación de la visión subjetiva del espectador.



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