SOROLLA RETRATISTA


 

El Museo del Prado organiza la exposición, RETRATOS DE JOAQUÍN SOROLLA EN EL MUSEO DEL PRADO, con motivo de la celebración del centenario de su muerte, que reúne en tres salas del mismo la mayoría de las obras que posé del autor, un total de 23 de las que 18 son retratos. La ocasión nos permite contemplar obras que habitualmente no se encuentran expuestas o recientemente adquiridas y restauradas, especialmente en la sala dedicada a la misma, presidida por el retrato de La actriz María Guerrero como La dama boba, confrontado a la entrada con el retrato fotográfico de Sorolla realizado en 1901 por Antonio Peris, con quien se formó. La pequeña muestra nos informa de la evolución del artista en este género del que será una referencia internacional.



Muchos de los retratos son donaciones familias de la alta sociedad de su tiempo al museo, fruto de la valoración del artista valenciano en tanto considerado como continuación de los grandes maestros españoles del género como El Greco, Velázquez y Goya. De hecho estudió las formas y maneras de cada uno de estos grandes pintores, especialmente del segundo, pues hizo obras con referencias expresas a ellos, a su manera de aplicar la pincelada, a sus composiciones, al color, e incluso a su vestuario. Sorolla mostró su enorme talento como aquellos en la representación del natural y en la captación de la personalidad del retratado. También mostró una gran sensibilidad cromática de negros, grises y blancos.



El artista estuvo comprometido a principios del siglo XX con el regeneracionismo, y dentro del mismo con la Institución Libre de Enseñanza, que le permitió el conocimiento y la amistad de una serie de personajes fundamentales de ese tiempo. De esta manera se exhiben los retratos de Manuel Bartolomé Cossío, escritor, y autor de la primera monografía de El Greco, primer patrono del Museo del Prado, y sucesor de Francisco Giner de los Ríos en la dirección de aquella prestigiosa institución, cuyo retrato también se encuentra en la exposición. El primero de ellos es de formato vertical, el más habitual casi de cuerpo entero, y el segundo horizontal, que favorece la captación de una pose instantánea en movimiento.



El artista estuvo relacionado, igualmente con otros escritores e intelectuales de su tiempo a los que retrató, como Rafael Altamira, Jacinto Felipe Picón y Pardiñas, Francisco Rodríguez de Sandoval, y pintores, como Manuel Rico, cuyo retrato ha sido recientemente adquirido, o Aureliano de Beruete con quien le unió una estrecha amistad, y de quien recibió una extraordinaria influencia como mentor. Su retrato preside la sala 62A del museo de los artistas del siglo XIX, convertido en una obra maestra.

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