El Museo del Prado presenta la exposición, ARTE Y TRANSFORMACIONES SOCIALES EN ESPAÑA (1885-1910), que reúne casi trescientas obras de pintura, escultura, fotografía, dibujo, grabado y documentos, sobre este periodo reducido de tiempo donde la sociedad de nuestro país vivió una serie de cambio fundamentales, y el arte, fue testigo de los mismos. La muestra ocupa todos los espacios disponibles en la ampliación de los Jerónimos, lo que nos da una idea de la importancia de la misma, sin duda, la más relevante de este año. Gran parte de los fondos provienen del propio museo, pero casi nunca expuestos, que se unen a la colaboración de numerosas instituciones y coleccionistas. Provienen, en el caso de las pinturas de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, muchas veces adquiridas por el Estado. Otras llegaron a ser premiadas en las citas internacionales de París de 1889 y 1910. El periodo cronológico es reducido, unos veinticinco años, pero intenso en el proceso de modernización de España. Un fenómeno que sucedía con mayor intensidad en otros países europeos.
Reúne, de la misma manera, a lo más granado de los artistas españoles. Tras superarse la etapa de predominio de la pintura de historia, será la que refleje la temática social, la que destaque. A su vez, podemos establecer dos subperiodos, uno de tratamiento objetivo, naturalista, similar a la corriente francesa, representada por autores como Luis y José Jiménez Aranda, Vicente Cutanda, Joaquín Sorolla, Santiago Rusiñol y Ramón Casas; y otro más expresivo, influenciado por las corrientes expresionistas, con autores destacados como Darío de Regoyos, Francisco Iturrino, Isidre Nonell, Evaristo Valle, José Gutiérrez Solana, y los jovencísimos, Pablo Picasso y Juan Gris, entre otros. Por otra parte, la exposición ser organiza en catorce secciones que se inician por el mundo del trabajo, en el campo, el mar y la industria. Terminan con aquellas dedicadas a las reivindicaciones obreras, la educación, la muerte, y el cine. Todas las secciones presentas una espacio particular denominado gabinete, donde se incluyen las fotografías, dibujos, grabados e impresiones de prensa u otro tipo.
La exposición del Prado es intensa y extensa para el visitante. A pesar de ello, no agota al espectador, sino que la distribución precisa de los temas y las obras, refuerza su interés. La calidad y el atractivo de los ejemplos expuestos son dignos de recordar. Nos encontramos piezas fundamentales de Sorolla, especialmente los referidos al trabajo en el mar, los accidentes laborales, la prostitución, y marginación como, La vuelta de la pesca, ¡Aún dicen que el pescado es caro!, Trata de blancas, y ¡Triste herencia!. Igualmente de Ramón Casas, con Garrote vil. La mayoría, bastantes desconocidas para el gran público que nos informan de la interpretación artísticas de esos problemas políticos y sociales del momento. Por otro lado, la mujer y los niños trabajaban en los distintos sectores incluso en duras tareas por aquellos años. Una situación que pondrían remedio nuevas leyes protectoras en favor de un trabajo más digno. Se observan cuadros de niños en telares, de mujeres en montones de mineral o en labores agrícolas.
La sociedad de aquella época está lejos del bienestar. Salarios bajos, falta de trabajo y condiciones duras de empleo, accidentes laborales, prostitución y marginación y pobreza. Las secciones dedicadas a estos temas muestran lo novedoso de la exposición con imágenes naturalistas de la realidad. Sobre todo el dedicado a la prostitución ampliamente tratado por los autores más famosos, como Julio Romero de Torres, Juan Gris, Ignacio Zuloaga, el mismo Picasso, y las fotografías que ilustran un mundo de prostíbulos y erotismo, son significativas, y raramente expuestas. Las gentes, especialmente, niños abandonados o con discapacidad y de etnia gitana fueron representados por el arte. Destacar las pinturas de Nonell. Por otra parte, en la sociedad del momento tenía mucha relevancia las costumbres asociadas a la religión, dentro de los templos y procesiones. El Estado español era confesional según la constitución vigente. Los religiosos se encargaban de la educación tradicional de carácter memorístico, aunque hay representaciones de las nuevas corrientes pedagógicas provenientes, por ejemplo, de la Institución Libre de Enseñanza, que apostaban por un aprendizaje más lúdico y en contacto con la naturaleza.
España siempre ha sido hasta la actualidad un país de migrantes. Lo observamos en las numerosas obras que tratan del tema en la exposición. De los puertos del norte salían numerosas personas con destino a Cuba o Argentina, donde todavía se han conservado los documentos de entrada al país. Junto a los problemas sociales del momento, el desarrollo de la medicina y la atención sanitaria, es otro de los temas. De Juan Jiménez de Aranda se expone un cuadro de gran tamaño, Una sala del hospital durante la visita del médico jefe; de Enrique Simonet, otra obra similar, Una autopsia; o de un todavía adolescente Picasso, Ciencia y caridad. En esta sección, las fotografías evidencian las consecuencias de la enfermedad y las intervenciones quirúrgicas. Son todas muy originales y excepcionales. Sin embargo, la muerte está presente en el periodo, por la relevante mortalidad infantil, o aquellas producidas por las condenas penales. Finalmente, en la sección, Huelgas y reivindicaciones sociales, se muestra las luchas obreras por mejorar sus condiciones laborales en la industria y en el campo. Se da cuenta de las nuevas ideas socialistas y del anarquismo con su parte subversiva. De esta manera se exponen las imágenes de los atentados contra la boda de los recién casados reyes, o contra los políticos del momento, como la del cadáver de Pardina, el asesino de Canalejas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario