En Argelia durante los años noventa se produjo una auténtica guerra civil entre el régimen y la sociedad de ese momento, y grupos islamistas que pretendían imponer unas costumbres mas rigurosas desde el punto de vista religioso. Atentados con bombas, asesinatos indiscriminados con armas y ejecuciones con pistola amedrentaban el país. Las acciones terroristas tuvieron especial incidencia sobre la libertad de las mujeres a la hora de cómo vestir, tener una profesión o educarse. Las querían sumisas al hombre y encerradas en las casas, tapadas tras el manto y el hiyab negro. En este contexto se desarrolla la película, PAPICHA, SUEÑOS DE LIBERTAD, escrita y dirigida por Mounia Meddour, que cuenta la historia de un grupo de universitarias que sufren en su piel las consecuencias de la violencia terrorista.
La protagonista se llama Nedjma a quien llaman Papicha, que estudia en una universidad, mientras saca algo de dinero en diseñar y coser vestidos que vende en los aseos de los clubes nocturnos donde se divierte. Se opone, junto a sus compañeras de habitación, a las amenazas cada vez más crecientes de los fanáticos religiosos que obligan a vestirse con velo a las mujeres. Ella defiende la independencia y la libertad de la mujer en todos los sentidos frente a la preponderancia de los hombres en las costumbres. Una sociedad laica sin el yugo de la religión musulmana. Estas ideas van a chocar con el creciente clima de intransigencia que se vive en Argelia que trata de imponer con amenazas y asesinatos unas costumbres antiguas y ultraconservadoras.
Papicha y sus amigas salen de la universidad por la noche a escondidas para divertirse en los clubes nocturnos junto a otros jóvenes. En una ocasión conocerá a un chico de clase media que le ofrecerá matrimonio y salir del país para vivir una vida mejor. Ella prefiere Argelia a cualquier precio como ser testigo del asesinato de su hermana o el atentado de la universidad contra el desfile de moda que organizó junto a otras alumnas una noche de viernes. Ya nada será posible después de padecer estos hechos que vivir refugiada en casa a la espera de nuevos tiempos que pongan fin a la violencia de aquellos que defienden una dictadura religiosa que tienen a la mujer como víctima principal.
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