TRAGEDIA EN EL DESIERTO


 

Bailar puede convertirse en una forma de vida, sobre todo si lleva aparejada un determinado tipo de música y el desplazamiento a lugares aislados, a los que asisten gentes convocadas por las redes sociales de los más diversos puntos de Europa. Son las famosas raves o fiestas de música electrónica de carácter ilegal, que se organizan sin descanso durante varios días. Sus protagonistas se desplazan en caravanas principalmente aprovisionados de todo lo necesario para subsistir en el camino y en los días de fiesta, cuando se disfruta de la música y los juegos visuales. Muestran una estética próxima al punk, alternativa, y posindustrial, que les hace parecer protagonistas de la famosa película, Mad Max, que recrea un mundo destruido, donde los recursos son escasos, pero imprescindibles para la existencia. Este es el contexto de la película, SIRAT, escrita y dirigida por Oliver Laxe, reciente ganadora del Premio del Jurado del pasado Festival de Cannes.



La historia comienza con la búsqueda que realizan un padre junto a su hijo menor de su otra hija de la que no tienen noticias en una rave situada en un lugar apartado de Marruecos. Reparten folletos con su retrato y un número de teléfono. Allí habían ido con su pequeña furgoneta para mezclarse con el peculiar público asistente, durante el día y la noche, sin obtener resultados. Nadie la conoce, ni se ha cruzado con ella. Sólo descubren que hay otra fiesta más al sur de Marruecos junto a la frontera con Mauritania. La intervención del ejército por cuestiones de seguridad, hace que los asistentes sean obligados a irse en orden. En un momento dado, dos caravanas, huyen de la formación impuesta por los soldados a su nuevo destino. El protagonista, que los reconoce, los sigue de mala manera con el objetivo de proseguir la búsqueda.



Se inicia, de esta manera, el verdadero camino hacia ninguna parte que emprenden los tres vehículos. Recorren al principio un trayecto en carretera, pero luego se introducen en pistas de tierra por zonas deshabitadas, normalmente pedregosas y llenas de baches, otras atravesando una ruta de pasos estrechos y montañosos. Los miembros del grupo se ayudan entre ellos para seguir hacia adelante compartiendo alimentos y combustible. También si encuentran dificultades al tener que atravesar un pequeño río. Pero de forma inesperada, sucede un accidente fortuito, impactante para el espectador. Luego, buscan la manera de pedir ayuda, que no la encuentran, finalmente, los diezma la tragedia en medio del desierto. Solamente tres podrán sobrevivir. El título de la película alude al camino entre el infierno y el paraíso o viceversa, una ruta muy fina y peligrosa. Es la ruta que han experimentado los protagonistas y a la que hemos sido testigos los espectadores.

COMBATE AL LÍMITE


 

La guerra sitúa al ser humano al límite de la existencia. Puedes morir y tu causar la muerte del enemigo. La vida se esfuma según pasa el tiempo. Solamente quedan los recuerdos del pasado. Tal vez la familia y las razones que te han llevado a combatir. Los valores están presentes en las conciencias. Unos defender una sociedad, por ejemplo, contra el esclavismo; otros, unos privilegios ancestrales que no reparan en la condición humana. El tener un trabajo, unos ingresos, les llevó a alistarse, sin pensar en lo que les tocaría sufrir. Este es el contexto de los personajes de la película, LOS MALDITOS, escrita y dirigida por Roberto Minervini, sobre un destacamento de voluntarios, que en la Guerra de Secesión norteamericana, son enviados a una región inhóspita del oeste, para explorar y controlar el territorio.



Lo componen un pequeño número de soldados del norte, unos a caballo y otros a pie. Llevan además, un carromato tirado por mulas para transportar las provisiones y las tiendas. En un momento dado, deciden acampar en un paraje junto a un río. Los días pasan sin novedad, cada vez hace más frío, hasta que un día son atacados. Entonces, deciden separarse, un grupo se quedará con los heridos, y otro, de unos cuatro hombres, se dirigirá hacia el paso de las montañas. Tras las tierras llanas, el terreno se hace más escarpado, según se acercan a su objetivo. Empieza a nevar, y deciden, que dos de ellos, se queden en la retaguardia, mientras, los dos soldados más experimentados con las armas y los caballos, cumplan la misión. Pero llegar al paso, le supondrá muchos riesgos, porque se cruzarán con su enemigos, que controlan la zona.



