MADRID EN LOS AÑOS 60


 

El Museo de Historia de Madrid presenta la exposición, MADRID AÑOS 60. LA MIRADA DE ALCOBA, que reúne un conjunto de 250 fotografías tomadas en aquella década por este fotoperiodista en su primera etapa profesional. Además se incluyen algunos objetos de su colección personal, publicaciones, vestidos, carteles y organillos para ambientar las imágenes. Antonio Alcoba empezó a trabajar muy joven como botones en el diario Arriba. José Pastor, fotógrafo del periódico le introdujo en este mundo que no abandonaría. Una trayectoria que le hace depender muchas veces de la aceptación por parte de los medios de sus instantáneas tomadas en la calle como free-lance. Sus imágenes aparecieron en otras cabeceras como Pueblo, Informaciones y en revistas como Triunfo. Finalmente fue contratado en el periódico deportivo As. Desde ese momento empezaría a estudiar hasta llegar a ser profesor de la Universidad Complutense, compartiendo su tiempo entre la prensa y la docencia.



Una parte de su archivo, bien clasificado por el autor, fue adquirido por el propio Museo de Historia. La exposición proviene de una selección del mismo. Se ha dicho que fue un fotógrafo deportivo, calificativo que desmiente esta muestra, que por su cronología de finales de años cincuenta y la década de los sesenta, tiene un interesante valor documental, a la vez, que podemos destacar la mirada peculiar del fotógrafo. Del recorrido de la exposición, que empieza con una sección dedicada al autor, donde se muestran sus cámaras y algunos de los premios recibidos, el visitante se puede transportar a un Madrid casi desaparecido. Una capital bajo la dictadura franquista, que trata de renovarse con multitud de obras públicas aprovechando la bonanza económica del desarrollismo y la apertura del Régimen. Todavía se ven las huellas del mundo rural en la periferia cercana al centro urbano, así como la convivencia entre transporte con animales y vehículos. Lo mismo se puede decir de las actividades económicas, unas propiamente modernas, los grandes almacenes, y otras antiguas, con oficios humildes como aguadores, paragüeros, aparcacoches, traperos y afiladores. Un conjunto de imágenes en blanco y negro que muestran de todas formas un tiempo de silencio impuesto a la sociedad por la naturaleza no democrática del régimen político.



Antonio Alcoba captó con su cámara imágenes de acontecimientos oficiales como los desfiles militares conmemorativos; los recibimientos de personalidades extranjeras, como los astronautas que en 1969, llegaron a la Luna; los rodajes cinematográficos producidos por los norteamericanos que hicieron de la ciudad un gran plató, ocupando el parque del Retiro; también una urbe llena de contrastes, la rica y la pobre, en el centro y la periferia, de elevados edificios y casas bajas. Madrid, por otra parte, se llenó de obras por aquellos años. Se transformó para abrir sus calles al tráfico rodado. De esta manera se fueron quitando los tranvías, los bulevares, y se construyeron aparcamientos subterráneos, así como, los puentes elevados o scalextric, siendo el más famoso el de Atocha, afortunadamente desmontado en los años ochenta. El fotógrafo capta a las gentes en las mas diversas actividades: de fiesta en las calles según la época del año; en las primeras salas de diversión de la Gran Vía; esperando entrar a sus numerosos cines; en el Parque de Atracciones recién inaugurado; otras descansando o en pleno trabajo; los niños y jóvenes jugando al aire libre; o la muchedumbre bañándose en la piscina del Parque Sindical. 



Las paredes de la exposición recogen frases de las canciones de artistas de la época, Karina, Raphael o Los Bravos, que colaboran en la ambientación de las fotografías. Un tocadiscos y algunas portadas de discos complementan el recorrido. Así, se llega a la última sección, dedicada a los deportes, donde Antonio Alcoba demostró su maestría, y una especial afición, hasta llegar a ser portador de la antorcha olímpica en los juegos de Barcelona 1992. Otras imágenes de los años sesenta retratan al famoso locutor, Matías Prats y los más diversos deportes desde el baloncesto y el fútbol, hasta el hockey sobre ruedas y el frontón. Termina el recorrido con dos obras de gran tamaño: una fotografía ampliada  de una gimnasta que parece saludar con la pierna levantada en pleno ejercicio al escudo del yugo y las flechas de la dictadura en segundo plano, y un gran mapa de Madrid de 1961.La opinión que aquel periodo se podía resumir como la España del seiscientos, en esta exposición se puede ratificar, con uno de sus modelos a la puerta del museo.


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