EL SUEÑO AMERICANO


 El objetivo de cualquier inmigrante es mejorar su vida en el nuevo país. Ha sido la pretensión de todos aquellos que llegaron a EEUU desde principios del siglo XX. Incluso de cumplir el llamado sueño americano, que consistía en prosperar radicalmente, de hacerse rico en una tierra que ofrecía múltiples oportunidades, de alcanzar lo más alto desde una humilde condición social. La gran potencia norteamericana sigue recibiendo continuos inmigrantes en la actualidad, con la pretensión simplemente, esta vez, de salir de la pobreza y violencia que se sufre en algunos países. Los protagonistas de la película, MINARI. HISTORIA DE MI FAMILIA, escrita y dirigida por el director, Lee Isaac Chung, llegan desde Corea del Sur para tener una vida mejor, pero las circunstancias están lejos de ser un sueño.




La joven pareja protagonista se instala al principio en California donde empieza a ahorrar trabajando como sexadores de pollos. Tuvieron dos hijos, y con las ganancias de los primeros años, deciden comprar una finca de veinte hectáreas en Arkansas para dedicarse a la agricultura, mientras siguen trabajando en el mismo oficio. La mujer opina que no es una buena idea al ver que tienen que vivir aislados de la gente y en una casa prefabricada con ruedas. Además, el hijo pequeño tiene una dolencia del corazón y puede sufrir un ataque repentino, estando alejados de cualquier hospital. Tras muchas discusiones, para ayudar en el cuidado de los hijos deciden traer a la abuela desde Corea.




La pretensión del marido es dejar de trabajar en la fábrica para dedicarse de pleno al cultivo de verduras. Para ello necesita dinero para la compra de un tractor y poner en marcha el sistema de riego. Cuando el dinero ahorrado se gasta, descubre la dificultad de vender la producción en las ciudades próximas. Todo va a ser un fracaso continuo, un comenzar de nuevo, después de chocar con innumerables dificultades. Así, en este tiempo, la abuela enferma de un derrame cerebral y, accidentalmente, provocará un incendio en el granero, que hará desaparecer la cosecha. Pero esta, a veces, divertida familia logrará salir adelante, como aquella planta, el minari, traída por la abuela y plantada al lado del riachuelo por sus propiedades medicinales y alimenticias, que ahora crece exuberante entre la maleza.

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