Roberto Minervini ganó el premio a Mejor Director, Un Certain Regard, en el pasado Festival de Cannes, que resulta, tras el visionado de la película, muy merecido, por el ritmo y la manera de cómo expresa la historia, siempre con la mirada atenta a los protagonistas en primer plano, y desenfocado el fondo, sin profundidad de campo. También, cómo los protagonistas se debaten en las razones que les motivan y sus circunstancias; las creencias religiosas, atenazados por el peligro inminente de sus enemigos, en unas condiciones ambientales difíciles.

EL VIAJE DE JOEL MEYEROWITZ


 

El Centro Cultural Fernán Gómez de Madrid presenta la exposición, EUROPA 1966-1967. JOEL MEYEROWITZ, dentro del Festival PhotoEspaña 2025, una de las muestras de mayor entidad de la presente edición como corresponde al premio del mismo recibido por el autor. El famoso fotógrafo neoyorquino realizó en su juventud con 28 años un viaje por el Viejo Continente para madurar como artista y como persona. Ambos objetivos los cumplió con creces, plasmados en unas 25.000 fotografías en blanco y negro y color, y 700 carretes, de paisajes urbanos, principalmente, y naturales, de gentes y culturas de todo tipo que encontró en su viaje por carretera, que supuso atravesar y vivir en 10 países. El viaje lo inició en Inglaterra en 1966, luego visitó Irlanda, Gales y Escocia. Más adelante, pasó al continente, primero Francia, luego España y Marruecos. Después, se dirigió a Alemania, Rumania, Bulgaria, cruzando el Telón de Acero, para llegar a Grecia, Turquía, para volver a Italia y embarcarse de regreso.




Fueron 30.000 kilómetros, y muchas experiencias vitales que le formaron como fotógrafo y como ser humano, como va dicho, experiencias que tuvo durante su estancia en España, en Málaga, sobre todo, durante seis meses, que le llevó a comprender mejor la naturaleza humana, para poder captar imágenes cargadas de emociones y de una narrativa propia. Comprendió los aspectos esenciales de la música flamenca al tratar con la familia Escalona que le abrió su puertas. Además, conoció la atrasada sociedad española, inmersa en una dictadura militar. Todo ello nos lo cuenta en un vídeo que realizó para su exposición malagueña, a la que se añaden imágenes con los protagonistas de aquellos años que retrató con su cámara, y recuerdo actual. También del propio fotógrafo en su residencia y estudio, ya octogenario. Nos explica sus fotografías más emblemáticas, lo que aprendió, que fue mucho por aquellos años, para ser esencial en su trayectoria.



En el viaje por Europa realizó fotografías desde el coche como si el fotógrafo, ansioso, no diera a basto en recoger todo lo interesante que le sugería su visión. Otras en cambio, son fruto de su caminar por los barrios de las ciudades y los lugares de visita y tratar con sus gentes. Joel Meyerowitz tiene una formación con Tony Ray-Jones y Gary Winogrand, dentro de una fotografía de calle. Sus grandes referentes son Henry Cartier-Bresson y Robert Frank. De uno, por la búsqueda de un momento o instante efímero que la cámara captura, del otro, el modelo del road trip, que combina espacios y la población más diversa. Sin embargo, el prefiere, ir más allá, captar un momento narrativo, un conjunto de síntesis emotiva, descriptivo de un grupo de personajes y ambientes, una escena amplia y dinámica. Otro aspecto es el uso del color, un color antiguo, de gran atractivo, que no desmerece, sino que incluso, supera a sus fotografías en blanco y negro, y proporciona una gran calidad artística.



