LA CARTE DE VISITE EN MADRID


 

La Biblioteca Regional de la Comunidad de Madrid organiza la exposición, UN RETRATO ROMÁNTICO. LA CARTE DE VISITE, que reúne numerosos ejemplos de este formato fotográfico pionero, que tenía como función el retrato individual, aunque también en grupo, en una época concreta, la primera, entre 1858 y 1865, aunque igualmente se extiende unos pocos años después. Nos proporciona, igualmente información sobre los rudimentos técnicos; sus formas de exposición; y los gabinetes más antiguos que ejercieron en Madrid. Además, de álbumes, expositores, cámaras, y la reproducción de un estudio completo de la época. Informa sobre los elementos esenciales de estas pequeñas fotografías, que tuvieron tanto éxito, por su pequeño formato para llevarse consigo e intercambiar en las relaciones sociales. También fue un modo de propaganda, de dar a conocer la imagen de los principales personajes de la política y de la cultura del momento. Una época que conoció el reinado de Isabel II y la Revolución de 1868, y la fracasada monarquía de Amadeo de Saboya.

La exposición, además, nos ofrece una historia de esta pequeña fotografía, inventada por el francés Disdéri en 1854, cuando creó una cámara con varios objetivos, un ejemplo de ella la podemos encontrar en la muestra. Un fotógrafo que llegó a tener gabinete en la capital española, pero que al parecer fracasó, como su empresa en Francia. El formato de la carte de visite tiene las siguientes medidas: 60 x 105 milímetros, aunque pronto, en 1867, la Casa Laurent, creó el formato Cabinet, de 110 x 168 milímetros. Son imágenes provenientes de un negativo en cristal, cuya imagen se positiva en un cartón. Las imágenes de los retratados pueden ser de cuerpo entero, las más corrientes, o de busto, rectangular u ovalado. Pueden incluir, también el difuminado de los bordes. A partir de 1860, empezaron a utilizarse como fondos murales decorados que simulaban espacios abiertos o de interior, a veces de gran aparato. Las empresas fotográficas imprimieron su sello en la parte posterior, primero a mano, pegado, impreso o litografiado, que nos informaba de su prestigio y trayectoria, pues algunos presumían de servir a la monarquía.

El éxito de este retrato en pequeño formato se demuestra por los 70 estudios acreditados en el periodo considerado. Los más importantes estaban en el centro del centro de la capital, siendo los más modestos, los situados en los alrededores del mismo. La Puerta del Sol, La Carrera de San Jerónimo, La Calle Mayor, fueron lugares habituales de localización. Se encontraban en el último piso del edificio para aprovechar la luz natural, por las prolongadas exposiciones para capturar la imagen. Estos gabinetes fotográficos, no sólo se limitaron a realizar fotos en blanco y negro, sino que llegaron a iluminarlas con colores, lo que requería un profesional especializado. También, lograron no limitarse a una simple pose, sino hicieron fotocomposiciones a partir de los negativos. En la muestra observamos ejemplos de las principales variantes. Estudios famosos, a los que se dedica un espacio concreto, fueron: Ángel Alonso Martínez y Hermano; Charles Clifford y Jane Clifford; Eusebio Juliá; Jean Laurent, y Pedro Martínez Hebert, aunque quedan acreditados otros también conocidos o menos por el aficionado.



Finalmente, llama la atención, los apartados y vitrinas dedicados a las cámara y utensilios de los fotógrafos; los dedicados a la exposición de fotografías, numerosos y variados en formatos y muebles, que nos informan de los común de estas imágenes en la época; algunas profusamente decoradas. Interesantes, como va dicho, la reproducción de un estudio, y lo más entretenido para el visitante, la posibilidad de hacerse un retrato a la manera de carte de visite, con fondos dispuestos para el público y trípodes que simulan una cámara antigua donde colocar los móviles actuales. 


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