El espectador que va a ver la película, EL HOMBRE MÁS BUSCADO, sabe que el actor protagonista ha muerto en extrañas circunstancias. Si además aparece en la mayoría de las escenas, refuerza el valor de la extraordinaria interpretación que realiza, una de sus últimas apariciones en la pantalla. El papel es ideal para él ya que da vida al jefe de un grupo de espías alemán, Günther, que lucha contra el terrorismo islamista desde el 11 de septiembre, y contra los procedimientos espeditivos que los servicios de seguridad emplean. La experiencia en el oficio, de éxitos y fracasos, le ha dado una gran sabiduría y humanidad. También desconfianza y cinismo, incluso con sus aliados. Todas estas características brillan en la actuación del actor malogrado.
La película narra cómo, Issa, un joven musulmán de origen checheno llega huido sin papeles a Hamburgo, tras sufrir cárcel y torturas, con la intención de cobrar una herencia cuantiosa legada por el padre militar, corrupto en Rusia. La inteligencia alemana le detecta nada más llegar y observa la ayuda que le proporciona una familia turca y una joven abogada de izquierdas. Cuando descubre que le persiguen para interrogarle y deportarle a su país, es ocultado por esta abogada. Günther defiende su inocencia y la utilidad para detener a un personaje que con el pretexto de recaudar fondos para actividades benéficas en Oriente, financia al terrorismo.
Entonces, Günther logra un trato con la defensora, Annabel, para conseguirle un pasaporte y la libertad, a cambio de capturar con el dinero de la herencia, que Issa no quiere por estar manchado de sangre, al Dr. Faisal. Todo parece terminar felizmente hasta que los servicios de seguridad alemanes intervienen no haciendo caso de los planes de Günther, deteniendo, no solamente a éste, sino también a Issa, que le espera un triste destino. La peripecia constituye un thriller bien ambientado con un ritmo preciso que atrae al espectador.
El director y fotógrafo famoso, Anton Corbijn, narra la historia con brillantes y cuidadas composiciones visuales. La vida urbana de Hamburgo se retrata con luces frías que iluminan las calles descoloridas y sucias por la rutina del trabajo y la actividad económica continua. El marco parece inmejorable para situar un guion basado en la novela de John Le Carré, para caracterizar a unos personajes, inmejorablemente interpretados, donde unos luchan contra el terrorismo, respetando los derechos humanos, y otros, con la ceguera del propio combate.
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