UNDERGROUND Y CONTRACULTURA


Las salas del CentroCentro del Ayuntamiento de Madrid exhiben la exposición que hubo en 2021 en el Palau Robert de Barcelona, bajo el patrocinio de la Generalitat de Catalunya, titulada UNDERGROUND Y CONTRACULTURA EN LA CATALUÑA DE LOS 70. Una muestra que no deja indiferente al tratar un periodo de nuestra historia del siglo XX, la de finales del franquismo y parte de la Transición política, desde el punto de vista de los movimientos contraculturales. Comprende una magnífica puesta en escena cuyo hilo conductor son las noticias de prensa que se muestran en un recorrido a través de los años 70 situadas en el suelo, mientras el visitante recorre distintas secciones con vitrinas llenas de carteles, libros, revistas, fotografías, proyecciones de documentales, paneles explicativos, referidos a las expresiones y activismo social de aquella época.





Supone un recorrido que se inicia con la caída del muro de la dictadura, un hueco donde entra el visitante. Alude a las grietas del Régimen por el que se introducen las novedades y los cambios de costumbres provenientes de California, Ámsterdam y Londres.  Es el llamado Primer Underground, donde se observa la incidencia de la cultura hippie en Ibiza. Los libros, la mayoría clandestinos, traen las nuevas ideas de la cultura beat norteamericana y las reflexiones tras el mayo del 68. Los cambios se muestran en la música, primero folk, luego rock progresivo, a través de los primeros conciertos masivos. No faltan las drogas, el LSD, y la marihuana. La gran efervescencia de cultura alternativa hacia mediados de la década se organiza en la sección, Todo es posible. Laboratorio de libertades. Abarca distintos ámbitos interrelacionados. En primer lugar, el de la música con actuaciones en directo de artistas como King Crimson, y la importancia de salas como Zeleste. También, conciertos como el Canet Rock.



En este laboratorio de libertades se incluyen las transformaciones en el teatro que abandona las formas tradicionales basadas en el texto con numerosos grupos y experiencias; el cómic, desarrollado a través de comunas como la del Rrollo; la nueva poesía, y las revistas, especialmente, Ajoblanco y Star, que sufrieron suspensiones y multas. La sección, Activismo por una sociedad alternativa, concreta los frentes de lucha: Salud y naturismo referido al cuerpo; Comunas, como propuesta frente a la organización tradicional; Ecología, para salvar el planeta; la Antipsiquiatría, para mejorar la salud metal de forma diferente; las luchas por la libertad sexual, especialmente en favor del reconocimiento de la homosexualidad y los transexuales, todo ello en un ambiente de recuperación de las libertades tras el desmoronamiento del Régimen, que permite la organización de las Jornadas libertarias. 



El recorrido de la muestra coincide con la aprobación de la Constitución de 1978 y los primeros ayuntamientos democráticos. España vive una fuerte crisis económica. La situación en los barrios obreros es conflictiva, problema que se traslada a los centros históricos. Se viven atracos y enfrentamientos en las Ramblas. Los llamados Pactos de la Moncloa ponen las bases para la transformación política y social de España. Es lo que constituye el último apartado, La utopía derribada, por el que esa lucha comunitaria finaliza con el triunfo del individuo, la fragmentación y el conformismo en una tendencia hacia el consumismo bajo el impacto de la publicidad. A la cultura punk, le sustituye la (post)modernidad. La exposición concluye que la revuelta creativa y vital no fue en balde. Las numerosas conquistas de una sociedad más libre se debieron a esos años de lucha.


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