AMOR ENTRE LIBROS


 

A menudo se afirma que la literatura te hace sentir experiencias que la vida no llega a ofrecerte. Te permite comprender tu estado emocional, que de otra manera, te sumiría en una triste confusión. Canaliza tus deseos y proporciona la suficiente lucidez para afrontar cualquier problema, es decir, se centra en la existencia del ser humano, que las aplicaciones, que normalmente utilizamos en nuestros móviles, banalizan, la transforman en comportamientos automáticos y superficiales. Es lo que le sucede a la protagonista de la película, JANE AUSTEN ARRUINÓ MI VIDA, escrita y dirigida por Laura Piani, que se siente sola, que ve la vida pasar, como una flor marchita por falta de agua, como la protagonista de Persuasión, la novela romántica de esa escritora inglesa. Le gustaría encontrar su amor, pero no según lo dicta el algoritmo de una aplicación de citas, sino a la manera del siglo XIX. Mientras tanto, trabaja en una librería de París y escribe libros que nunca llega a terminar.



Agathe, la protagonista, sufre un trauma tras el accidente de automóvil donde murieron sus padres. Desde entonces vive con su hermana y su pequeño sobrino. A veces pasa el tiempo con su amigo y compañero de trabajo, que la trata de seducir contantemente, al sorprenderse de su prolongada soltería. Para hacer cambiar su circunstancias envía sin su consentimiento los primeros capítulos de una novela que estaba escribiendo a la residencia de escritores de Jane Austen. Su aceptación le hará enfrentarse con su vocación literaria, y lo que es más importante, con el amor. Primero, con su amigo, luego con un profesor descendiente junto a los propietarios de la residencia, de la autora decimonónica. Las semanas en aquel lugar debían de ser idílicos en un paraje natural adecuado para recobrar la suficiente inspiración para escribir, en un ambiente literario en contacto con otras personas de iguales condiciones.



Sin embargo, Agathe, no escribe nada, y la fiesta y el baile que rememora la época de Jane Austen, la deja confusa, por los intentos de su amigo y el profesor de ser su pareja. De esta forma, abandona la casa para refugiarse en una residencia familiar  al norte de Francia junto al mar, donde logra de nuevo escribir, terminar su libro inacabado, que mandará a Inglaterra. Un día, tras una sesión poética en la librería donde trabaja, descubre la presencia del profesor entre los asistentes. Ya había recibido días atrás un mensaje escrito con una declaración de amor anónima con una cita de Jane Austen. Agathe, entonces comprende la situación, y le sigue para estar con él. Acaba, así, su soltería, y empieza la consolidación de su vocación literaria.

LA FOTOGRAFÍA DE MARISA FLÓREZ


 

La sala Canal de Isabel II presenta la exposición, MARISA FLÓREZ. UN TIEMPO PARA MIRAR (1970-2020), que reúne un conjunto de 184 fotografías de esta fotógrafa y editora en un amplia trayectoria, que se inició en el diario Informaciones, para desarrollarse principalmente en EL PAÍS. Su labor profesional, que ha sido premiada a lo largo de los años, nos permite conocer un periodo extraordinario de la historia de España, al comienzo de la democracia, durante las primeras legislaturas. También los acontecimientos más significativos; los cambios y reivindicaciones sociales, y su principales protagonistas. Participó de aquellos hechos de nuestro pasado y se involucró con sus hacedores. Fruto de ello han sido numerosas imágenes icónicas que han pasado al acervo de una realidad vivida, como aquellas que retrataron  a la generación del rey; al encuentro entre el alcalde Tierno Galván y la actriz Susana Estrada, mostrando un pecho; o las que retrataban a un grupo de mujeres en la cárcel de Yeserías.



La exposición se organiza según los pisos en los cuales se distribuye. En el bajo, un espacio se dedica a su trayectoria profesional; y otros a diversos contenidos como el que representa a la llegada de las libertades con sus primeras manifestaciones; las referidas a la Casa Real; o a personajes como Lola Flores tras ser condenada por fraude fiscal, o al torero madrileño, José Tomás. Un capítulo especial corresponde a las primeras Cortes, que reunía a muchos personajes que habían estado en el exilio, resumen de las dos Españas, que una vez se enfrentaron en la Guerra Civil, y ahora se reencuentran para construir un régimen democrático. Marisa Flórez retrató a los políticos en busca del necesario consenso, hoy impensable en medio de una fuerte polarización, en la cafetería o charlando en los pasillos. Complementarios son los conjuntos dedicados a Dolores Ibárruri, La Pasionaria, como diputada y miembro del Comité Central del Partido Comunista; o el dedicado a los presidentes del Gobierno.



