MUJERES ARTISTAS


 

El Museo Thyssen nos trae una exposición imprescindible, requerida en la actualidad desde amplios sectores de la sociedad, profesores, estudiantes y público en general, que se incluya la obra de las mujeres en el canon de la Historia del Arte, hasta nuestros días, borradas prácticamente. Esta exposición se titula, MAESTRAS, constituido por un recorrido feminista por la contribución de artistas mujeres desde finales del siglo XVI a las primeras décadas del siglo XX. Un recorrido formado por ocho temas o apartados que suponen la conjunción entre los periodos históricos y lo géneros artísticos. Las mujeres no gozaron de la igualdad con los hombres, que instituyeron una sociedad patriarcal, por ello, no conocíamos suficientemente sus miradas propias y sus nuevas iconografías. Esta muestra viene a remediar esa carencia, una exposición de mujeres que representan a mujeres y sus intereses



Las obras de arte se componen sobre todo de pinturas y esculturas. Se exhiben sobre el color feminista, violeta oscuro en una distribución a veces abigarrada. El recorrido comienza de forma excelente con los cuadros de Artemisia Gentileschi, artista que sufrió en su propia existencia la violencia machista. Representan heroínas bíblicas y personajes históricos, centrados sobre todo en Judit con la cabeza de Holofernes, o Susana y los viejos. Muestra una versión nueva de estos temas, que observamos de la misma manera en pintoras como Lavinia Fontana, Fede Galizia y Elisabetta Sirani. Este primer apartado se denomina Sororidad I. La causa delle donne, que alude desde este concepto a la solidaridad entre las mujeres en su lucha por sus derechos, la llamada querella de las mujeres.



La segunda perspectiva, Botánicas. Conocedoras de maravillas, parte del progresivo desarrollo científico, que supera el saber ancestral que tenían las mujeres sobre los beneficios de las plantas. En este momento surgirán un grupo de artistas pioneras del bodegón y de la ilustración botánica apoyadas por mecenas mujeres. Tenemos ejemplos en Italia con Fede Galizia y las hermanas Rachel y Ann Ruysh en Holanda. Aportan un sentido holístico a sus iconografías, unas visiones de ecosistema donde las plantas se unen a pequeños animales donde se supera el sentido religioso de la naturaleza muerta como vanitas. La sección, Ilustradas y académicas, muestra la influencia de la Revolución francesa en la lucha de las mujeres por sus libertades. Ser ciudadanas las equipara a los hombres, lo mismo que su visión artística. Pintoras como Élisbeth Vigée-Le Brun y Angelica Kauffman, y escultoras como Marie-Anne Collot destacan en el género del retrato, expresión de la afirmación de la individualidad femenina.



En el apartado, Orientalismo/costumbrismo, las mujeres dejan su huella el la representación de territorios no occidentales o de costumbres nacionales. Lo hacen con respeto y sin la sexualización degradante de sus modelos por parte de sus colegas masculinos. Además pintoras como Henriette Browne y Alejandra Gessler pueden entrar en los harenes dando una visión distinta. Esta mirada propia se observa en las iconografías de Trabajos, cuidados, que representan a la mujer en el campo o en la ciudad. Son igualmente consumidoras o pescadoras. La pintora Henriette Browne inmortaliza a las cuidadoras de enfermos. Se reivindica así un trabajo no remunerado, no suficientemente valorado. Una de las mejores secciones corresponde a la titulada, Nuevas maternidades, ejemplo de la visión diferente de pintoras como Mary Cassat o Suzanne Valadon, entre las más conocidas. Una mirada de la dependencia absoluta del bebé desde la ternura, pero también de la dureza de la crianza y las labores domésticas.



El apartado Sororidad II. Complicidades, expone nuevas iconografías de la confianza y la amistad entre mujeres, un mundo propio al margen de la mirada masculina. Las obras de Berthe Morisot y Marie Bracquemond son un ejemplo. Unas amistades de las mujeres, que además superan los lazos personales y privados, son una forma de poder social y político en favor de una comunidad feminista. Por tanto, representar las relaciones entre ellas de apoyo mutuo, compañerismo y lealtad, supone rechazar la masculina de carácter sexual, que objetualiza sus cuerpos. La última sección, Emancipadas, corresponde a las artistas de vanguardia, después de los avance en derechos de comienzos del siglo XX. Muestran la sororidad con nuevos lenguajes artísticos. Nos encontramos con un numeroso conjunto de obras realizadas por mujeres que luego fueron borradas por el canon, que hoy se trata de cambiar. Artistas como María Blanchard, Camille Claudel, Natalia Goncharova, Sonia Delaunay, Maruja Mallo, Frida Kahlo y Ángeles Santos.


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