VIAJE A LA ANTÁRTIDA


El director Richard Linklater presenta, ¿DÓNDE ESTÁS, BERNADETTE?, una brillante comedia basada en la novela homónima de María Semple. La protagonista fue una arquitecta genial cuya segunda obra fue derruida al poco tiempo de construirse. Desde ese momento abandonó Los Ángeles y la profesión para vivir con su marido una vida familiar en Seattle, donde se encuentra la sede de Microsoft en la que trabaja como ingeniero. Tienen una hija, ahora de 15 años que será su mejor amiga. El abandonar cualquier ocupación le convertirá en una persona con mucha ansiedad y agorafóbica, además de rehuir la relación con sus vecinos.


La hija adolescente nos cuenta la verdad sobre su madre. Todo comienza cuando ella logra ser admitida en un internado privado para terminar la secundaria y recibe como regalo un viaje a la Antártida. Bernadette, ante la posibilidad de afrontar la organización del viaje, empieza a cometer errores. Por Internet al emplear un asistente virtual, que es una plataforma de espionaje. Con su vecinos con los que no se lleva bien, tiene varios roces importantes. El marido está totalmente dedicado a su trabajo como ingeniero informático. No se da cuenta hasta que surgen los problemas, y decide internarla en una residencia psiquiátrica. Entonces, la protagonista se fuga a la Antártida.


El continente helado, el más inhóspito del planeta para el ser humano, representa la salvación para Bernadette. Allí logrará volver a ser útil, desplegar su creatividad genial, que fue truncada veinte años atrás. Donde nadie quiere estar, sobre todo en invierno, ella diseñará una estación científica en el Polo Sur. La extrema soledad no le resultará un problema, pues de esa manera se ha encontrado todos estos años en Seattle. Por tanto, no hay nadie más capacitada. Su marido reconoce los errores cometidos, y su hija, decide no ir al colegio privado. Los dos le apoyan y le esperarán cuando regrese. De esta manera, las virtudes narrativas del director quedan reflejadas en la historia, un relato visual de varios ángulos, con una cadencia temporal que atrae al espectador hasta el final. El tiempo pasado se hace presente encarnado en los protagonistas, mediante sus palabra o con imágenes grabadas que se introducen, todo ello para construir un futuro mejor.

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