El Centro Sefarad-Israel presenta la exposición, POR VUESTRA LIBERTAD Y LA NUESTRA. LOS JUDÍOS EN LAS BRIGADAS INTERNACIONALES, que reúne fotografías, libros, documentos, objetos, y vídeos, que resaltan la relevancia del contingente judío entre los voluntarios internacionales que ayudaron a la República durante la Guerra Civil. Un porcentaje cercano al 25%, de un total de unos 40 mil participantes, que desarrollaron diversas actividades, además del combate: como la medicina, la enfermería, el periodismo, la fotografía, y la literatura, entre otras. De algunos de ellos, tal vez, los mejor documentados y relevantes, recoge un resumen de su biografía, a lo largo de la visita, y el destino, la mayoría de las veces, trágico, que les esperó tras la contienda española. Un recorrido que se inicia destacando la persecución iniciada por los nazis en Alemania y otros países, desde 1933, que provoca una fuerte emigración hacia el occidente europeo. El golpe de Estado de Franco en julio de 1936 les sorprendió a muchos de ellos en Barcelona celebrando las Olimpiadas Populares para protestar de las oficiales que se celebraban en Berlín. Lo que fue el momento oportuno para ayudar a defender la democracia y la justicia frente al antisemitismo y el totalitarismo.
Las Brigadas Internacionales provinieron de unos 50 países, destacando los contingentes más numerosos de Francia, unos 10 mil, compuesto de franceses y exiliados, seguidos de los alemanes y austriacos. Desde la capital francesa se canalizaron los que llegaron, a su vez, de otras regiones del mundo, cuyo trayecto pasaba por Barcelona, Valencia, y terminaba en Albacete, convertida en centro logístico, donde se organizaba, primero la instrucción militar, luego el apoyo concreto. Fue un contingente de respuesta al criterio de no intervención asumido por las democracias liberales, y a la ayuda directa a los rebeldes de armamento y hombres de los regímenes fascistas de Hitler y Mussolini. Las brigadas representaban la pluralidad ideológica de la época. Destacaba la militancia comunista, aunque también socialista, socialdemócrata, anarquista, o liberal, unidas frente al propósito de enfrentarse a la uniformidad defendida por Franco, que se apoyaba en la política de los Reyes Católicos, y que estigmatizaba a sus enemigos como defensores de un contubernio marxista y judeo-masónico.
El compromiso y la participación de los judíos fue numerosa alentada por el Consejo Judío Internacional como una oportunidad contra los que pretendían aniquilarlos. Solamente en el contingente norteamericano supuso casi el 40%. Desde muy pronto participaron en la defensa de Irún, posteriormente, en las grandes batallas de la guerra. Se recuerdan la centurias Thaelmann y Tom Mann; la participación de los intelectuales, Simone Weil y Carl Einstein en la Columna Durruti; la militancia en el POUM, hasta su ilegalización en 1937; la existencia de una compañía de judíos, la Naftali-Botwin; la participación de escritores y periodistas como Arthur Koestler, Emma Goldman, e Llia Ehrenburg, así como las fotógrafas, Kati Horna, Margarete Michaelis, y Gerda Taro, que trabajó junto a Robert Cappa y David Seymour, para la revista Regards. Finalmente, la exposición termina con un vídeo que recupera las imágenes de la despedida de las brigadas en 1938. Además, pone el énfasis, que esta muestra contribuye a realizar un acto de justicia histórica en virtud de la Ley de Memoria Democrática de 2022, que otorga la nacionalidad española a sus descendientes, sin renunciar a la suya previa, siempre que mantengan un compromiso activo con la preservación del recuerdo de sus ascendientes y la defensa de los valores democráticos.
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