La lucha por el poder en Europa se mostraba durante el Antiguo Régimen mediante la guerra. Sucedió a comienzos del siglo XVIII cuando Francia y España se enfrentaron a una coalición de países en la llamada Guerra de Sucesión. Carlos II había dejado como sucesor al nieto de Luis XIV, pero el riesgo de crear una superpotencia continental y marítima en el mundo, provocó una contienda en la que salió beneficiada Gran Bretaña. La película, LA FAVORITA, dirigida por Yorgos Lanthinos, está ambientada en aquellos años y cuenta la guerra privada mantenida por las favoritas de la reina Ana Estuardo para conseguir su favor, y en consecuencia, tener una influencia política decisiva en todos los asuntos de Estado.
La reina Ana tenía una salud física y mental frágil. Padecía gota y no había logrado dar un heredero al trono. Lady Sarah, esposa de Lord Marlborough, uno de los más afamados militares, era quien tomaba las decisiones la mayoría de las veces. Después de ser su amiga de la infancia, se había convertida en asesora política y amante. La relación amorosa entre ellas permanecía oculta, sin embargo sus posturas políticas, inquietaban a los líderes del parlamento. Apostaba por mantener la guerra contra Francia a costa de subir los impuestos incluso a la nobleza. Todo se ve alterado cuando llega a palacio una nueva criada, Abigail, prima empobrecida de la favorita, no menos astuta y ambiciosa.
En este momento comienza una guerra sin tregua entre las dos, teniendo como objetivo dominar la voluntad de la reina, y por tanto, conseguir el poder en palacio. De esta manera, Abigail logrará ser nombrada criada de Lady Sarah, donde podrá moverse por el palacio libremente y conocer la relación íntima que tenía con aquella, así como todas las intrigas políticas. El tiempo que la primera permanece ocupada por los asuntos en el parlamento, será aprovechada por Abigail, para lograr el favor amoroso de la monarca. Cuando Lady Sarah descubre que está perdiendo su posición, trata de deshacerse de su prima, pero la reina no quiere que se la aparte. Ante el peligro que corre, es el momento que aprovecha Abigail para vengarse, y conseguir su victoria definitiva para obtener la influencia sobre el poder real.
El director consigue en todo momento llevarnos a otra época con la tragicomedia sobre la reina de Inglaterra y sus favoritas. Logra engancharnos desde el primer momento al mostrar las costumbres peculiares y la intimidad de la aristocracia. Para ello emplea en todo momento un constante ritmo narrativo, con una cuidada recreación de los ambientes palaciegos, donde destacan el tratamiento de la luz y el vestuario. Por otra parte, los recursos visuales, como el ojo de pez, el gran angular, la luz natural de las velas para la noche, los constantes trávelin de la cámara dentro del palacio, recuerdan a los empleados por el director, Stanley Kubrick en Barry Lyndon, de similar época. La interpretación de las actrices refuerzan el atractivo del resultado por el que recibió el Gran Premio del Jurado en el Festival de Venecia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario