AL PIE DE LA MONTAÑA


 

Los pequeños pueblos, especialmente de montaña, han ido perdiendo progresivamente población a lo largo de la geografía española. Fenómeno agravado por las malas comunicaciones en carretera, que hacen que sea el vehículo privado, el único medio de transporte. Si no tiene un notorio atractivo turístico y existe alguna infraestructura que lo refuerce, están abocados a la emigración de sus habitantes. La posibilidad de trabajar a distancia gracias a la red, ha favorecido, de todas maneras, el establecimiento de gentes que huyen de la ciudad por distintos motivos. También la circunstancia que es un mejor entorno para tener viviendas más grandes y baratas o dedicarse a trabajos artesanos. Puede, igualmente, ser un espacio propicio para una segunda residencia mucho más amplia y espaciosa, cerca de la naturaleza que la vivienda urbana cerca. Este es el contexto de la protagonista de la película, UN AMOR, dirigida por Isabel Coixet, cuyo argumento se basa en la novela homónima de Sara Mesa.



Nat, la protagonista, es una joven intérprete que abandona su trabajo de dar voz a lo refugiados que vienen de África con duras experiencias de violencia, para dedicarse a la traducción de libros a distancia. Para ello alquila una amplia vivienda de dos pisos en un pueblo aislado de montaña. La casa se encuentra en mal estado, pero no se puede permitir un alquiler que no sea económico. El propio casero, un personaje sin escrúpulos, le regalará un perro maltratado, lleno de cicatrices, para hacerle compañía. Poco a poco irá conociendo a sus vecinos, que como sucede en los pueblos, le irán acogiendo en sus vidas. El matrimonio de empresarios que tiene dos hijas pequeñas y viven en una segunda residencia. El artesano vidriero que hace cristalerías artísticas. Una pareja de ancianos, uno de ellos con demencia senil. Y sobre todo, el apodado el alemán, que se ofrecerá a arreglarle las goteras a cambio de sexo, y con quien acabará teniendo una relación amorosa.



La protagonista lleva la relación con el alemán en secreto, pero en los pueblos, la gente se acaba enterando de todo. Una relación que acaba cuando ella se muestre celosa, vigilando al hombre que no quiere con ella ningún compromiso. El maestro vidriero y el casero, entonces, desean lo mismo que le dio al alemán. Aprovecharse, como los numerosos buitres que anidan en los riscos más escarpados de las montañas, de cualquier presa herida o débil. Al final, tendrá que irse del pueblo por esta circunstancia, además del incidente de su perro que muerde a una de las hijas de sus vecinos. Deja de nuevo todo atrás para conseguir su libertad, cuyo viento puro, puede respirar en un alto en el camino de regreso a otra etapa de su vida. Le acompañará su mascota más fiel, Sieso, que ha logrado escapar de quienes pretendían hace justicia con él.

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