La sociedad española cambió progresivamente en estos años, según se producían acontecimientos importantes, y se aprobaban nuevas leyes que ampliaban las libertades. La cámara de Marisa Flórez nos documenta las manifestaciones por el derecho al aborto. También, los numerosos atentados terroristas de la época. Su fotografía sobre el asesinato del comandante Ynestrillas, con su coche con las puertas abiertas y los cuerpos en los asientos tumbados, resulta impactante. Por otra parte, su cámara dio importancia a los artistas, cantantes, directores y actores que protagonizaron esa época. Desde Luis Buñuel hasta Pedro Almodóvar. No podía faltar el regreso de una de las obras de arte más emblemáticas, y necesarias, El Guernica de Picasso, que requería de unas condiciones estrictas para su vuelta. Marisa Flórez nos documentó su llegada en avión con la autoridades esperando, hasta su depósito, enrollado primero, luego exhibido encerrado en una urna en el Casón del Buen Retiro.



La mayoría de las fotografías de la exposición son en blanco y negro, aunque hay un conjunto en color, principalmente de gran tamaño. Unas imágenes que nos informan de la variedad temática que abordó a lo largo de su carrera. Documentó, como fotoperiodista, acontecimientos significativos, centrados en los personajes. Sus retratos son magníficos, muy empáticos. Combina la sencillez con la fuerza expresiva, mediante la utilización de diversos planos, desde el primero hasta el general. Busca, muchas veces, un significado suplementario al de la propia imagen, al combinar distintos elementos. Por ejemplo, el presidente Adolfo Suarez, solo acompañado de una hilera de escaños vacíos; Felipe González de espaldas frente a un espejo; Blas Piñar, dirigente ultraderechista, pasa cerca de los diputados comunistas encabezados por Santiago Carrrillo, o el ataúd de Dolores Ibárruri portado por el que sería secretario general del partido, frente al los carteles de la dirigente fallecida.


LAS DIFICULTADES DE LA INMIGRACIÓN


 

La mayoría de los inmigrantes llegan a los países europeos para labrarse un futuro mejor. Las condiciones económicas de las regiones donde proceden lo impiden. Quieren conseguir un trabajo para obtener los suficientes recursos para vivir, y si es posible, ayudar a sus familias que han quedado atrás. Sin embargo, las leyes dificultan la migración, y para ser lo suficientemente segura, tiene que realizarse incluso con la participación del país de origen, por lo que la mayoría de los casos es irregular, sobre todo la proveniente del continente africano, que utiliza rutas controladas por traficantes humanos, que recorren extensos desiertos para luego enfrentarse con el mar Mediterráneo, convertido en un auténtico cementerio. En el camino, además, te puedes encontrar con estados fallidos como el de Libia, que mete en prisión a los migrantes y practica la extorsión y la tortura.



Por otra parte, algunos migrantes, mezclados con los anteriores, corresponden a los peticionarios de asilo político, a consecuencia de ser perseguidos por un régimen político que atenta contra los derechos humanos, o por un conflicto bélico. Supone la forma más rápida de conseguir los papeles que permiten residir y trabajar en el país de destino, pero tienen que demostrar que existe tal persecución para resultar beneficiario de la protección a la que tienen derecho. Es lo que pretende el protagonista de la película, LA HISTORIA DE SOULYMANE, dirigida por Boris Lojkine, que cuenta la vida de este inmigrante en París, en los días previos a su entrevista para ser considerado asilado político. Una vida llena de dificultades pues duerme en la periferia en un refugio de indigentes, mientras por el día trabaja como repartidor o rider de comida.



Soulymane es originario de Guinea Conakry, que llegó atravesando medio continente africano hasta Libia, para luego cruzar el Mediterráneo. Se muestra estresado porque tiene que trabajar largas horas en bicicleta en las calles atestadas de París. Realquila una cuenta de una aplicación de reparto, cuyo dueño apenas le paga lo que gana. Además, se está preparando para la entrevista del asilo, creando un relato de persecución política, ayudado por otro inmigrante que le proporciona documentación falsa. Esos dos días previos antes de la entrevista, son un cúmulo de dificultades, pues tiene que conducir con lluvia y frío, sufre un accidente que le hace dañar el pedido; le cancelan la cuenta de la aplicación, y su propietario, se niega a pagarle lo que le corresponde. 



