EL ORIGEN DEL COMUNISMO


A mediados del siglo XIX, en el comienzo de la industrialización, los trabajadores sufrían condiciones laborales muy duras. Largas jornadas, bajos salarios, ausencia de seguros médicos, empleo de niños, que impedían tener un mínimo nivel de vida aceptable. Por otra parte, muchos de los campesinos del centro de Europa, sufrían la represión de los señores feudales por el solo hecho de recoger algunas ramas rotas en el bosque para poderse calentar. Frente al liberalismo económico todavía en plena ebullición de la primera revolución industrial, los proletarios y los campesinos empobrecidos, apenas tenían organizaciones sociales y políticas que les defendieran. Un grupo de periodístas y jóvenes filósofos intentaron solucionar con distintas teorías y propuestas esas duras condiciones de vida.


Los protagonistas son, así, dos jóvenes revolucionarios. Karl Marx, hijo de un judío converso alemán y Friedrich Engels, hijo, a su vez, de un empresario del textil en Manchester, que van a proponer una base teórica revolucionaria para solucionar la precaria situación del proletariado. La película, EL JOVEN KARL MARX, dirigida por Raoul Peck, nos cuenta los años previos a su concrección en 1848, en el llamado El Manifiesto del Partido Comunista, resumido en la frase, Proletarios del mundo ¡uníos!. Por primera vez, la clase obrera participaría en una de las oleadas revolucionarias del Viejo Continente, tras la burguesía, con un cuerpo de ideas propio de ella, que luchaba por la transformación radical de la organización social y política, lo que suponía, por aquellas fechas, una profundización democrática y la apertura del sistema de gobierno tradicional.


La película muestra la historia del encuentro entre los dos escritores protagonistas, proveniente uno, del conocimiento de la clase obrera inglesa, y el otro de los ambientes, filosóficos y periodísticos comprometidos en Alemania. Llegan a conocerse personalmente en Paris donde había llegado Marx como exiliado con su mujer, una joven aristócrata de Tréveris con la que tenía una hijo. Llevan una vida sin apenas recursos, obtenidos de los artículos periódisticos que logra con dificultades publicar, situación que cambiará cuando les apoye Engels, que disponía de suficiente dinero por su trabajo en las fábricas de su padre. En la capital francesa conocerán a los personajes más relevantes y los líderes del movimiento obrero por aquellas fechas. A los defensores del socialismo utópico y de las corrientes anarquistas, Mijail Bakunin, Weitling y Proudhon, el más prestigioso.


Desde el primer momento, Marx y Engels, deciden colaborar juntos y crear una teoría revolucionaria fundamental para el proletariado. A pesar de su juventud, en los años cuarenta, ya habían realizado diferentes publicaciones. El filósofo alemán se posiciona por medio del materialismo dialéctico frente al planteamiento hegeliano, y admira las perspectivas pragmáticas de Engels sobre la clase obrera y  el análisis crítico de la teoría económica capitalista, que aquél desconocía. De esta manera, teorizarán  sobre el trabajo considerado como una mercancía que llega a tener un precio o un valor determinado según las leyes de la oferta y la demanda. El empresario busca el máximo beneficio que se obtiene de la explotación de los trabajadores mediante bajos salarios, mantenidos de esta forma, por el empleo de niños como fuerza de trabajo, que no llegan a formarse para llevar una vida mejor en el futuro.


Piensan que a lo largo de la historia ha habido grupos humanos desfavorecidos por no poseer los medios de producción: los esclavos, los siervos y los proletarios, una historia que se encuentra en constante cambio, y es necesario alterar de manera revolucionaria. Para ello hay que superar la crítica brillante pero inoperante de Proudhon en favor del socialismo, por una teoría revolucionaria llamada comunista, sustentada en la unión de toda la clase obrera para conseguir poseer los medios materiales imprescidibles para llevar una vida digna. De esta manera se pasaría, de la Filosofía de la pobreza del primero, a la Miseria de la Filosofía,  de Karl Marx, un planteamiento teórico de cambio más profundo. Desde la precisión de estas ideas en 1848 hasta la actualidad, éstas se desarrollaron de una manera y de otra, formaron parte de importantes acontecimientos históricos, que el espectador ve al final de la película en una secuencia de imágenes rápidas, desde el blanco y negro al color. Nos queda en la actualidad aquella energía de la reivindicación constante para mejorar aquellas condiciones materiales difíciles fruto de la desigualdad entre los seres humanos.

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