A comienzos de los años sesenta, EEUU vivía un periodo de profunda transformación política y social. En plena Guerra Fría, se quería superar las restricciones del macartismo, en favor de la paz y la justicia social. Se luchaba por los derechos civiles contra el racismo y la discriminación. Entonces, llegó un trovador de Minnesota, un músico completamente desconocido, que supo catalizar con sus canciones, las aspiraciones de libertad del momento. Esa persona fue Bob Dylan, y su rápido ascenso a la fama, nos lo cuenta la película, A COMPLETE UNKNOWN, dirigida y escrita por James Mangold, sobre el libro de Elijah Wald, centrada en el periodo de 1961 a 1965, desde que empezó su carrera musical como un desconocido en Manhattan, hasta su fama como cantautor folk, para terminar con su sorpresivo cambio de estilo en la última fecha. También, cuenta las importantes relaciones personales con Sylvie Russo y la cantante Joan Baez.
El joven Dylan tenía 20 años cuando llegó a Nueva York. Llevaba consigo una mochila y una guitarra. Quería conocer a Woody Guthrie que por aquellas fechas estaba postrado por una enfermedad terminal en un hospital. Tras encontrarle le cantó una de sus composiciones que había compuesto para él. Fue providencial que en ese momento estuviese también, Pete Seeger, que le acogería en su casa, tras quedar fascinado por su talento. Desde ahí, pudo arrancar su carrera dentro del movimiento folk, cantando en bares y pequeños auditorios. Asociado a este estilo musical conoció a su primera pareja, Silvie, relacionada con la lucha por los derechos civiles. Al mismo tiempo, entró en contacto con Joan Baez, que ya era una cantante famosa, portada de la revista Time. Dylan desde el principio tuvo críticas estupendas, y pronto lograría grabar su primer disco, pero no vendía muchas unidades, hasta que Joan Baez, tras una noche juntos, descubre una canción recién escrita, Blowing in the Wind, para quedar prendido de la composición, que a partir de entonces incluirá en su repertorio.
La relación entre Dylan y Joan Baez fue siempre de amor y rechazo. La joven cantante dio a conocer a su compañero cantando sus canciones o con actuaciones juntos en Festivales como el de Monterrey de 1963. Admiraba su fuerza creativa y la originalidad de sus letras, hasta el punto que le preguntó una vez qué es lo que tocaba, a lo que respondió Dylan que lo desconocía. De esta manera llegó su popularidad, ser uno de los cantantes emblemáticos por los derechos civiles, sin poder pasar inadvertido por la calle porque al instante le reconocían. El Festival de Newport de 1964 fue el marco para consagrarse en la cima, al ser aclamado por el público tras oír, Los tiempos están cambiando. Sin embargo, el autor siempre abierto a nuevos caminos, decidió hacer evolucionar su estilo musical, harto de tener que repetir en los conciertos lo mismo. El prefería cambiar siempre el repertorio, demostrando su gran creatividad artística, que le suponía pasar noches de trabajo en vela.
La ruptura con el estilo folk se produjo en el Festival de Newport de 1965, cuando introdujo la guitarra eléctrica, la batería y el órgano en la interpretación. En este ambiente, no fue comprendido que girase hacia el rock, a pesar de que mostrase una extraordinaria creatividad con canciones como Like a Rolling Stone. Es el final de la película, de una etapa de su vida, pero su fama, no se resintió, al contrario, se incrementó con sus nuevas composiciones. Había dejado de ser ese líder esperado, que ponía voz a una época comprometida con los derechos de la gente, para continuar su carrera solo como un artista, hasta la actualidad, donde conseguiría ganar hasta el Premio Nobel de Literatura.
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