Finalmente, en la entrevista, descubren que es una historia inventada, que ha sido repetida numerosas veces, y le piden que diga la verdad, a ver si tiene suerte de ser aceptado. Una realidad, que de todas las formas es los suficientemente dramática para ser atendida. Soulymane tuvo que dejar su país por razones económicas. Su madre tiene una enfermedad mental y necesita ayuda, que no puede obtener sin recursos. Ha tenido que abandonar también a su novia, y en el viaje casi pierde la vida. En París, sobrevive como un auténtico esclavo sin hogar.

ESCENAS DE LA POSGUERRA


 

El silencio y la represión se impuso tras la Guerra Civil. La población enmudeció ante las dificultades diarias como la falta de alimentos y los trabajos mal pagados. Un buen número de población se encontraba encerrada en las cárceles. Las calles de los pueblos parecían desoladas; se oían disparos en la lejanía, y los perros ladraban sin control. Sobrevivir era un reto cotidiano. Los apoyos que proporciona la familia eran fundamentales para alcanzar la felicidad en este ambiente de tristeza. Este es el contexto de la película, LA BUENA LETRA, escrita y dirigida por Celia Rico Clavellino, sobre una novela de Rafael Chirbes, centrada en la experiencia de Ana, una madre de familia con una hija, que trata de salir adelante en momentos difíciles, frente a los distintos personajes que le rodean, donde se contrapone generosidad y egoísmo. 



La historia se divide en cuatro capítulos, todos protagonizados por Ana. El primero, relacionado con su cuñado, Antonio, de cual decían que había marchado a Buenos Aires para consolar a la abuela, que le echaba de menos y temía por su vida. Ana, imitando su letra, llega a escribir cartas ficticias dese ese lejano destino. Un día, de repente, vuelve traumatizado, tal vez de la cárcel, pues se tiene que presentar periódicamente ante la Guardia Civil. De todas las maneras, lo supera poco a poco con la ayuda de todos. Le consiguen trabajo, pero su carácter extrovertido e inquieto, no está hecho para las rutinas sin futuro. Por ello, la convivencia se resiente, y decide marcharse. Sin embargo, no tardará en volver, esta vez acompañado de Isabel, a quien había conocido en el puerto de Valencia, que regresaba de Londres, donde había estado trabajando. Este es el segundo capítulo, la relación de Ana con su cuñada, que está embarazada, una mujer independiente según las modas británicas, que no quiere hacer las tareas de casa.



En el tercer capítulo de la historia, vemos la desesperación de Tomás, el marido de Ana, un hombre acostumbrado a la fuerza a un trabajo rutinario y duro, que se emborracha frecuentemente, y apenas se relaciona con su mujer. El éxito de su hermano Antonio, incrementará su dolor y falta de felicidad, sobre todo, cuando se enriquezca con los negocios junto a un amigo falangista. Pasa de ayudarle, a tener que ser ayudado por él, pues apenas tiene dinero para pagar el convite de la primera comunión de su hija. Su entereza personal no lo puede aceptar, y un día, se produce la tragedia. En el último capítulo, Ana se queda sola junto a su hija y la abuela. Viste de negro, y recuerda aquellas palabras de Tomás, que contaban que había marineros que no aprendían a nadar, porque si algún día naufragaban, se hundían más rápido.

LA MUJER Y LA CULTURA LATINA


 

La Casa de América presenta la exposición, LATINA. MUJER, MÚSICA Y GLAMOUR EN GLADYS PALMERA, que reúne un extraordinario conjunto de más de quinientas piezas, entre fotografías, carátulas de discos, carteles, vestidos y otros objetos, que ocupan los tres pisos completos de la entidad, según un peculiar diseño, perteneciente a esta colección levantada por Alejandra Fierro Eleta. Una muestra que pone el foco en la figura de la mujer latina dentro de la industria del espectáculo, con dos implicaciones, una en la consideración femenina, y otra, como afirmación de una identidad cultural propia. De esta manera, se muestra esa figura en una evolución, estructurada en cinco capítulos, desde los años 20, hasta los años 80, en una ambiente de creciente activismo por la emancipación femenina. Un hito en esta evolución se produjo a mediados del siglo XX cuando los ritmos caribeños como el mambo y el chachachá se incorporaron a la industria del espectáculo en EEUU, en pleno florecimiento económico. Se creó en ese momento una estética propia asociada de gran impacto cultural.



