TEATRO E HISTORIA EN BUERO VALLEJO


 

La Biblioteca Regional de la Comunidad de Madrid organiza la exposición, BUERO SERÁ SU OBRA, una retrospectiva de su trayectoria vital y de su actividad artística como pintor y escritor teatral. Un autor que procede de una familia de padre militar que le dio una educación exquisita y supo potenciar su talento artístico manifestado desde la niñez. Esta fue la que se impuso en su juventud cuando en 1934 abandonó Guadalajara para trasladarse a Madrid a la Escuela de Bellas Artes. Durante la República apoyó la causa de la izquierda contra la injusticia social. La Guerra Civil marcaría su vida y su obra de forma definitiva. En ella colaboraría para salvaguardar el patrimonio artístico del conflicto bélico, y serviría en el departamento de sanidad de las Brigadas Internacionales, tras ser llamado como soldado de remplazo.  Su compromiso le llevaría a estar recluido hasta mediados de la década de los cuarenta en varias cárceles, una vez conmutada su condena a pena de muerte. 



La exposición reúne diferentes materiales que ilustran su vida y trayectoria. Dibujos, pinturas, originales y reproducciones, fotografías de los estrenos de sus obras, manuscritos de ellas, hoy conservados en la Biblioteca Regional, y algún video que nos aproxima a su voz y su imagen. A través de ellos conocemos a sus padres y hermanos, a él mismo de niño en los años veinte o joven cuando estaba en presidio; a su mujer y a sus dos hijos. Tuvo especial habilidad en la representación del color y la luz, siguiendo a su admirado Velázquez. Igualmente, en captar la personalidad de la gente en los retratos. Sin duda, el más reproducido fue el que realizó del poeta Miguel Hernández en el penal donde coincidieron. También, de su hijo mayor, Carlos, que ha participado decididamente en esta muestra.



Dotado de talento artístico, será en la escritura dramática, donde pasará a la posteridad. Fue a raíz del estreno de Historia de una escalera a finales de los años cuarenta, que recibió el premio Lope de Vega del Ayuntamiento de Madrid, y que se mantuvo en cartel más de medio año. Desde este punto, le seguirían una serie de obras constreñidas por su época, la dictadura franquista, la memoria de la Guerra Civil, y sus deseos de verdad y libertad, de conseguir una sociedad esperanzada. Sus temas se situarán, como es propio del momento, en el realismo, que evoluciona a un cierto simbolismo. Hizo el teatro de lo posible, según las limitaciones de la censura. Sobresalen piezas con un importante componente social e histórico-artístico. En primer lugar, Un soñador para el pueblo, que luego se llevaría al cine con el nombre de Esquilache, aquel ministro ilustrado de Carlos III que fue derribado por la aristocracia.



Sobre Velázquez destaca la obra de teatro de Las Meninas, y sobre Goya, El sueño de la razón. La misma Guerra Civil y la represión de la dictadura en La Fundación, El tragaluz, y en Misión al pueblo desierto. Constituye una obra sólida donde arte y vida van unidos, tanto a nivel individual como colectivo. El arte para Buero se hace liberador y a la vez permite una reflexión profunda sobre el ser humano. La tragedia violenta de nuestra historia, en la exposición se exhibe el documento de su condena a pena de muerte, se puede superar desde las raíces de nuestro pasado colectivo que la propiciaron, como estableciendo una memoria democrática para impedir su reproducción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario