EL INICIO DEL RENACIMIENTO EN NÁPOLES


 

El Museo del Prado en colaboración con otras instituciones españolas e italianas organiza la exposición, OTRO RENACIMIENTO. ARTISTAS ESPAÑOLES EN NÁPOLES A COMIENZOS DEL CINQUECENTO, un muestra que pretende dar luz sobre un periodo hasta ahora no muy conocido de la llegada de la maniera moderna al sur de Italia, junto a sus implicaciones en el arte español. Reúne 75 obras entre pinturas, esculturas, y libros iluminados de comienzos del siglo XVI hasta 1530 aproximadamente, en un periodo en el que Nápoles fue definitivamente incorporado a la Monarquía Hispánica durante el reinado de los Reyes Católicos, tras los continuos enfrentamientos con Francia. 




Una serie de artistas italianos y españoles van a llevar las novedades aportadas por los grandes maestros del Cinquecento, Rafael, Leonardo da Vinci y Miguel Ángel. Nápoles fue siempre una ciudad cosmopolita, que vivió durante el siglo XV, un periodo brillante culturalmente, sin embargo, el dominio español no supuso una ruptura, sino un continuo enriquecimiento y desarrollo. La ciudad será a partir de ese momento un punto de entrada de la tradición española, y ésta, a su vez, el ámbito de partida del lenguaje renacentista hacia la península ibérica. La exposición se divide en cinco secciones, siendo las primeras dos dedicadas a la tradición humanística de Nápoles, para luego pasar al dominio de los Reyes Católicos, especialmente cuando el propio rey Fernando entró en la ciudad en 1506. Por esta época se abandona el lenguaje gótico de la mano de dos artistas fundamentales, el Maestro del Retablo de Bolea y el pintor Pedro Fernández, procedente de Lombardía. 




Las secciones tercera y cuarta se centran en el desarrollo de la maniera moderna, propia del Cinquecento, primero con la llegada a la ciudad de la Virgen del pez de Rafael, obra perteneciente a las colecciones del Prado, y segundo, con el trabajo de los llamados, las águilas del Renacimiento español, esto es, de Diego de Siloe, Bartolomé Ordoñez, Alonso Berruguete y Pedro Machuca que son conocedores de la llamada poética de los afectos de Leonardo, la gracia de Rafael y el poder expresivo de Miguel Ángel. La aportación de todos ellos fue esencial para el posterior desarrollo de la escultura y la arquitectura plenamente renacentista española, sin olvidar, igualmente, las aportaciones en pintura, de la que se muestran ejemplos sobresalientes en la exposición. Por otra parte, una interpretación libre del estilo clásico de Rafael se observa en Pedro Machuca, también en la aportación de artistas como Polidoro da Caravaggio y de Girolamo Santacroce. Este periodo se vería interrumpido por la guerra entre el emperador y el papado, manifestada en el Saco de Roma de 1527, que obligaría a retornar a la península a los artista españoles que habían estado activos antes de esa fecha, y que producirán obras fundamentales del arte español en distintas regiones peninsulares.



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