El recorrido de la exposición no deja indiferente al visitante que tiene la sensación que entra en un club nocturno, donde se disponen las piezas de manera ordenada y sugerente, pues además de las luces, las cortinas nos cierran y abren los espacios. La presencia de la fotografía es continua, junto a los carteles de cine y las portadas de discos. Entre ellas, encontramos a veces, unos vestidos u otros objetos que forman parten de una imagen estereotipada de la mujer latina, que en una primera etapa, pasa del exotismo afrocaribeño de Josephine Baker, al glamour de Hollywood, que lo aplica a actrices y músicos blancos. A las mexicanas Lupe Velez y Dolores del Río, junto a las actrices Estelita Rodríguez u Olga San Juan, le siguieron con esta estética, las divas, Ava Gadner, Rita Hayworth, y Marylin Monroe. El retrato de estas mujeres se convirtió, entonces, en un género especializado. Empleaba un fuerte claroscuro junto a extraordinarias escenografías y vestuario llamativo, todo con la finalidad de conseguir el glamour necesario. La mayoría de fotógrafos, tanto latinoamericanos como españoles, empleaban este estilo; otros, en cambio pretendían captar una imagen femenina más natural con una perspectiva documental.



En México podemos analizar la evolución de los estereotipos femeninos que difunde el cine y la música. Por un lado se encuentra la mujer empoderada, fuerte, segura y rebelde, que hace frente a un mundo predominantemente machista, cuya mejor representante es la actriz, María Félix; y por otra, en el llamado cine de rumberas, mujeres que encarnan personajes voluptuosos y sensuales que empujaban al hombre a la perdición moral, una perspectiva masculina tradicional y reduccionista. Las fotografías de desnudos y pin-ups, fue un referente de esta corriente. A partir de los años 60, las portadas de los vinilos mostraron una progresiva sexualización del cuerpo femenino. Irrumpía en ese momento el gogó y la salsa, modas que erotizaron el ambiente tropical cuyo reclamo fue el bikini. De todas las maneras, la difusión del feminismo, hacia mediados de los años 70, con artistas como Celia Cruz, permitió el empoderamiento de las artistas latinas, que pudieron controlar su imagen y sus carreras. Surgió, así, la New Latina, más concretamente, la Nueva Canción, que apostó por el compromiso político, en favor de la justicia y la igualdad social. Artistas como Violeta Parra, Chavela Vargas y Mercedes Sosa, rescataron ritmos afroamericanos e indígenas que habían quedado marginados.



EL GRECO DE TOLEDO


 

El Museo del Prado presenta la pequeña pero imponente exposición, EL GRECO. SANTO DOMINGO EL ANTIGUO, que reúne las pinturas que forman parte de los tres retablos que el artista cretense diseñó para ese monasterio de monjas cistercienses de Toledo. La galería central dispone los lienzos en sucesión según te los encuentras en el templo. Primero, los pertenecientes a los laterales, luego aquellos que situados en el magnífico conjunto central. Constituyó un encargo bajo patrocinio de doña María de Silva, dama al servicio de la esposa de Carlos V, que costeó el nuevo edificio, y sobre todo, por Diego de Castilla, deán de la catedral, cuyo hijo, conoció al artista mientras trabajaba en Roma. Fue, además, en primer encargo que recibió el pintor en Toledo, junto al famoso, El Expolio. Nos encontramos, por tanto, con un estilo muy influenciado por la experiencia italiana, en sus formas y colores saturados, para mostrar los rasgos propios de su impronta.



