LA FOTOGRAFÍA DE RAMÓN MASATS



Las salas de la antigua fábrica de Tabacalera en Madrid exhiben la exposición, RAMÓN MASATS. VISIT SPAIN, que reúne un conjunto de 145 obras de este fotógrafo catalán entre 1955 y 1965, un conjunto que muestra sus imágenes más icónicas, junto a una mayoría de descartes que el comisario, Chema Conesa ha sacado a la luz, pero que tienen el privilegio de ser documentos únicos de una España en blanco y negro, que por aquellas fechas trataba de abrirse al mundo después del periodo autárquico de la dictadura, una España de tricornios y capirotes, que quería recibir al turismo europeo, para impulsar una economía atrasada, la del mundo rural empobrecido y las ciudades a medio urbanizar.

Seminario. Madrid. 1960

La mirada de Masats, sigue la estela del francés, Cartier-Bresson, aquella que atrapa un instante decisivo, un fragmento significativo de la realidad cambiante. Al servicio de distintas publicaciones de la época, el fotógrafo recorrerá España, captando detalles que otros ignorarían. La llegada del presidente Eisenhower, las procesiones de Semana Santa en Andalucía, los pastores en la meseta castellana, los pueblos y las gentes en La Mancha, la romería del Rocío, la sordidez de la Dirección General de Seguridad, los descampados con partidos de fútbol en Madrid. Nada se le escapó a su cámara para reflejar cómo fue ese tiempo triste de nuestro pasado, donde combinaba un encuadre original, el propio arte fotográfico con la vocación documental.

Tomelloso. Ciudad Real. 1960

El visitante de la exposición puede volver a ver su fotografías más famosas como la del seminarista portero, las de los Sanfermines, aquella con el perro sujetado con la pisada del dueño o la del toro sentado esperando su muerte, y otras muchas desconocidas, como la del propio dictador, expuesta sola en una habitación de la antigua fábrica. Cuenta que recibió un encargo en 1963 mientras estaba en Huelva por un reportaje. El director de una sucursal bancaria le preguntó por qué no fotografiaba al jefe del Estado; una imagen que adornaría las oficinas de la entidad. Masats le contestó que no tenía acceso al Pardo. Le contestó que no se preocupara, que él lo conseguiría. Y así, fue cómo le llamaron para realizar unas fotos de Franco en las que éste colaboró con el autor para indicarle si había luz suficiente al lado de la ventana. El resultado nunca se publicó.

Subasta benéfica. Bobby Deglané. 1960

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