LA FOTOGRAFÍA DE BERENICE ABBOTT

Autorretrato, distorsión, 1930, Howard Greenberg Gallery

La Fundación Mapfre organiza la exposición BERENICE ABBOTT. RETRATOS DE LA MODERNIDAD, que reúne unas 200 fotografías de la artista, de los años 20 y 30, cuando participó en los círculos culturales de vanguardia de París y Nueva York. Fue en la ciudad francesa donde trabajó con Man Ray, que le pondría en contacto con Eugéne Atget, de quien recibiría una extraordinaria influencia para entender la actividad fotográfica. Igualmente, llegó adquirir su archivo, ayudando a difundir su obra, de ahí que esta muestra madrileña incluya once de sus imágenes.

Eugéne Atget, 1927, International Center of Photography

Berenice Abbott es la retratista de los escritores e intelectuales que protagonizan la modernidad en la primera mitad del siglo XX. De nuevas mujeres y hombres, que superan los roles tradicionales de los masculino y lo femenino,  que antes que todo son seres humanos libres e independientes, un grupo al cual pertenece la propia fotógrafa. En ellos se encuentran los personajes de las novelas de D.H. Lawrence, James Joyce o Djuna Barnes. Por otra parte, la autora es la retratista de los cambios que se producen en la ciudad de Nueva York, desde los edificios avejentados a los nuevos rascacielos construidos o en construcción.

West Street, 1932, Getty Images

Podemos hablar, al referirnos a Berenice Abbott como una fotógrafa documental, siguiendo la estela de Eugéne Atget, que se interesó por la ciudad de París. En el caso de la norteamericana, centrada en la Ciudad de los Rascacielos, cuyas fotografías, realizadas en los años treinta, se publicarían en el libro Changing New York, por el que alcanzaría la fama. Capta numerosos procesos de transformación arquitectónica como la construcción del Lincoln Center, espacios hoy totalmente cambiados como West Street, y el centro de Manhattan. Ella pretende mantenerse al margen de las pretensiones artísticas cuando retrata los nuevos rascacielos desde el cielo hasta la tierra, o desde esta hacia el cielo, en ángulos imposibles, de día o de noche. 

Vista aérea de Nueva York de noche, 1936, Intenational Center of Photography

Sin embargo, a pesar de la vocación documental de Berenice Abbott, cuando analizamos las fotografías resultantes, testimonio de un momento de cambios constantes, no podemos dejar de admirar, en las capturas de las calles con fuertes contrastes entre los edificios y las obras de ingeniería, ya sea puentes o las estructuras metálicas del metro, en los rincones de calles olvidadas, la subjetividad de la mirada de la fotógrafa. De esta manera, habría que hablar más que de la concepción de fotografía documental en  la autora, de documentalismo artístico, como subraya la comisaria de la exposición.

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