Los tres retablos aluden aspectos fundamentales de la iconografía cristiana, como la Adoración de los pastores; la Resurrección de Cristo, en las disposiciones laterales, el comienzo y el fin; en el central, el gran lienzo de La Ascensión de María, junto a cuatro santos, san Juan, san Juan Bautista, san Benito, y san Bernardo, es decir una simbología que se relaciona con la Virgen, y los fundadores de las órdenes religiosas del cenobio. Finalmente, La Trinidad, a donde mira en su camino la protagonista, con Cristo, mostrando su anatomía, según las enseñanzas de Miguel Ángel, sostenido por Dios padre y el Espíritu Santo. El conjunto fue pintado entre 1577 y 1579, salvo La Santa Faz, que se añadió posteriormente, y sustituía a un escudo. El Greco tuvo que realizar numerosos dibujos y bocetos para luego llevar a cabo tanto los lienzos como las esculturas de los retablos, especialmente aquellas de la parte superior del central, que muestran una clara inspiración veneciana.



La procedencia de cada una de las pinturas nos permiten tratar la dispersión de la obra del Greco, que fue vendida a compradores particulares o a la propia Monarquía, desde comienzos del siglo XIX. In situ, solamente permanecen tres pinturas, la Resurrección y los santos juanes, a los que se les ha privado del marco; el Museo del Prado acoge, La Trinidad, que fue comprada en su momento por el rey, Fernando VII, y el san Benito; de más lejos provienen, La Ascensión, EEUU, y la reproducción del san Bernardo, de Rusia. El cretense fue muy apreciado en su época y durante todo el siglo XVII, y posteriormente, a comienzos del siglo XIX, sobre todo en el XX, cuando estuvo en el foco de los coleccionistas extranjeros.


AMISTAD CONTRA EL NARCOTRÁFICO


 

Las sociedades y costumbres tradicionales se ven alteradas por nuevas condiciones económicas. No es lo mismo que haya riqueza y pleno empleo en una región o comunidad, que recesión o paro. El presente y el futuro de una población puede verse comprometido por la falta de expectativas. Donde en el pasado surgió la esperanza y la felicidad, ahora se arrastra una vida anodina. También es el terreno de cultivo de negocios ilegales como el narcotráfico que en la actualidad se ha convertido en un negocio globalizado. Muchos puertos de Europa, y en concreto, del sur de España, son receptores de grandes volúmenes de drogas para satisfacer a los consumidores del continente. A la par, han crecido las organizaciones criminales, tanto nacionales como extranjeras, cuyas disputas se resuelven a tiros. Este es el contexto de la película, TIERRA DE NADIE, del director Albert Pintó, que cuenta el conflicto de tres amigos con traficantes extranjeros en una lucha contra la lacra del narcotráfico y el control del territorio, situado en el Cádiz actual.



Los tres amigos protagonistas son el capitán de la Guardia Civil, Mateo el Gallego, el antiguo pescador y pequeño narco, Juan El Antxale, y Benito el Yeye, un joven depositario judicial de bienes embargados. Sus vidas se unieron en el pasado por su afición al fútbol, al pertenecer al mismo equipo local. Los acontecimientos se desencadenarán cuando el primero aprese un yate de recreo en el mar con un alijo de hachís, donde uno de sus tripulantes ofrece una fuerte resistencia. Sin embargo, nada es lo que parece. Los detenidos son liberados al poco tiempo, porque no se considera una carga relevante y la labor de buenos abogados. Tras el yate hay un cartel mexicano que se quiere hacer con el control del territorio y desplazar a los narcos locales, entre los que se encuentra Juan, que decide hacerle frente. Pero tiene todas las de perder por la extremada violencia que ejercen.



Juan descubre, a través de un oficial colaborador en la Guardia Civil, que el yate transportaba otro botín más valioso, varias bolsas de cocaína. Quiere, entonces, vengarse del suceso en el que casi pierde la vida y el asesinato de un compinche, robándoles dicho alijo. La oportunidad será el traslado del yate desde el depósito según las órdenes del juzgado. Las consecuencias será un enfrentamiento violento entre los tres amigos, varios guardias civiles implicados, y la banda de narcotraficantes, que ocupan toda una noche y el día siguiente, desde un bosque apartado hasta las marismas, donde tenía una casa Juan. Tras el acontecimiento sangriento, volverá la calma, se recompondrá la vida cotidiana de los supervivientes, y el recuerdo constante de la antigua amistad.