La fidelidad se manifiesta como una virtud en la relación amorosa. Sobre todo cuando no se ha convertido en una obsesión. Debe respetar la libertad de la pareja, la posibilidad que tome una decisión contraria o a pesar de esa cualidad, simplemente que decida cambiar de rumbo a su vida. Esta idea estructura la peculiar comedia, UN HOMBRE FIEL, dirigida e interpretada por Louis Garrel, basada en un guion de Jean-Claude Carriére. La protagoniza, Abel, que tiene que irse de la casa de Marianne, con la que vivía, porque va a tener un hijo de Paul, amigo de ambos. Transcurridos ocho años, éste fallece de forma repentina. Es el momento que aprovecha el primero para intentar retomar aquella relación amorosa a la que ha sido fiel durante este tiempo.
El amor ha perdurado siempre en el corazón de Abel, un periodista televisivo, que ha conocido a otras mujeres de las cuales no se ha enamorado. Marianne, en el pasado, pudo elegir entre los dos jóvenes que le gustaban, mientras que él, le fue siempre fiel afectivamente. Cuando retoma la relación con Marianne, descubre esta realidad. También, que tiene dos obstáculos por celos, su hijo, Joseph, que hace todo lo posible para disuadirle de volver con su madre, y Eva, la hermana de Paul, que desde la adolescencia ha estado enamorada de él. El primero es aficionado a la intrigas policiales y le informa que su madre envenenó a su padre, en colaboración con un médico.
Todo pura fantasía que añade más mordiente a la historia, que se incrementa cuando Eva se presente delante de Mariánne para confesar un amor desde antiguo hacia Abel. Ante esta nueva circunstancia, tanto uno como otro acuerdan un plan, que Abel se vaya a vivir un tiempo con Eva, para que tras una breve relación, ésta aclare si sus sentimientos son auténticos. Así, sucede, y tras pasar un tiempo juntos en el pequeño estudio de la joven, terminan por separarse, especialmente cuando Eva descubre que todo es producto de un plan urdido por Marianne para que satisficiera sus deseos y descubriera que no era el hombre de su vida. De esta forma, la fidelidad del protagonista tiene la recompensa esperada. Unir su destinos a la mujer amada.
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