Se cumple el 40º aniversario del Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid, que se proclamó en los años ochenta del siglo XX. Fue uno de los acontecimientos fundamentales de una década gloriosa de la capital y su zona de influencia, y de toda España, por los cambios producidos tanto en la política, la sociedad, y la cultura. En 1980 se podría decir que todavía no había terminado la Transición, no se había consolidado la democracia en nuestro país. La huella de la dictadura se vivía de manera cotidiana. Pero todo cambió a lo largo de la década. España superó un intento de golpe de Estado; se integró en las instituciones europeas, la económica y militar; y se fortaleció institucionalmente desarrollando nuestra constitución. Mientras tanto, explosionó creativamente la capital, una efervescencia cultural que se transmitió al resto del país.
La exposición, MADRID, CRÓNICA CREATIVA DE LOS 80, da cuenta de los cambios sociopolíticos y económicos en la Comunidad desde la aprobación del Estatuto de Autonomía, también los habidos en todo el país entre 1980 y 1989. Están representados en dos espacios, la primera con paneles explicativos, y la segunda a modo de línea del tiempo donde se recogen los principales acontecimientos. Un buen resumen de aquella década prodigiosa, en la que los gobiernos socialistas, tanto en la ciudad de Madrid, como en la capital jugaron un papel fundamental. Nosotros, los veinteañeros de aquella época, hijos del baby boom, coincidirían, además, con un periodo de explosión de las artes, de la cultura joven, especialmente de la música, pop-rock, de la fotografía, el cine, la moda y el arte contemporáneo. Un movimiento surgido en las calles de la capital; en sus lugares de ocio nocturno, en las inquietudes más underground. Madrid me mata y De Madrid al cielo son las frases más emblemáticas.
La fotografía artística y documental tuvo un papel fundamental en aquellos años de que se estaba viviendo una nueva época. Se decía el futuro está aquí. Las imágenes de Miguel Trillo de los jóvenes y músicos de las tribus urbanas que asisten a los numerosos conciertos de música son ejemplos contundentes. Lo mismo podríamos decir de las fotografías de Marivi Ibarrola, que coincide con otra exposición estos días. Pero fueron muchos fotógrafos y diseñadores que participaron junto a músicos y artistas en esta ola de modernidad, conocida como La Movida madrileña. Destacan nombres como Ouka Lele, Pablo Pérez-Mínguez, Alberto García-Alix, Javier Campano, Ceseepe, Costus, Pedro Almodóvar, Alberto Corazón, y una larga lista, que muestran su actividad creativa en los diseños de las portadas de discos, en las imágenes de la moda del momento, en las películas que se llevan a cabo, en la recepción del arte contemporáneo. En estos años Miquel Barceló alcanzó la fama muy joven.
Además, por aquellos años, se inició Arco, la Feria de Arte Internacional. Se recuerda la exposición y la visita de Andy Warhol a la capital. El inicio del grafiti, siendo la firma Muelle, la que ha pasado a la historia. La creación del Centro de Arte Reina Sofía, hoy Museo Nacional, que sustituía al antiguo Museo de Arte Contemporáneo. La literatura de aquellos años fue, igualmente, memorable. Podemos recordar ejemplos como Las edades de Lulú, de Almudena Grandes, La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza, o la Lluvia amarilla, de Julio Llamazares. Por otra parte, la producción cinematográfica fue muy amplia y rica. A parte de Almodóvar, vinculado a la actividad artística de la capital, destacan, Garci, Fernán Gómez, Berlanga, Saura, Trueba, Vicente Aranda, Eloy de la Iglesia, Fernando Colomo, una larga lista de directores que realizaron obras fundamentales. Finalmente, la exposición recuerda la publicidad y algunos programas de televisión, como la Edad de Oro o Aplauso, que fueron partícipes en la creatividad de la época.
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