El Círculo de Bellas Artes de Madrid organiza la exposición, MIGUEL TRILLO. LA PRIMERA MOVIDA, dentro del festival PhotoEspaña de este año, que reúne un conjunto de fotografías del autor que fueron publicadas en dos fanzines de la década de los ochenta, Rockocó y Callejones y Avenidas, con las que quería documentar la efervescencia musical de aquella época, más bien de los jóvenes y músicos que protagonizaban y asistían a los numerosos conciertos distribuidos por el casco urbano de la capital. Los ejemplares de los fanzines fueron editados cuidadosamente con poco texto por el propio fotógrafo ante la imposibilidad de que las fotografías fueran publicadas por una revista. Luego vendidos entre el mismo público interesado, protagonista de esta explosión cultural que fue la llamada movida madrileña.
La fotografía de Miguel Trillo documenta las distintas tribus urbanas de los años ochenta. A los principales músicos que tocaban en las salas madrileñas, al público que asistía a los conciertos. En sucesivas imágenes en blanco y negro, observamos a grupos o individuos pertenecientes a los mods, a los heavys, a rockers, a los teddy boys, también pukis, techno y siniestros. Esperan en la puerta de los locales de concierto, como el recinto de la Casa de Campo, Consulado, el concurso de grupos de la Plaza de Toros, el auditorio de la Escuela de Caminos, y numerosos escenarios que tenía a su disposición una juventud que quería expresarse con libertad, como sucedía en otros países europeos.
Nuestro país terminaba ya la llamada Transición política hacia la democracia, y en Madrid, bajo el mandato del profesor Tierno Galván, se produjo esta efervescencia cultural desde el underground, que constituyó la llamada Movida, que se extendió en el tiempo durante los años ochenta. Una efervescencia que protagonizaron los distintos grupos sociales, desde los barrios y ciudades dormitorio del extrarradio hasta las clases medias. La importancia que aquella época se puede comprobar en la pervivencia de algunos grupos musicales y artistas en la actualidad, que fue fruto de una conjunción irrepetible desde el punto de vista sociopolítico, y que la exposición del Círculo de Bellas Artes, basada en el Archivo Lafuente, nos hace recordar. La frescura y naturalidad de las poses, la juventud de los protagonistas, el desenfado y provocación de algún gesto, refuerzan el valor documental de las imágenes de Miguel Trillo.
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