REGRESO A BULGARIA


 En un momento dado de la película, el protagonista afirma que en Madrid, donde ha estudiado nunca te sientes extraño, a pesar que no te conoce nadie  y tu tampoco de quien te rodea; que la gente te saluda; y no como en su pueblo de Bulgaria de donde procede, que sólo se saluda si te conocen. Además hay más diferencias, todas ellas provenientes de una sociedad democrática y abierta, frente a otra llena de prejuicios y desigualdad económica. Una más rica y otra más pobre y corrupta. En este contexto se sitúa la película, LIUBEN, escrita y dirigida por Venci Kostov, sobre un joven búlgaro que ha terminado sus estudios de arquitectura, y vuelve a su pueblo en verano, por la muerte de su abuelo. Allí vive su padre, que años atrás se separó de su madre, que se trasladó con él a España. Durante este tiempo, recordará su infancia y tendrá una relación con Liuben, un joven gitano que vive en el orfanato.




Victor vuelve a su pueblo de nacimiento después de doce años. Allí observa una sociedad, cerrada, diferente a la que ha dejado en Madrid. Su padre vive bien, a pesar del menor nivel de vida de la región. Desde el primer momento, se siente atraído por Liuben, un chico que se gana la vida vendiendo fruta. Observa que padece discriminación y el desprecio de la población del pueblo. Ha dejado embarazada a una joven, y tiene la ilusión de ser padre. Sin embargo, la corrupción es lo habitual en la zona. El niño será vendido en la vecina Grecia. Antes la relación que mantiene con Liuben, le meterá en problemas. Al verse implicado en el incendio de un taller de vehículos, que este provoca, cuando se venga del dueño por destruir su mercancía. Finalmente, vivirá la tragedia de su muerte, al ser golpeado por los hermanos de su mujer. 




La democracia, una sociedad justa y equilibrada, basada en la libertad y el respeto entre las personas, sin discriminación de naturaleza económica o étnica, ni de orientación sexual, es un objetivo difícil de conseguir, y después, mantener. Victor lo comprueba cuando vuelve a su pueblo natal, un lugar vinculado a la agricultura sin muchos alicientes, donde vive el amor y también la pérdida. De la misma manera, cuando regresa a Madrid, especialmente cuando se encuentra a sus compatriotas gitanos limpiando los parabrisas de los coches en los semáforos. Le horroriza observar, por tanto, la misma incomprensión por una realidad que acaba de experimentar y que ha acabado en tragedia, que no es más que la pobreza a la que se aboca a grupos de población sin tener presente sus sentimientos y aspiraciones.

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