RETRATO DE UN ARQUITECTO ATORMENTADO


 

Pocos judíos sobrevivieron tras ser recluidos por los nazis en los campos de concentración. Aquellos que lo hicieron llevaron siempre el trauma de las torturas y privaciones que padecieron. Aquellos con la condición de artista, transmitieron de alguna forma u otra en sus obras, reflexiones, escenas, o crearon monumentos inspirados por tales experiencias extremas. La película, THE BRUTALIST, escrita y dirigida por Brady Corbet, cuenta la vida de un arquitecto judío desde que llegó a EEUU en los años cuarenta, tras la Segunda Guerra Mundial, hasta los años ochenta, ya anciano, centrándose en los episodios más definitorios. Constituye una larga película, más de tres horas, dividida en tres episodios: el primero, El enigma de la llegada (1947-1952); el segundo, El centro de la belleza (195-1960); y un Epílogo (1980).



El protagonista es el arquitecto húngaro, Laszlo Toth, perteneciente a la famosa escuela de arte de la Bauhaus, que desarrolló antes de la guerra un reconocido trabajo en Budapest. Estuvo preso en el campo de concentración de Buchenwald, pero la película comienza cuando llega a Nueva York como inmigrante sin más bienes que una pequeña maleta. Los primeros tiempos son muy duros. Su mujer y su sobrina han quedado en Europa, y sin reconocimiento, tiene que ganarse la vida como puede. Un primo suyo que tiene una tienda de muebles en Pensilvania le da alojamiento y trabajo. Todo cambiará cuando un rico empresario le encargue la reforma de su biblioteca, donde atesora su colección de libros. Una reforma que al principio provocará su rechazo, pero luego, admiración por su estilo funcional y bello. Harrison Lee Van Buren, que así se llama el magnate, le tendrá a partir de ahora como empleado en su casa para desarrollar un gigantesco edificio que es un conjunto de espacios que incluyen capilla, biblioteca y teatro.



Las relaciones con el empresario, a pesar de su interés y apoyo, son difíciles. Tiende a reducir gastos del encargo, e imponerle cambios, a través de otros arquitectos interpuestos. De todas formas, consigue traer con el tiempo a su mujer y sobrina, que sufren las huellas también de la reclusión nazi, a quienes ayuda a conseguir trabajo e integrarse en la sociedad norteamericana.  Nada es fácil para el protagonista por el trabajo diario y todos los obstáculos que tiene que sortear. Un accidente de un transporte del empresario, provocará su despido. Seguidamente, le vemos en Nueva York, desarrollando su talento como diseñador de edificios. Su mujer se encuentra cada vez más enferma y su sobrina tiene pensado trasladarse a Israel con su novio. Entonces, es llamado por Harrison, para que regrese a Pensilvania, y termine su proyecto, que al final concluirá, no si antes producirse un suceso que desvelará la personalidad de su mecenas.



Laszlo Toth es un arquitecto muy creativo adscrito al estilo moderno, funcional, como lo fueron Mies Van Der Rohe o Le Corbusier, pero que introduce una visión cruda, desde los materiales empleados y la formas, creando un nuevo estilo llamado Brutalismo. Su obra carece de referencias historicistas, potenciando la geometría y la articulación característica de volúmenes. En el epílogo, la Primera Bienal de Venecia en 1980 organiza una exposición retrospectiva sobre él, que lleva como título, La pervivencia del pasado. El arquitecto se encuentra en una silla de ruedas, y su sobrina explica las verdaderas motivaciones del arquitecto, sobre todo para el gigantesco proyecto de Pensilvania que concluyó en 1973. Nos explica que se inspiró en las medidas y espacios de los campos de concentración donde estuvieron recluidos Laszlo y su mujer. Hay que entender así, la angostura de sus pasillos, y la luz cenital en especial, como un rayo de esperanza en la libertad futura. Se explica, también entonces, la fijación por los detalles que le llevó a enfrentarse a múltiples dificultades, pues estaban relacionados con el significado intrínseco se su arquitectura.

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