La práctica política debe tener en cuenta a los ciudadanos a quien va destinada. Debe respetar los más elementales derechos humanos y exponer claramente sus verdaderas intenciones. Sobre todo si va destinada a la población sin muchos recursos. La auténtica democracia impide gobernar para una élite, unos pocos privilegiados, frente a una mayoría carente de ellos. Estos días se celebran las elecciones a la Asamblea Nacional francesa. La estrella de la selección de fútbol ha llamado a la participación de la gente frente a las fuerzas políticas que tienen en sus programas ideas contrarias al lema republicano, de libertad, igualdad y fraternidad. Unos partidos que tienen como su principal enemigo a los migrantes, tanto legales como irregulares, la gran mayoría de bajo nivel económico, al borde de la exclusión, que viven en condiciones penosas en viviendas sociales degradadas. Este es el contexto de la película, LOS INDESEABLES, escrita y dirigida por Ladj Ly, que nos cuenta la problemática de los migrantes que residen en deteriorados edificios sociales en la ficticia ciudad de Montvilliers.
El ayuntamiento de Montvilliers pretende reformar los barrios pobres demoliendo los edificios normalmente altos, muy deteriorados por el paso del tiempo. Pretende expulsar a los vecinos proporcionándoles una pequeña indemnización que nos les permite afrontar la compra de una vivienda nueva. El nombramiento de un nuevo alcalde por la muerte prematura del anterior, va a endurecer esta medida con el agravante que se va a valer de todos los medios para echar a sus gentes, la mayoría inmigrantes. Un incendio de una vivienda será el pretexto para expulsar a todo un edificio sin ninguna consideración, sin tiempo para recoger sus enseres o buscarse una alternativa habitacional. No tiene en cuenta que el edificio esta ocupado por numerosas familias con niños en edad escolar. Además, coincide con la Navidad. Se vale que los vecinos son originarias de otros países poco involucrados en las elecciones que por esa época se celebran en la ciudad.
Haby, archivera del ayuntamiento, y activista de una asociación que ayuda a las familias pobres a encontrar una vivienda, hace frente a la política de reformar los barrios del alcalde. Cree, en principio, que no tiene en cuenta que muchas familias son numerosas, y las nuevas viviendas son pequeñas. Luego se opondrá a los métodos despiadados del alcalde provisional, que obvia claramente los derechos humanos al intentar expulsar a los habitantes por cualquier pretexto, sin ninguna notificación previa. Este hecho provocará la reacción violenta de su novio que asaltará la casa del regidor para quemarla en plena cena de Nochebuena. La protagonista piensa que la desesperación y la reacción vengativa no conducen a nada. Haby apuesta por la participación política para vencer en las urnas de manera democrática a los partidos que desprecian a los pobres y a los migrantes. Un mensaje de actualidad estos días ante la posible llegada de ideologías autoritarias al gobierno de muchos países de Europa.
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