Hoy se le reconoce el mérito a la práctica musical de poder ayudar a los jóvenes sin recursos, sin mucho futuro para sobreponerse a las circunstancias materiales que les rodean. Permite desarrollar un talento oculto por la educación formal y ganar en la autoestima necesaria para tener más claros los objetivos a conseguir en la vida. Esto nos lo cuenta el director Clint Eastwood en la película, JERSEY BOYS, en la que adapta uno de los musicales más exitosos de Broadway.
Narra cómo cuatro jóvenes dedicados al hurto e implicados con la mafia en New Jersey, pretenden formar un grupo musical que les lleve a la fama y hacerse ricos. Desde una modesta formación que ameniza las fiestas de los institutos, se crea el conjunto definitivo tras la incorporación de Frankie Valli, la voz original, y Bob Gaudio, el compositor, lllamado, The Four Seasons. Al principio el éxito queda lejos, pero la combinación de unas canciones pegadizas y románticas que expresaban las emociones de parte de la juventud a finales de los 50 y comienzos de los 60, les llevaron a la fama.
Fue un trabajo duro y constante, de continuos viajes y actuaciones en directo. Sin embargo para The Four Seasons este auge supuso también la caida cuando uno de los miembros se endeudó de manera ilegal y cometió fraude fiscal a espaldas del resto, lo que provocó la separación del grupo. A partir de ese momento, los integrantes más talentosos, Frankie Valli y Bob Gaudio, continuaron en solitario una carrera de éxito, en gran parte con la finalidad de saldar las cuantiosas deudas. Lejos de aquellos años se les reconoció su aportación a la música popular cuando volvieron a cantar todos juntos canciones tan famosas como Sherry, Big Girls Don´t Cry, Walk Like a Man, Bye Bye Baby o la extraordinaria, Can´t Take My Eyes off You.
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