El 22 de julio de 2011, un hombre armado de extrema derecha atacó un campamento de verano donde se reunían los jóvenes del partido socialdemócrata noruego, después de haber colocado un coche bomba en los edificios gubernamentales de Oslo. El resultado fueron unos setenta y siete muertos y más de noventa heridos de consideración. La película UTOYA, dirigida por Erik Poppe, que lleva el nombre de la isla donde acampaban los jóvenes, narra en tiempo real, el periodo de unos 72 minutos que el asesino estuvo disparando, mientras llegaba la policía para ayudar a las víctimas. Un periodo considerado demasiado largo, causado por una serie de errores cometidos por la misma.
La película se basa en las descripciones precisas de lo sucedido en la isla. Los jóvenes pasaban un día normal con sus diferentes actividades, inquietos por las noticias de los medios de comunicación que informaban del coche bomba. De repente, hacia las cinco de la tarde, se empezaron a oir los disparos, al parecer de un hombre vestido de policía. En ese momento, todo el mundo empieza a correr desesperado hacia las zonas arboladas y en dirección al mar. La cámara se centra en Kaja y sus amigos, que se esconden en un primer momento en el bosque. Llaman a la policía que les aconseja ocultarse. También a sus familias. La joven protagonista decide buscar a su hermana Emilie, que se había quedado en la tienda.
Kaja encuentra la tienda vacía y el móvil de la hermana abandonado. Entonces, decide huir de nuevo entre los árboles. Allí prosigue el terror. Acompaña en los últimos minutos de vida a una joven herida en la espalda. Luego llega a la orilla del mar donde están escondidos en las recovecos de las rocas numerosos jóvenes. En un momento dado, el asesino llega a arriba de los acantilados y abre fuego contra ellos. Katia no aguanta mucho tiempo oculta. Le preocupa la suerte de su hermana. Entonces huye por el borde del mar. De esta manera descubre un grupo de cadáveres, entre ellos el de un niño. En ese instante, mientras siente un terror intenso, cae abatida de un disparo.
En una época cuando el terrorismo islamista golpeaba en distintos países europeos, sucedieron los atentados de Oslo. Era la primera vez que Noruega, un país con un estado de bienestar seguro, vivía un atentado de esta magnitud. Sin embargo, la autoría de los atentados provenía de un hombre de extrema derecha, que se vengaba, de manera sanguinaria contra la política gubernamental de aceptar a los inmigrantes. Esa aversión a los extranjeros se ha extendido hoy por el mundo, En nuestro continente ha puesto en riego al mismo proyecto europeo, cuyos síntomas más evidentes son el Brexit y el crecimiento de los partidos de extremistas.
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